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...«lento: acto de sentarse en una silla,
banco, etc., de manera que quede el cuerpo apoyado y descansado,
...•lento: experimentar una impresión, placer o dolor espiritual
...necesidad: impulso irresistible que hacen que las causas obren
infaliblemente en cierto sentido.
...necesidad: todo aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o
resistir.
...esperanza: estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible
lo que deseamos,
...esperanza: virtud teologal por la que se espera que Dios dé los
bienes que ha prometido.
Lotería: juego público en que se premian con diversas cantidades varios
billetes sacados a la suerte entre un gran número de ellos que se ponen
en venta.
El doble sentido de "Me siento en la necesidad de la esperanza" obedece
a la observación del cómo se articulan el acto de sentarse, el de
sentir, el de la necesidad, y el de la esperanza, con la silla( cuya
finalidad es servir de asiento a una sola persona) y la lotería,
convirtiéndose esta última en un medio de invocación.
La lotería está en nuestro país mucho
antes de que yo naciera, por lo tanto crecí escuchando hablar de ella y
cuando tuve edad para hacerlo, también compré lotería, ganando y
perdiendo, tentando a la suerte y dejando volar la imaginación.
Existen en nuestro medio una serie de maneras para escoger el número a
comprar, la fecha det cumpleaños, el día del matrimonio, la edad, la
terminación de la placa del carro, la suma de los números de la cédula,
la ficha de espera del banco, las alas de la mariposa nocturna, el sueño
de anoche, etc., etc., etc., y más etc.,., los mecanismos resultan
infinitos,
También aon muchas las promesas que se hacen, con tal de salir
favorecido.
Pero lo que más me llama la atención, es que la lotería deja de ser un
juego exclusivo para un grupo privilegiado y se convierte en una
probabilidad que no distingue, estrato social, sexo, raza, religión,
nacionalidad,,,, propios y extraaos se dejan tentar.
Es así como este juego popular transita en el tiempo, en una constante
contemporaneidad, se inserta como una necesidad transformándose en
esperanza, y cuando no se pega, queda el consuelo de "por lo menos
ayudé",
Li Briceño |