En la segunda semana de febrero, comenzaron los
ensayos para el monólogo del jueves en la noche,
representación del Huerto de los Olivos ensayaba con
todo el grupo de actores comunales que salían ese
día. Al principio era una vez por semana y solo se
practicaba una o dos veces por ensayo, luego fueron
incrementando la valoración con el grupo, y en mi
casa ensayaba los monólogos del viernes en la
mañana; en uno de los tantos ensayos en mi casa me
ponía nerviosa de tan solo pensar que la procesión
seria transmitida por televisión, hasta recuerdo que
una vez por mi faz se deslizo una pequeña lagrima
por el temor ; empero, el apoyo de Juan Carlos
Rojas, productor de Televisora de Costa Rica, fue
vital pues nos otorgó la motivación necesaria a
todos los compañeros para que todo saliese bien.
Al tiempo que me probaba y
tallaba los vestidos, mantos, coronas y comprábamos
la bisutería poco a poco fui sintiéndome dentro del
papel. En parte eso me motivo aun más a hacer bien
mi papel. Mis alas – cuando me las probaron – sentí
y observe que eran verdaderamente preciosas La
presentación del jueves en la noche llega, el rizado
me lo hicieron desde la noche anterior para que
duraran lo suficiente, una hora antes de irnos – al
punto de encuentro que era en el parqueo del El
Nopal - me maquillaron.
La dueña de la casa, al lado del parqueadero muy
amablemente nos presto un lugar en el que me pudiera
cambiar, me puse el vestido color turquesa que tenia
unas mangas largas muy acampanadas y transparentes.
Sinceramente mi favorito. Además, la corona con
flores del mismo color, mi manto color celeste con
bordados color fucsia y colores azules, una
bisutería muy brillante y finalmente mis alas
blancas con escarcha plateada y con los bordes de
plumas blancas de ganso. Creo que todo en conjunto
era una belleza.
Me llamaron a probar el sonido, no obstante, poco a
poco fueron llegando los vecinos de los alrededores,
me puse mi diadema y con mi papá Luis Jenkins me fui
a colocar a un lugar no visible a un costado de la
tarima y la presentación dio inicio.
Yo veía como iba avanzando el tiempo, la procesión
se acercaba y me ponía mas nerviosa, hasta que el
encargado del sonido indico que encendiera el
micrófono, y me puse a rezar interiormente, papá me
ayudo a caminar por entre el césped, el iba
camuflado, por lo tanto no se veía mucho, me subió a
la tarima, yo iba con el corazón palpitando muy
fuerte y temblando me acerque a donde estaba hincado
Juan Miguel (Joven de Pastoral de Desamparados),
quien representaba a Jesús en el Monte de los
Olivos, motivo de la representación, el termino de
decir su dialogo, y yo empecé a hablar, con una
seguridad que no poseía, y no tenia ni idea de donde
había salido.
Mi primera procesión comenzó, me dieron un cáliz
color plateado, y caminamos hasta la iglesia, nada
cansado. Lo cansado iba a ser al día siguiente, que
tenia dos procesiones. Y, empecé a prepararme para
el siguiente día.
El viernes la actividad empezó muy temprano. A las
7:00 a.m. me estaban poniendo mi vestido dorado, mis
zapatos, me retocaron el rizado, la corona, el manto
color plateado con rayas doradas y de ultimo las
bellas y exóticas alas, con puntos de escarcha
dorada
A las 10:00 a.m., estaba ya en el altar con la
señora que me cuidaba, a unos 25m podía ver el altar
de Mariana, quien interpretaba la mujer de Samaria,
estaba yo sentada en una silla esperando, cuando vi
que a Mariana le traían el la diadema, me subieron a
mi altar, la peregrinación finalmente hizo un alto
con La Samaritana , ella termino su monologo , y mi
corazón se iba acelerando, me iba poniendo cada vez
mas nerviosa, sudaba, temblaba, corriendo me
trajeron la diadema, observe a los monaguillos y
acólitos, al sacerdote, a la transmóvil de canal 7
con audio, cámaras, cables y monitores por doquier;
a las Marías Piadosas, que me miraban de reojo
dándome apoyo, ya que era yo la mas joven de las
siete, a las tres Mujeres Bíblicas ( La Magdalena,
La Samaritana, La Verónica) quienes también se
unieron a ese apoyo moral que necesitaba , y
finalmente los costaleros traían en una bella anda
la imagen de Jesús Nazareno que por su paso – a
cargo de los costaleros – parecía que caminaba hacia
mi, primero estaba a unos veinte metros, luego a
diez y después, al frente de mi altar.
El anda, la apoyaron en mi cara que estaba cubierta
de algodón simulando ser nubes, me acerque a Él con
cuidado, quedando a medio metro o menos, estábamos
rostro a rostro, Cara a Cara, podía ver sus gotas de
sangre corriendo por su frente, ver el dolor, el
cansancio y la angustia reflejado en su rostro
aunque solo fuese una imagen – producto del trabajo
de un prolijo escultor, yo lo sentía, me lo
imaginaba que era real, que Jesús, El Mesías estaba
allí como hace dos mil años.. Realmente su mirada me
intimidaba y durante un segundo me sentí
insignificante ante tal grandeza.
Cuando empecé a hablar, al principio lo hice con
sigilo y mi voz temblaba un poco de lo nerviosa que
estaba, pero al ver su nuevamente su rostro empecé a
imaginar todo el sufrimiento por el que había pasado
por Nuestra Salvación, en mi mente divagaba lo
egoísta que fue la humanidad, el como le trataron,
los latigazos que le dieron, los clavos, la corona
de espinas, en fin todo lo que le hicieron.
