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Un recuerdo que vuela en el tiempo y nos acompaña en e/ recorrido mágico
de la vida, donde se encuentran fas íargas horas dedicadas ai juego, que
dejaban de ser medidas por el minutero del reloj y se convertían en
sucesión de actividades, donde se iban de una a otra sin orden de
entrada ni de salida.
Desde la niñez tenemos a la mesa como aquel objeto cotidiano en el que
se llevan a cabo infinidad de tareas, proyectos, situaciones y se
convierte en fa protagonista que nos facilita el desarrollo de trabajos
y placeres, es /a mesa la que guarda en muchos casos las vivencias y
también las grandes y pequeñas decisiones de nuestro crecimiento. Es por
esto que he querido que sea precisamente la mesa, /a que recoja los
recuerdos de grande-niña y los exhiba como el más preciado tesoro que
guarda en mí corazón los juegos de niña- grande.
Li Briceño
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