2008 |
ZULAY SOTO
EL OBJETO ENCONTRADO
40 AÑOS DE VIDA ARTÍSTICA
La obra plástica de Zulay Soto ha sido continua
yafirmat¡va durante varias décadas, analizando su
propio trabajo y renovándolo según sea su voluntad
de artista. Indudablemente que ha tenido estancias
espaciadas entre uno y otro estilo, pero la
constante se manifiesta en su búsqueda de una
experimentación pictórica, en donde el collage, y la
pintura con la inserción de objetos metálicos (la
mayoría de ellos), dan vida a un universo muy
propio, tan personal que logra hacerse colectivo, al
percibir la artista los deseos de los otros en
incorporarse a su mundo visual, donde la mirada
ajena forma parte de su propia obra. Este diálogo
con su público le ha permitido penetrar en la
historia, propia primero y luego de su entorno, en
el sentido de que logra percibir en los sucesos del
mundo, las tendencias de la moda, los objetos de
hoy, ayer y de algunos que quedan registrados para
el futuro, donde quizás se ubique su obra si lograra
un intento de a naáIisis objetivo.
Es cierto que su manera de hacer arte consiste en
descubrir la forma de la forma y muchas veces la de
darle otro sentido al que realmente tiene cuando,
incorporados a sus cuadros, muchos objetos o
imágenes contribuyen a significar algo diferente a
lo percibido por la mirada común, aunque los rasgos
esenciales se mantengan.
El límite perceptible de ese trabajo la convirtió en
pionera, al menos en nuestro país, al convertir los
objetos olvidados, no
desechables, en materia de la memoria pues muchas de
su sobras se conservan a través del tiempo en la
imagen interna que tenemos de ellas. La
experimentación, que en algunas otras maneras de
pintar es aleatoria, en Zulay Soto es una afirmación
de un estilo particular, que muchas veces la muestra
en la periferia del quehacer artístico nacional,
simplemente porque rompe todos los estereotipos
asignados por el canon y define un perfil propio, en
donde la valoración sensorial va más allá de la
simple mirada, para obligarnos a percibir una nueva
coherencia en lo que se expone tan nítidamente.
Tal vez su propuesta nos permita afirmar que solo lo
difícil es simple, pues la composición de sus obras
exige nuevas variaciones en las formas, los colores,
el estilo de disponer de los objetos, todos
relacionados con las superficies y el color, que en
Soto es cambiante, atrevido, muchas veces severo o
brillante. Lo que realmente la distingue es su
rechazo a lo mimético y la posibilidad de que lo que
crea no esté centrado en nosotros mismos, sino que
nos permite tener un diálogo visual, de aceptación o
de enfrentamiento, que se resuelve en el propio
valor de su obra al expresar, ella misma, lo que la
pintora desea comunicarnos, en un espacio visual que
se convierte en valor real de experimentación,
incluidos el color, la forma, los objetos relevantes
incorporados y el destino final de una obra de arte:
expresarse por sí misma.
La labor constante de Zulay Soto le ha impedido
ceder en su propuesta, en lo fasil ó no falsamente
representativo, para darnos una obra íntegra, a
través de varias décadas y cuya inclusión en el
canon histórico del desarrollo de la pintura
tradicional costarricense, simplemente porque la
obra de Zulay Soto pertenece a la "otra" pintura
nacional, y universal, orgánicamente creada para
darnos la oportunidad de ser en su propio ámbito,
pues la artista conoce, sopesa y define el
desarrollo de las artes plásticas en las fronteras
abiertas de la transgresión. Esto le viene a la
pintora por el valor amplio de su cultura, la
lectura de autores novedosos del siglo XX - Hermán
Hesse, Henry Miller, Truman Capote, Julio Cortázar -
la admiración por la ruptura como símbolo de
afirmación, en otros valiosos creadores, como
Francis Bacon, Paul Klee, Joseph Beuys, para citar
algunos que no son propiamente influencias sino
interiorizaciones de sus propuestas, dejando intacto
en la pintora su manera de ver y percibir el mundo
externo.
