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EL BARROCO

Notas

 
                 

"Si la musicología ha servido para recuperar músicas olvidadas de tiempos pasados, donde más visiblemente parece haber cumplido ese servicio es en la rehabilitación de la llamada música barroca.
Durante la segunda mitad del siglo XX hemos visto como musicólogos e intérpretes especializados se han puesto de acuerdo para ofrecer a la sociedad de hoy la imagen de una música poco estimada , incluso menospreciada, que sólo se conocía por versiones generalmente retocadas por músicos del siglo XIX.

                 

Así es que el historiador no tiene motivos para aceptar que la etiqueta "barroca" defina la música según un estilo completo, como generalmente se hace en la historia de las artes plásticas. Sin embargo es frecuente usarla para situar la música en un período que abarca el siglo XVII y se extiende hasta la muerte de Juan Sebastian Bach ocurrida en 1750, lapso de tiempo muy largo en el que se dan muchos estilos y formas.

                 

Los cambios generales producidos durante el siglo XVil afectan todos los ámbitos de la actividad humana (la liturgia eclesiástica, el teatro, la vida ordinaria) y a todas sus formas. Respecto a la música destacamos en primer lugar el progresivo abandono del contrapunto y su sustitución por una armonía homofónica que rechaza la confusión de las voces. Se identifica la preocupación por la palabra cantada, recitare cantando. En torno a elia se articula la polifonía. Una voz superior se haya sustentada por el bajo continuo. En medio queda un ancho espacio armónico. Rellenarlo es responsabilidad del intérprete. Así es como se produce el auge del canto del solista, voz o instrumento específico. La práctica de esta técnica durante el siglo XVII y buena parte del XVIII ha sido suficiente para que algunos autores consideren esta etapa de la historia de la música como época del bajo continuo.
La música se lleva a cabo en tres ámbitos en los que se desarrolla la vida social durante este período: el teatro, la iglesia, el palacio o residencia.
Durante el renacimiento, canciones, villancicos y madrigales salpicaban las representaciones teatrales, en los intermedios o al final. Estas mismas obras vocales, en su intención expresiva llevaban implícita una cierta dramatización. En España el viejo villancico pasó de una canción con estribillo a ser una obra dramática en toda regla , que alcanzó gran vitalidad los siglos XVII y XVIII. Manifestaciones del estilo representativo de la iglesia fue el oratorio, así en el medio protestante como en el católico. En España lo fue el villancico. Sobre un texto religioso, bíblico, tradicional o escrito ad hoc (que terminó siendo en lengua vulgar, tras

 

haberse realizado indistintamente en ésta o en latín) se componía una música adecuada a las características del contenido verbal y de los personajes que intervenían en él.
El bajo continuo, los instrumentos melódicos y la polifonía vocal, especialmente de cuerda, ponía de relieve una melodía muy apegada a los textos. La naturaleza dramática del oratorio estaba más en consonancia con las formas narrativas del teatro litúrgico medieval que con la óipera moderna. Su nombre le vino dado por el lugar donde se realizaba, el Oratorio, en torno al cual San Felipe Neri (1515-1595) había fundado en Roma la Congregación religiosa, aprobada por el Papa Gregorio XIII en 1575. En estos oratorios se hacían lecturas edificantes. Para conseguir mayor efecto entre los fieles eran dramatizadas mediante la atribución de los diversos párrafos a otros tantos actores, quienes representaban a los respectivos protagonistas que intervenían en el texto.
La música siguió ocupando un lugar importante en la vida social del siglo XVII. Ya no es un arte de profesionales, sino que toda persona de cierto nivel debe conocerla, gustar de ella e incluso practicarla.
En su The compleat Gentleman (1634), H. Peacham recomienda al hombre de alcurnia: "sólo os pido que seáis capaz de cantar sin error a primera vista vuestra parte y, asimismo, que podáis interpretarla con la viola, y tañer el laúd". Asi es que en los palacios de los principales y en las casas de los nobles la música era un elemento más que con su armonía decoraba las estancias.
Aquí se dejaba oír especialmente la música instrumental.

Sabemos que los instrumentos acompañaban las voces

                 

 humanas en el teatro, en la iglesia. Solos instrumentales se intercalaban también en la liturgia y en las grandes formas dramáticas. Pero a finales del siglo XVIII ocurre un hecho nuevo, el concierto con una sala abierta a la que puede accederse con el abono de una entrada. De esta manera la burguesía que se va configurando como una clase social poderosa, y no sólo la nobleza va a participar activamente en la vida musical, va a participar activamente en la vida musical. Ello propiciará el perfeccionamiento organológico de los instrumentos y la sustitución de los antiguos por unos nuevos (violín, violoncello, pianoforte) que se llevará a cabo sobre todo en el siglo siguiente, y así mismo nacerán formas nuevas de música instrumental. La grandes formas que alcanzarán gran difusión en los siglos sucesivos, van a surgir y tener su primer desarrollo durante el siglo XVII, especialmente en el ámbito profano que cada vez reclama mayor presencia de la música. Entre éstas son la suite, la sonata y el concierto.
La suite consiste en la sucesión de danzas instrumentales posteriormente llamadas movimientos, presididos por una misma y única tonalidad. En realidad la práctica de unir sucesivamente varias danzas se hacía desde la Edad Media. El número y orden de las danzas podían variar, elegidas entre pavana, allemande, courante, sarabanda, minuet, gavota, giga, etcétera. Lo que impera, en todo caso, es la alternancia de tempi (lento, rápido) y la unidad tonal.

 

El precedente de la sonata hay que buscarlos en la canzona da sonar, forma instrumental de canciones italianas o villancicos españoles, cuya naturaleza nos describe por primera vez Luis de Milán. Este término que vemos utilizado por G. Gabrieli en 1597 (Sonata pian'e forte) se refiere en un principio a diversas realizaciones instrumentales que surgen de obras vocales. Pero de ahí derivan muy pronto dos tipos: la sonata de solista y la sonata en trío, una y otra con el soporte del bajo continuo. Ambas acusarán el gusto por el virtuosismo instrumental, y tendrán indistintamente dos destinos, el concierto (sonata da camera) y la iglesia (sonata da chiesa). Por fin, el concierto (concertó) usa un término genérico que designa durante todo el siglo XVII a toda obra que une voces, principalmente instrumentales, de diferente timbre. La forma concierto tal y como aparece hoy no aparece sino al final del siglo XVII en las obras de dos compositores de la ciudad de Bolonia: Archangelo Corelli (1653-1713) y Giuseppe Torelli (1658.1709). Lo que verdaderamente caracteriza el concierto, a partir de este momento, es la oposición de timbres y de intensidad en la confrontación del conjunto de instrumentos (tutti) con un instrumento solista". (Tomado del libro Historia de la Música I de Ismael Fernández de la Cuesta. España 1997).
 

                 

En el transcurso de los doce años del festival, los organizadores han incluido música barroca Latinoamericana. Con la llegada de los conquistadores españoles y portugueses a América, surgen verdaderas escuelas de compositores mulatos y mestizos como la de Minas Gerais en Brasil y en la mayoría de los virreinatos de América.

     
 

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Revisado el: 20 de octubre de 2014 19:02:09 -0600.

 
 

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