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San José
Parroquia de Desamparados
Sobre este solemne y suntuoso sepulcro se tejen
varias quimeras, todas gestadas en la tradición oral
La primera señala que discurría la década de 1930
cuando el Pbro. Elías Valenciano – luego de mirar la
restauración del respectivo de la Santa Iglesia
Catedral Metropolitana donado por Cleto Monestel en
1878 traído de Francia - decidió adquirir un
sarcófago de cristal con grandes similitudes La urna
funeraria fue tallada por el artesano, Jesús Gómez
en el Taller de José Urgellés en 1930.
Según el analista, José María Junco las filigranas
de este sarcófago de cristal fueron hechas en oro
por el orfebre nicaragüense, Juan Zelaya, y entre
ellas destacan: el Lábaro de Constantino, cuatro
querubines y una Cruz Latina en el cimero.
Cabe destacar que para esas mismas fechas se
trabajaron también los sepulcros de la Parroquia La
Inmaculada, Heredia (hoy, en la Parroquia de San
José, Barrio San Josecito de Alajuela); Parroquia
San Miguel Arcángel, Escazú.
Mientras tanto, Rigoberto Monge, Presidente de la
Orden del Santo Sepulcro, señala que la urna fue
hecha en el taller de Zúñiga, cuyo taller quedaba
por el Center City. Tiene unas cabecitas de ángeles
en las esquinas, son cuatro querubines. Está
reforzado con una platina de un cuarto de pulgada a
todo el derredor, por el anda hacia los brazos.
Asimismo el Cristo también es de Zúñiga y se estrenó
por 1947 o 1948.
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El Yacente:
Es obra indiscutible de Manuel María Zúñiga,.
La imagen tallada en madera. Tiene un rostro de
descanso, sus manos, pies, brazos y piernas así como
su tórax presenta encarnaciones bellas. El
tratamiento es totalmente esmerado.
La urna e imagen fueron donadas por la Familia
Fallas comentó Gustavo Cedeño, miembro de la
organización de Semana santa en esta Parroquia.
El recorrido:
“Inicié en 1969 como Caballero del Santo Sepulcro.
Recuerdo que el recorrido de la procesión del
Viernes Santo en la tarde era: saliendo del templo
se dirigía hacia la Municipalidad hasta la bomba
Morales, dando la vuelta, nos veníamos pasando
detrás del templo, se llegaba a la Muralla, de ahí
cogíamos a la izquierda hasta llegar a la esquina de
la famosa pulpería La Buena Suerte, donde está ahora
Carni Rica, después veníamos otra vez al Parque y
luego al Templo. Ese recorrido es el que más ha
servido (en contra de las agujas del reloj) ya que
esa cuesta es brava y aunque se intentó cambiar, no
fue posible por medidas del Tránsito”, agregó
Rigoberto Monge |
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En cuanto a la música que acompaña las procesiones,
se había creado una Banda, la Saint Michel, pero
resulta que ya no toca aquí, en su lugar hubo que
hacer un rejuntado. La Parroquia paga para que venga
gente de fuera, y el joven Martín que es músico se
encarga de organizarlos. En el caso de la Banda
Municipal no existe desde hace tal vez veinte años.
Las restauraciones:
Al Santo Sepulcro de Desamparados se le cambió la
cruz para cuando vino el sacerdote Marco Hugo. “En
el templo habían unas puertas principales que tenían
un peinazo, como un cargador fijo en las puertas de
metal, entonces cuando se habrían las puertas el
sepulcro no pasaba, y había que bajarlo mucho, la
cruz era pequeña pero pegaba. Me tocó a mí hacer el
trabajo, hubo que quitarle la cruz y ponerle otra
pero con bisagra”, señaló Monge
“El sepulcro original lo echaron a perder porque era
laminado en oro. Parece que vinieron unos entendidos
que conocían tantísimo y le aplicaron esmalte
dorado, eran los tiempos cuando los caballeros
pagaban la cuota de veinte colones por año, eso era
con lo que se contribuía. Cuando entré y volví a ver
la restauración improvisada ya era tarde, fue en ese
tiempo que se le cambió la cruz con bisagra que
caía, cuando salía en procesión se le corría el
pasador y fijaba la cruz. Esa cruz actualmente es
fija y es pintada en polvo de oro como todo el
sepulcro”, finalizó Rigoberto Monge. |