Uno de los éxitos de Zulay Soto como artista, es que
en verdad el mejor curador de sus exposiciones ha
sido el público y el no pertenecer al círculo
tradicional del arte en función del mercado, de allí
la absoluta integridad de sus cuadros cuando estos
son expuestos y el que su valor se determine por su
propia importancia como expresión, que no reflejo,
de una manera de concebir el acto creativo como
realmente independiente. Por lo que se valore, con
igual importancia, el hecho de no haber sido
incluida en una exposición como su real presencia en
exposiciones antológicas consagratorias del
desarrollo del arte costarricense.
La simultaneidad trascendente de la obra de arte y
la persona también definen su trayectoria como
pionera, animadora cultural, museóloga,
creadora de galerías independientes y su militancia
con la vida como expresión artística, lo que le ha
permitido ser protagonista y personaje de
movimientos de cambio y solidaridad social. Puede
que todo esto se encuentre en su pintura, de manera
velada o explícita, en su sólida manera de
expresarse con la vanguardia, o en ciertos tópicos
del expresionismo objetual, tan poco estudiado en
nuestro medio.
Es por eso que sus actuales admiradores
particularmente los jóvenes, que perciben en sus
obras el triunfo de lo coherente por sobre el vacío
de nuestro tiempo. La pintora, su obra, los objetos,
los colores dispuestos, son a la vez que testimonio,
una reflexión permanente sobre la condición humana y
las relaciones de todos nosotros con la pintora y
los principios rectores entre el sujeto, el espacio
y los objetos tenidos como aleatorios, pero que aquí
cumplen un destino complementario.
ALFONSO CHASE |
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ObjetOEncontradO
Por:
María Eniqueta Guardia Yglesias
En la trayectoria de Zulay Soto se ha manifestado
una indiscutible coherencia que se puede sentir a
través de su obra, temática y conceptualmente así
como en el sortilegio ejercido a través de su
atrevimiento al concebir una obra poco convencional.
Debemos reconocer, además, el equilibrio que esta
artista ha sabido mantener entre ruptura y
continuidad, a lo largo de cuatro décadas en la que
su obra se ubica como una manifestación del lenguaje
artístico contemporáneo y como puente entre una
época y otra.
Varios son los criterios que la sitúan entre los
artistas costarricenses que contribuyeron a marcar
la plástica costarricense de los años sesenta y
setenta y la inserción de ésta en las corrientes de
vanguardia: - La innovación que, en su época,
introdujo Zulay Soto del concepto plástico del
collage y, posteriormente del ensamblaje.
- La utilización, que hace del objeto encontrado,
reinventándole una nueva función, que nos remite a
un nuevo sistema de connotaciones.
- Su interés en los desechos, su conciencia del
entorno y dejando claro que esos desechos son
vestigios de nuestra sociedad.
- La redefinición que, a su vez hace la artista de
nuestro paisaje tradicional y del bodegón.
-Su búsqueda de nuevas formas de expresión artística
dentro de las corrientes abstractas de la época y su
consistencia plástica.
- Como pionera de género en sus luchas por
reivindicarle un espacio valedero a la mujer dentro
del contexto artístico del país.
- Finalmente, por sus lidias como directora,
museógrafa y curadora de un museg excepcional en el
mundo, el Museo de
Jade.
La exposición, - que hemos llamado Objeto
Encontrado, está ordenada con una visión secuencial
que liga las diferentes transiciones temáticas,
conceptuales y formales de la autora -, tiene como
propósito que el espectador reconozca y disfrute la
coherencia de concepto y forma de cada eje temático
y la genuina capacidad de comunicación trasgresora
de la artista a lo largo de su carrera dedicada al
arte.
La muestra no tendrá un orden cronológico, sino que
consistirá en una retrospectiva que permita
plantear, en base a cinco ejes
temáticos, un recorrido con una secuencia evolutiva
a través de cuatro décadas y el proceso de búsqueda
constante que ha sido el leitmotif de la artista.