Y, perdí toda noción de tiempo, me concentraba
únicamente en su faz y en sus ojos color café, el
monologo que había memorizado, parecía habérseme
olvidado, ya sentía que era yo, la estudiante, la
amiga; no un papel escrito y memorizado, sentí que
eran las palabras que nacían desde el fondo de mi
corazón, mi voz se iba quebrando en cuanto iba
pronunciando cada palabra, tenia ganas de llorar
desconsoladamente, se me partía el alma de tan solo
verlo.
Sentía un nudo en mi garganta y pensé que no iba a
poder continuar, sentí que me trasladaba al preciso
momento en el que Jesús iba llevando la Cruz a
cuestas, que estaba yo allí presente, lo veía pasar,
sudando, sangriento, cansado, con la fuerza humana
que solo podía provenir del Hijo de Dios, la manera
en la que luchaba para llegar hasta el final para la
salvación de los seres humanos, nadie se lo pidió y
el lo hizo por todos nosotros, por compasión y por
amor, lo único que quería hacer era confortarlo de
todo su dolor, hacer algo por la injusticia que
estaban cometiendo con el, reclamarles a los humanos
lo injustos y la poca importancia que le han dado a
aquel que murió por nosotros. .
Monologo del Ángel de Confortación
Cristo aplacas con tu fe solemne el miedo al
tormento promulgado.
Perlas de sudor tienes en la frente, nacidas al
conjuro de lo humano.
Es factible secarlas con la mano pero deben fluir,
dicta la mente.
Que pase la copa, si es posible, es grito del hijo
esperanzado
¿Acaso te sientes abandonado o es rigor del Padre
tan terrible?
Conjunción de amor y de obediencia. Sólo un hombre
siendo Dios lo sabe.
¡Hágase la voluntad y acabe este pobre dudar de la
inconsciencia!
Cese el llanto y al perdón altivo se abre en el
cielo la esperanza.
A medida que la noche avanza trocarás en Cielo este
monte del Olivo.
Se hace cómplice y verdad la noche y tú Cristo,
olvidado ya el reproche te haces manso y dócil cual
cordero. Aceptas tu destino desde eterno: Sufrir,
morir, salvando del infierno a todo bien nacido. Al
mundo entero. ( Producido y adaptado por Juan Miguel
Torres Mora)
Termine mi monologo con mas ganas de llorar que
nunca, sin embargo cuando veía que lo iban bajando
me iba tranquilizando y regresando a la realidad
Concluida la procesión y la representación del
calvario, fuimos a descansar y a prepararnos para la
Procesión del Santo Entierro el viernes en la tarde.
Nos empezamos a alistar cuatro horas antes, esta vez
me tocaba salir con un vestido color plata bastante
creativo, con cuello levantado, hasta la cintura con
una tela recubierta y brillante, un cinturón de
lentejuelas, y de ahí hasta los talones de
terciopelo y mangas largas un poco acampanadas. La
procesión duró alrededor de 2 horas, el recorrido
fue largo, de ahí pasamos hasta el Altar Mayor de
Parroquia de Nuestra Señora de Los Desamparados, a
escuchar la marcha del Duelo de la Patria, compuesta
por el costarricense, José Rafael Chávez Torres y la
homilía del Padre Melvin Fernández.
Afortunadamente el sábado era día libre, aunque
acudí con toda fe y devoción a acompañar a María
Virgen en la advocación de la Soledad.
El domingo la procesión era a las diez de la mañana
y para mi fue la menos cansada porque era muy corta.
El vestido en esta ocasión era una tùnica sencilla y
blanca, con tiras cruzadas plateadas, la corona con
flores blancas y azules, manto en degrade de azul a
celeste de terciopelo con escarcha, las alas con
escarcha plateada y en lugar del caliz llevaba un
pequeño ramo de flores blancas, porque era la
procesiòn de las alegrìas.
Esta oportunidad para mi fue algo inolvidable, un
encuentro espiritual, una oportunidad para acercarme
mas a la iglesia y a Dios, y por sobre todo recordar
todo lo que Jesús sufrio por nuestra salvaciòn y lo
malagradecidos e injustos que hemos sido, y el como
algunas veces nos importan mas otras cosas, y
dejamos a nuestro Padre en el fondo de nuestros
vidas.
La Imagen tiene una altura de 165 centímetros. Es
una obra de craciòn guatemalteca, atribuible a
Alonso de Paz, responsable de la talla del Jesús
Nazareno del Consuelo de la Basílica de Santo
Domingo de Guzmán. . Tiene trazos muy definidos en
su rostro que muestran dolor y angustia. “Su mirada
penetra en el corazón del hombre y es, a su vez
inquisidora, aunque llena de esa acción
misericordiosa.”, señalo el analista Luis Gerardo
Ruiz.
Además, es una efigie que ofrece amor, salvación y
hace reflexionar sobre Él que otorgó la vida por
todos nosotros.
El trato en manos y pies es esmerado, aspecto que
demuestra que su escultor se preocupó en los más
mínimos detalles.
Sus trajes son confeccionados – según Gustavo Cedeño,
encargado de vestir todas las imágenes de esta
Parroquia – por Rosa González y Teresita Campos, con
telas traídas de ciudad de Guatemala. Y, el nimbo
fue confeccionado por Joyería del Valle, Cartago.
Asimismo, su peluca es intervenida por Jannory
Huertas
El traje tiene hermosas aplicaciones en hilo de oro,
en las que se aplica motivo eucarístico: en las
mangas destacan uvas y en el pectoral: espigas de
trigo. |