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CABALLEROS DEL SANTO SEPULCRO
150 AÑOS DE TRADICIÓN

MYNOR ESQUIVEL Y SERGIO BARRANTES

A PESAR DE QUE A CIENCIA CIERTA no se sabe la fecha exacta de la conformación de la Orden o Cofradía de Los Caballeros del Santo Sepulcro en Catedral Metropolitana y, por ende, en otras iglesias, lo que sí es palpable que su génesis se da en el año de 1851, fecha en que llega el Primer Obispo de Costa Rica, Anselmo Llorente y La Fuente, quien trajo la idea de Guatemala, en donde no solo existen Caballeros del Santo Sepulcro sino también la Orden de los Hermanos Costaleros que se gestan en España en el año 1350, según la pagina web de la Conferencia Episcopal de Madrid.
En el escrito de Thomas Francis Meagher sobre “La Semana Santa en 1858 este relata “ Al atardecer, la procesión que conmemora el entierro de Cristo salió lenta y triste por la puerta grande de Catedral (...) un inmenso sarcófago de cristal llevado por unos veinte ciudadanos de los más respetables de San José”. Con esto se comprueba lo antes dicho y eso lo confirma don Francisco Faeth Páez, Ex Presidente de los Caballeros del Santo Sepulcro.

Según el libro El Sueño Roto de Rogelio Coto Monge, una Cofradía es: ‘Un medio que utiliza toda su justificación religiosa para lograr un proceso de acumulación de bienes y convertirse así en una obra generadora de prestigio”. Y cita como ejemplo la de la Reina de Los Ángeles, la de La Purísima, La del Santo Rosario y la del Santísimo Sacramento.

En la grafica a mano derecha, el Presidente de Los Caballeros del Santo Sepulcro de Catedral Metropolitana, Hugo Castro Castro, ( a la derecha) acompañado por el señor Víctor Bermúdez.

 

Estas se encargaban de comprar o mandar a confeccionar lo que su imagen necesitara. Al momento en que don Cleto Monestel trajo de Europa el Santo Sepulcro y “Lico” Rodríguez realizó, a encargo de Lucas Fernández, el Cristo con movilidad (Crucificado y Yacente), en el año de 1878, se supone que allí o sea ese Viernes Santo en la tarde hubo ya una cofradía organizada de Caballeros del Santo Sepulcro y se estima que las primeras familias en cargar la urna e imagen fueron las de don Mariano de Jesús Montealegre, don Cleto Monestel y Lucas Fernández, así como los hijos y el mismo “Lico” Rodríguez, y Tomas Guardia quien, días antes, condecoro con la bandera nacional a este yacente

Durante el final del Siglo XIX y principios del XX no existen datos fidedignos. Sin embargo, en el año de 1940 se da un cambio trascendental en esta orden pues la primer Presidencia oficial la asume don Octavio Castro, quien era Administrador del Teatro Nacional y junto a Juan Bautista Solano, Jaime Segura y un hombre de apellido Díaz se encargaron de dar un vuelco total a esta Hermandad en el aspecto organizativo, agregó Faeth Páez.

“La labor de ellos era quijotesca, ya que Díaz, gracias al apoyo de la familia Segovia, se encargaba de pintar las calles (con el número de escuadras) y, por ende, demarcaba el recorrido. El chico terminaba agotado, pero satisfecho por lo logrado”, añadió el ex jerarca.
Luego comentó la gestión que realizaban don Octavio, don Bautista y don Jaime, pues ellos se encargaban de desarmar la Sagrada Urna y darle el mantenimiento necesario, Aun me cuestionó como lo hacían pues como un rayo veloz corrían para hacer ese trabajo y el Sepulcro quedaba lindísimo”, relató.
Consultado sobre la Semana Santa del año 1948 – época en la que se daba la Guerra Civil – recordó que esa procesión ha sido una a la que menos gente y Caballeros del Santo Sepulcro asistieron, “ El Santo Entierro discurrió de manera normal, pero todos íbamos con bastante temor pues como se sabe esta urna es una de las más veneradas de nuestro país, dijo.

   

José Fco. Faeth.
“ CABALLERO DE CABALLEROS”
MYNOR ESQUIVEL

 

“LISTOS AL BRAZO (...), LISTOS AL HOMBRO” ; “ Dentro estaquillas (...), fuera estaquillas”. Estas frases son las que resumen de mejor manera y forma; porque no, retratan también al Ex Presidente de Los Caballeros del Santo Sepulcro de Catedral Metropolitana quien con ese “gritillo” – estilo militar y popularizado en cada procesión – imponía respeto aplicaba orden y disciplina, aparte de que conjugaba con ello, su fe y devoción por Jesús Nazareno y el Santo Sepulcro con su yacente respectivo, aspectos que transmitía a sus compañeros quienes – cada uno a su estilo – trataban de cumplir sus ordenes.
Así es como mejor se puede resaltar la gestión de don José Francisco Faeth Páez, quien dedica seis décadas de su vida a ser miembro de la cofradía y de ellos poco más de treinta como jerarca. Gracias a su esfuerzo y el de otros muchos en los años 70 se vieron en esta Santa Iglesia Catedral de San José, procesiones que serán y ya son inolvidables a los ojos de muchos costarricenses que peinan canas y otros que nacidos en un pretérito más cercano rememoran esos años que se espera vuelvan en este tercer milenio.
Este contador de profesión lleva en su sangre, corazón y alma una gran devoción no solo a Jesús Nazareno y el Santo Sepulcro sino también por las Vírgenes de La Dolorosa y La Soledad, y, por obvio, a Cristo Resucitado.
“ Para mí ornamentar el Santo Sepulcro y arreglar (entiéndase vestir) al Nazareno fue, es y será una de las mayores bendiciones que me ha dado Dios. Ahora por mi salud ya no estoy al frente del grupo, sin embargo, siempre les acompaño y puedo admitir que siento la misma o más felicidad que el primer día que ingrese a la cofradía”, comentó.

José Francisco Faeth

Este hombre de más de 70 años estuvo casado con doña Nora Sáenz (QdDg) y es padre de Javier Francisco y Mary Ann, además es abuelo de Javier y Jennifer; considera a su nuera Jeannette como una hija propia. “ Gracias a Dios mi hijo Javier ha seguido esta tradición y espero que mi nieto – en un par de años – lo haga también pues la devoción, veneración y fe por el Nazareno y el Sepulcro vienen desde muy dentro de mi corazón”, señaló
Para Mary Ann, su hija, el legado de “ Faeth” – como le dicen de cariño sus compañeros de cofradía – esta más allá de una procesión pues él siempre ha sido un hombre muy servicial, sensible, trabajador y sobre todo, un ferviente devoto de toda la religiosidad. “ Debo dar gracias a Dios por haberme dado unos padres tan especiales quienes con su obra transmitieron el legado de una fe, la que hoy nosotros transmitimos con la misma intensidad a la siguiente generación,”, finalizó esbozando una pequeña sonrisa de satisfacción por la gestión de su padre, el “Caballero de Caballeros “, José Francisco Faeth Páez

 
 
         
 

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Revisado el: 13 de octubre de 2014 20:41:43 -0600.

 
 

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