EL OBJETO
ENCONTRADO
Desde el inicio de su carrera, Zulay Soto adopta una
actitud crítica hacia la senda seguida por la
pintura tradicional e intenta dar nuevas soluciones
pictóricas buscando y explorando nuevos caminos y un
nuevo vocabulario visual reflejado en la estética
del desecho.
Parte de la contemporaneidad que se destaca en Zulay
Soto, radica en el hecho de que utiliza cualquier
soporte y materias varias para sus planteamientos y
este ' hecho acerca sus obras a la actualidad, que
de una u otra manera reconocemos en artistas
contemporáneos si se mira desde la óptica del primer
mundo.
Con propuestas innovadoras que buscaban encontrar
sus propios espacios, esta artista ha recreado, con
una mirada nueva, los temas que le han interesado:
En un primer período, su interés se concentró en el
collage propiamente dicho, a la manera de los
cubistas o los dada. En un segundo período, se
destacan soportes de madera, en los que fueron
introducidos resinas, pintura y piezas de metal. ~~~^—-^
Esenestaamalgamadecollagey ensamble, en la que la
artista incorpora el concepto
de objeto encontrado -objet trouvé- que, a su vez,
es el desecho que queda como vestigio de nuestra
sociedad. La vida social del hombre implica también
una relación de conflicto con la naturaleza y en
este sentido, la utilización de estos materiales por
parte de la artista lo evidencia. No obstante que el
interés estético y antropológico de los objetos
procede del resultadodesu apropiación y utilización
por parte,de la artista, como en la concepción de
Duchamp del ready made a inicios de siglo, la
artista busca desechos cuyas formas, texturas y
colores caprichosos ella considera
tendránlacapacidaddeevocarun paisaje o un bodegón,
en el que se reúnan esos elementos que nos remitirán
a un nuevo sistema de connotaciones. Aunque el
aspecto de estos objetos - pequeños tesoros para
ella- se mantenga similar, han perdido su
funcionalidad, entonces el ojo de la artistajos
selecciona y ensambla, auna lo fortuito y lo
caprichoso con lo racional para crear y es en esta
capacidad de conducirnos por múltiples niveles de
evocación, que la artista se impuso como un valor de
la plástica joven costarricense.
Otros pioneros de la técnica del collage en Costa
Rica fueron José Alberto Berrocal, Francisco
Alvarado, Rafael Ángel García, Juan Luis Rodríguez y
Carlos Moya, quién influenció grandemente a la
artista como su profesor universitario.
ion eljnterés de conceder un espacio a los artistas^
ja época que utilizaban
los más variados objetos encontrados, en 1999 se
lleva a cabo La Bienal de Arte Experimental
Francisco Amighetti, también sarcásticamente llamada
La Bienal del Chunche. Sin embargo a este
acontecimiento se había adelantado Zulay Soto en
casi cuatro décadas.
Posteriormente, a la obra de estos creadores,
numerosos artistas costarricenses han ¡ncursionado,
también, en el uso de materiales de deshecho.
La artista ha permanecidofiel a la utilización de
esos materiales con fines pictóricos a través de su
larga trayectoria como artista aprendiendo siempre
de sus características y posibilidades, como
instrumentos de trabajo, utiliza, una mirada aguda
que recoge y clasifica lo que otros desechan,
martillo, sierra, tijeras, algunos pinceles y goma.
LA MIRADA INTERIOR
Existe una serie de obras de la artista que están
vinculadas a su perfil autobiográfico y vívencial.
Es un espacio propio, y a su vez, la búsqueda de una
entidad como mujer y como joven en el giro de la
plástica costarricense de los años 70.
Como joven artista de la época, adopta una actitud
crítica hacia la senda seguida por la pintura
tradicional y trata de ofrecer nuevas soluciones,
busca la posibilidad de
explorar nuevos caminos, rompiendo con lo
convencional, por lo que esa actitud pronostica el
cambio generacional de los sesenta - setenta hacia
los movimientos posmodernos que para la época no
habían sido del todo aceptados en el mundo artístico
costarricense.
