LA REPUBLICA    

17 de abril, 1955

 
         

UN MURAL DE LA PINTORA FLORA LUJAN DE AMIGHETTI EN LA ESCUELA NORMAL

EL mural que reproducimos fue ejecutado por la señora Flora Lujan de Amighetti en la Escuela Normal de Costa Rica y terminado el día 18 de marzo.


El arquitecto don Alvaro Dobles obsequió los planos de la Escuela calculando dentro de la construcción un lugar para la pintura. Precisamente al entrar, se sufre el agradable impacto del color del fresco que despliega figuras monumentales en que la estilización ha buscado la fuerza de la sencillez. Es de felicitar al señor Dobles por la importancia que él concede a la colaboración del pintor en los edificios, ya que la pintura mural se identifica perfectamente con la arquitectura.

 

 

También es de toda justicia, referirse a la participación que ha tenido el señor Director de la Escuela Normal, profesor don Miguel Ángel Sáenz y la Junta de esa misma escuela, al empeñarse en la realización de esta obra.

Flora de Amighetti se graduó en la Escuela de Bellas Artes y trabajó durante varios años como profesora de diversos colegios de segunda enseñanza, así como también en la Escuela de Bellas Artes.

Actualmente es profesora de la Escuela Normal y Liceo de Costa Rica Como en otros casos que tenemos en el país, la mujer activamente participa en la actividad creadora, demostrando que en la vocación, lo que cuenta es una voluntad puesta en la obra para superarse, y una sensibilidad pronta para captar todas aquellas ideas a las cuales puede dársete forma de una manera sensible, como es el caso de la señora Flora Lujan de quien hoy nos ocupamos en esta nota periodística

 

 

 

 La pintura al fresco de Flora Amighettl mide 3 metros de alto por 8 de largo. El tema del mural nos parece muy apropiado para estar en un colegio como la Escuela Normal de Costa Rica.

La pintura como la música se profundiza por la repetición y, el hecho de colocar una pintura de una manera permanente ante los ojos de la juventud tiene que significar que ésta asimilará la lección que se deriva del mural, por que la pintura está hecha para decir cosas, porque constituye un lenguaje y probablemente el más concreto,puesto que se dirige en una forma intuitiva a la inteligencia y a la imaginación.

 

 

 Además de la actualidad o eternidad de su contenido tiene también otros alcances como es cuando se mira como simple decoración mural, es decir, por el color, la forma y el ritmo de la composición. El fresco está dividido en dos secciones, en una un grupo de mujeres y en el otro, la figura de un hombre que cruza el aire con un mensaje en que se lee: "LA CULTURA ES LO QUE HACE MAS HUMANO AL HOMBRE" y estas dos secciones están unidas por la figura de un niño que con un movimiento de asombro sale al encuentro del hombre. Con esto la autora según sus propias palabras, ha querido expresar la fecundación de la cultura en América, cuando las razas autóctonas lo fueron por la cultura asiática, primero, por la cultura española, después. El Hombre del mensaje puede asociarse también a la aparición histórica y mítica de héroes culturales como Quezalcoatl en México y en fin, a todos aquellos que puedan traer un mensaje que sirva para el futuro mejor de los pueblos. El grupo de mujeres jóvenes contrasta con el dinamismo de las figuras masculinas y permanecen quietas. Una de ellas asume una actividad mística de concentramiento, como si la fecundación del espíritu por la cultura fuera como efectivamente es un hecho de gran trascendencia.