El espectador de la época no podía concebir que
latas arrugadas, desechos industriales y matéricos
fueran los protagonistas de obras de arte y
posiblemente sentía en ello una agresión visual o
desconcierto.
El final de los años 60 y el principio de la década
del 70 se caracterizó, en el ámbito de la política
interna, por el auge del Mercado Común
Centroamericano, el de la diversificación económica
y cierto progreso. Pero, además, fue marcado por
cierta efervescencia ideológica y social y por el
surgimiento, a nivel mundial, de movimientos
estudianfífes de protesta contra las guerras
coloniales como la de Vietnam y una sociedad que era
considerada excesivamente materialista por
movimientos, como el de los hippies. El Tercer Mundo
se convirtió en el campo de batalla de ese conflicto
ideológico y hegemónico, como lo demostró la guerra
de Vietnam, el golpe de Estado en Chile en 1973 o
las luchas contra las trasnacionales como Alcoa en
Costa Rica.
La obra artística de Zulay Soto, al igual que la de
otros creadores, fue lógicamente influenciada por
las ideas
políticas, la revolución sexual, la música y los
movimientos de emancipación de esa época. Así lo
evidencian algunas de sus obras, entre las cuales
muchas son autobiográficas, ya sea de su íntimo
espacio como pintora, de sus gustos musicales y
artísticos, o de sus ideas relacionadas con la
política mundial en contra de la opresión de los
pueblos y a favor de un ser humano libre. Asimismo,
algunos de sus trabajos evidencian su espiritualidad
y arraigo a la idea de un creador divino.
Al referirse a sus obras, la artista señala algunas
influencias estilísticas que son importantes en el
desarrollo de su creatividad, como fue el cubismo,
del que le interesaron la utilización de los planos,
el movimiento de las formas geométricas y la
integración de objetos externos a la pintura como
cartas, naipes adherido con colle. La restricción
del color de la obra cubista le interesó sobre todo
porque marcaba el interés en otros elementos
pictóricos como textura, la línea o la forma.
A través de los collage, la artista no teme contar
historias a través de imágenes reconocibles,
recortes de revistas, de periódicos o fotomontajes y
son múltiples los trabajos que enuncian sus ideas, y
creencias o revelan parte de su vida, recurriendo a
esta técnica.
La creación pictórica matérico-informalista de Juan
Luis Rodríguez tuvo repercusión en los jóvenes
creadores de aquella época,
sin embargo, la artista acota que "Cuando conocí a
Juan Luis Rodríguez como en 1972 ya yo había
expuesto collage y pintura matérica en Artes y
Letras en 1971". "De Felo García, yo conocía sólo
los tugurios y dibujos, mucho tiempo después conocí
sus ensamblajes y la utilización de elementos
matéricos".
A la joven artista le interesaba la pintura matérjca
de Roberto Cabrera, porque tenía aversión por la
pintura plana, ya que procedía del mundo
tridimensional de la escultura. Le interesaba del
artista, también, la textura y la utilización de
objetos que insertaba en sus obras. "Me fascinó
también la sobriedad del color o de su paleta,
bastante monocromática, a veces".
De Lola Fernández diceque,como profesora, le enseñó
a organizar exposiciones en serie y deforma
disciplinada y deella le llamaban la atención los
relieves abstractos. Realmente su interés por el
relieve se despertó temprano, cuando a principios de
los años sesenta conoció la obra del pintor
argentino Antonio Berni, entre ellos el retrato de-Juanito
Laguna. Pareciera que a partir de este retrato,
Berni sistematizó el uso del collage, y éste
constituirá la base de su obra en el que emplea
material de desecho. A su vez la artista" había
visto la obra del costarricense Alberto Berrocal que
hacía una especie de pintura geométrica en la que
incluía tímidamente unas barritas o piecitas de
metal que me llamaron la atención".
Sin embargo, quien tuvo una honda repercusión en su
trabajo con pintura matérica y metales fue Carlos
Moya, quién llegaba de España con técnicas plásticas
de avanzada para la Costa Rica de la época, pues ahí
la pintura matérica estaba en boga. "Yo era
profesora de Artes Plásticas en 1968 y él impartió
un curso sobre nuevas técnicas para que los
profesores las emplearan en las lecciones con sus
alumnos". Les enseñó en ese curso a aplicar
chatarra, arena y pintura comercial. Para ella el
curso fue vital porque, a partir de entonces, empezó
a utilizar esos materiales en sus obras con toda
libertad.
"Me acuerdo que había una revista francesa llamada "Cimaise"
y ahí venían las obras de algunos pintores matéricos
en los que me interesaba" "Esto me reforzaba la idea
de que lo que yo estaba haciendo e intentando no era
una locura, sino un planteamiento más serio. Esto
era una guía para mí, no estaba tan equivocada".
Zulay Soto hace en su obra una introspección, mira
hacia su propio mundo interior en la temática, pero,
a su vez, los aportes pictóricos que ha utilizado a
través de más de cuatro décadas, como el collage, la
utilización de elementos matéricos y material de
deshecho que convierte en "objet trouvé", han sido
muy importantes en el seno del contexto de la
plástica nacional.
LA DOBLE FACETA
DEL PAISAJE
El paisaje ha sido un tema constante en nuestra
plástica. Algunos artistas, en diferentes épocas,
han hecho una interpretación muy personal como es el
caso de la artista Zulay Soto quien lo conceptualiza
de una manera diferente.
Al utilizar materiales de desecho en sus paisajes,
no sólo revaloriza la forma de éstos, confiriéndoles
un nuevo significado plástico, sino que se distancia
de la figuración per se y convierte el naturalismo
de lo cotidiano - mar, montaña, botella-en paisajes
más bien abstractos, en los que plantea un espacio
volumétrico con la utilización de alambres,
deshechos metálicos, piedras, arena y a su vez
relieves que interviene, muy a menudo con color. Sin
embargo esos suelen ser monocromos, o bajo una
paleta muy sobria, guardando la esencia del material
utilizado. La artista ha sabido posicionarse de una
manera muy personal ante la temática paisajística
tradicional, pero, a su vez, la ha revalorizado-con
una nueva lectura plástica y una forma diferente de
interpretar el mundo que la rodea, en donde el
paisaje es generalmente herido por los desechos, la
basura y los objetos no deseados de una sociedad de
consumo voraz. Su creatividad se apropia de la
esencia y su obra paisajística se torna minimalista.
Es así como, de hierros retorcidos, intrincadas
mallas metálicas viejas y tarros aplastados
y golpeados una y otra vez por la artista, surge lo
nuevo, un concepto actual de una sociedad que se
ahoga en desechos, por lo que nos demuestra que su
obra de los años anterior fue premonitoria.
La artista anda a la caza de desechos industriales,
cuyas formas, texturas y colores caprichosos ella
considera tendrán la capacidad de evocar un paisaje,
porque ella respeta las formas y características
intrínsicas del material con el que crea. Así lo
evidencian la chatarra de metal, las maderas, las
resinas, el cartón, el papel y la pintura
utilizadas, porque de cada uno descubre su esencia y
sus mejores cualidades para dar vida a edificios,
playas, mares, cielos o soles. Las formas casi
escultóricas de esas piezas son generalmente curvas
sinuosas que emergen del material de una manera muy
sintética. Pero ese juego que realiza con las formas
de los objetos para crear otras formas, que se crea
esa doble faceta del paisaje construido a base de lo
deconstruido.
REDEFINIENDO EL
BODEGÓN
En la artista hay una permanente preocupación por la
investigación no sólo de materiales sino por la
conceptualización de ciertos temas extraídos de la
vida diaria. Un bodegón o un paisaje es, a la vez,
un tema y una idea, y ambos pueden ser,
simultáneamente, ilusorios y verdaderos.
En las obras de bodegones, Zulay emplea materiales
no tradicionales con los que logra crear naturalezas
muertas que son un tema reiterativo dentro del mundo
del arte intimista y, a su vez, de su propia obra.
Con deshechos, se ha dado a la tarea de crear
espacios poblados de objetos, a veces ubicados sobre
una mesa, sobre la arena de la playa o en el
contexto de un círculo creando formas florales. Es
así que piezas sobrantes y herrumbradas de vehículos
como tuercas, alambres, o tarros y botellas, cobran
nueva vida y brindan al espectador un mensaje que no
corresponde con el objeto encolado, pero que en ese
nuevo contexto tienen un significado insólito y un
nuevo sistema de connotaciones. " En la factura de
esta plástica de lo doméstico en la que el ojo del
artista_ selecciona y ensambla objetos encontrados,
el accidente, entendido como lo fortuito o lo
caprichoso; entendido también como aquello que
conduce al encuentro del artista con la totalidad o
un fragmento de la futura obra de arte, es uno de
los principales ingredientes plásticos"
La artista redefine el papel del tema del bodegón,
no sólo por los materiales transgresores que
utiliza, sino porque en esas obras podemos mirar ese
bodegón como una metáfora del futuro, como un
fragmento de la sociedad industrial. Sin embargo,
podemos imaginar cualquiera de estas naturalezas
muertas, o sus mesas de trabajo, no como desechos,
sino como parte de lo relacionado al acontecer
diario dé Ja artista: de esa manera, nos introduce
en su intimidad, en lo doméstico, ese espacio que
es, a su vez, lo femenino.
CÍRCULOS, SOLES Y OTRAS CIRCUNFERENCIAS
El círculo es en la obra de Zulay Soto la forma
geométrica privilegiada, un ritornello recurrente de
su trabajo. Ya sea porque es forma común en los
desechos industriales, o porque su mirada se posa en
ellos en la búsqueda de formas universales, lo
cierto es que para la artista la figura circular es
un ciclo vital que vincula el cosmos. Como forma, es
armonía, totalidad, unidad, como símbolo, es
esencia, vida, óvulo, luz, claridad y sol. "Me puse
a observar mis obras y siempre había un círculo,
entonces pensé ¿qué es para mí un círculo?".
La circunferencia se repite una y otra vez en casi
toda su obra, ya sea en composiciones abstractas, en
círculos-collage autobiográficos, bodegones,
paisajes, la luna o el sol." Sus soles y lunas de
oro, los ojos de plata oscura que nos miran desde
sus cuadros, no los recoge del firmamento,
generalmente son fruto de sus paseos solitarios,
donde las joyas son las latas aplastadas de las
gentes que transitan, las que patean los niños, una
basura metálica que asume su destello en la penumbra
de sus cuadros". (Amighetti. La Nación.6 de mayo
1990) Muchos de estos trabajos son ensamblajes de
diversos materiales en los que la artista decide
trastocar el formato tradicional para convertirlo en
circunferencia. Fiel al material primigenio y a su
propio gusto, restringe el color de estos trabajos y
evidencia el herrumbre y el color del metal.
Podemos considerar el círculo como la forma esencial
que puebla el mundo artístico de Zulay Soto y aunque
la pintura de la artista es generalmente sintética,
ha oscilado entre lo muy abigarrado de sus collages,
casi barrocos, hasta llegar a obras en las que la
esencia de los círculos se manifiesta como
abstracción pura. En general estas son obras
estilísticamente muy bien concebidas en las que el
círculo es único, aborda todo el espacio pictórico y
tiene un gran sentido simbólico g metafórico.
Es atrevida al concebif^una obra" poca convencional,
ya sea haciendo del collage algo propio o utilizando
desechos y reinventándole una nueva función a ese
objeto encontrado. Con clara conciencia del momento
en que le toca vivir, debe reconocerse en ella el
ser pionera por reivindicar un espacio valedero a la
mujer dentro del contexto artístico del país.
Reconocemos en Zulay Soto una artista innovadora,
creativa y precursora que, contribuyó a enriqueder
nuestro patrimonio cultural.
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