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    Jesús Nazareno de La Paciencia y el Ángel de La Confortación    

Por:Loriana Jenkins Flores

Mi experiencia en este papel bíblico es un evento que jamás olvidaré. En el 2005 cuando interprete a La Verónica, Doña Ana Romero, la encargada de la Comisión de los ángeles, me solicitó que saliera la próxima Semana Santa como Ángel de la Confortación, acepté no muy segura de que era lo que tenía que hacer.
En febrero del 2006, empezaron los preparativos, mis padres Luis Jenkins y Lorena Flores con Gustavo Cedeño, un amigo cercano de la familia, y encargado de la vestición a todas las imágenes, y Priscilla Marín, dueña de una pequeña empresa de modas, empezaron a comprar las telas, joyas y materiales para las alas y coronas.
Me dieron los monólogos, que eran dos de una página entera en prosa cada uno; empecé a leerlos, practicarles y tratar de memorizarlos durante mis lecciones en el Colegio Seminario, cuando llegaba a casa seguía leyéndolos.

Muchas veces hice uso de la tecnología, grababa mi voz en un grabador de mano y, muchas oportunidades reescribía los textos con el propósito de tenerlos bien aprendidos para las procesiones en que me correspondía interpretar el papel.

  Loriana Jenkins Flores

 En la segunda semana de febrero, comenzaron los ensayos para el monólogo del jueves en la noche, representación del Huerto de los Olivos ensayaba con todo el grupo de actores comunales que salían ese día. Al principio era una vez por semana y solo se practicaba una o dos veces por ensayo, luego fueron incrementando la valoración con el grupo, y en mi casa ensayaba los monólogos del viernes en la mañana; en uno de los tantos ensayos en mi casa me ponía nerviosa de tan solo pensar que la procesión seria transmitida por televisión, hasta recuerdo que una vez por mi faz se deslizo una pequeña lagrima por el temor ; empero, el apoyo de Juan Carlos Rojas, productor de Televisora de Costa Rica, fue vital pues nos otorgó la motivación necesaria a todos los compañeros para que todo saliese bien.

 

Al tiempo que me probaba y tallaba los vestidos, mantos, coronas y comprábamos la bisutería poco a poco fui sintiéndome dentro del papel. En parte eso me motivo aun más a hacer bien mi papel. Mis alas – cuando me las probaron – sentí y observe que eran verdaderamente preciosas La presentación del jueves en la noche llega, el rizado me lo hicieron desde la noche anterior para que duraran lo suficiente, una hora antes de irnos – al punto de encuentro que era en el parqueo del El Nopal - me maquillaron.


La dueña de la casa, al lado del parqueadero muy amablemente nos presto un lugar en el que me pudiera cambiar, me puse el vestido color turquesa que tenia unas mangas largas muy acampanadas y transparentes. Sinceramente mi favorito. Además, la corona con flores del mismo color, mi manto color celeste con bordados color fucsia y colores azules, una bisutería muy brillante y finalmente mis alas blancas con escarcha plateada y con los bordes de plumas blancas de ganso. Creo que todo en conjunto era una belleza.


Me llamaron a probar el sonido, no obstante, poco a poco fueron llegando los vecinos de los alrededores, me puse mi diadema y con mi papá Luis Jenkins me fui a colocar a un lugar no visible a un costado de la tarima y la presentación dio inicio.


Yo veía como iba avanzando el tiempo, la procesión se acercaba y me ponía mas nerviosa, hasta que el encargado del sonido indico que encendiera el micrófono, y me puse a rezar interiormente, papá me ayudo a caminar por entre el césped, el iba camuflado, por lo tanto no se veía mucho, me subió a la tarima, yo iba con el corazón palpitando muy fuerte y temblando me acerque a donde estaba hincado Juan Miguel (Joven de Pastoral de Desamparados), quien representaba a Jesús en el Monte de los Olivos, motivo de la representación, el termino de decir su dialogo, y yo empecé a hablar, con una seguridad que no poseía, y no tenia ni idea de donde había salido.


Mi primera procesión comenzó, me dieron un cáliz color plateado, y caminamos hasta la iglesia, nada cansado. Lo cansado iba a ser al día siguiente, que tenia dos procesiones. Y, empecé a prepararme para el siguiente día.
El viernes la actividad empezó muy temprano. A las 7:00 a.m. me estaban poniendo mi vestido dorado, mis zapatos, me retocaron el rizado, la corona, el manto color plateado con rayas doradas y de ultimo las bellas y exóticas alas, con puntos de escarcha dorada


A las 10:00 a.m., estaba ya en el altar con la señora que me cuidaba, a unos 25m podía ver el altar de Mariana, quien interpretaba la mujer de Samaria, estaba yo sentada en una silla esperando, cuando vi que a Mariana le traían el la diadema, me subieron a mi altar, la peregrinación finalmente hizo un alto con La Samaritana , ella termino su monologo , y mi corazón se iba acelerando, me iba poniendo cada vez mas nerviosa, sudaba, temblaba, corriendo me trajeron la diadema, observe a los monaguillos y acólitos, al sacerdote, a la transmóvil de canal 7 con audio, cámaras, cables y monitores por doquier; a las Marías Piadosas, que me miraban de reojo dándome apoyo, ya que era yo la mas joven de las siete, a las tres Mujeres Bíblicas ( La Magdalena, La Samaritana, La Verónica) quienes también se unieron a ese apoyo moral que necesitaba , y finalmente los costaleros traían en una bella anda la imagen de Jesús Nazareno que por su paso – a cargo de los costaleros – parecía que caminaba hacia mi, primero estaba a unos veinte metros, luego a diez y después, al frente de mi altar.


El anda, la apoyaron en mi cara que estaba cubierta de algodón simulando ser nubes, me acerque a Él con cuidado, quedando a medio metro o menos, estábamos rostro a rostro, Cara a Cara, podía ver sus gotas de sangre corriendo por su frente, ver el dolor, el cansancio y la angustia reflejado en su rostro aunque solo fuese una imagen – producto del trabajo de un prolijo escultor, yo lo sentía, me lo imaginaba que era real, que Jesús, El Mesías estaba allí como hace dos mil años.. Realmente su mirada me intimidaba y durante un segundo me sentí insignificante ante tal grandeza.


Cuando empecé a hablar, al principio lo hice con sigilo y mi voz temblaba un poco de lo nerviosa que estaba, pero al ver su nuevamente su rostro empecé a imaginar todo el sufrimiento por el que había pasado por Nuestra Salvación, en mi mente divagaba lo egoísta que fue la humanidad, el como le trataron, los latigazos que le dieron, los clavos, la corona de espinas, en fin todo lo que le hicieron.
Y, perdí toda noción de tiempo, me concentraba únicamente en su faz y en sus ojos color café, el monologo que había memorizado, parecía habérseme olvidado, ya sentía que era yo, la estudiante, la amiga; no un papel escrito y memorizado, sentí que eran las palabras que nacían desde el fondo de mi corazón, mi voz se iba quebrando en cuanto iba pronunciando cada palabra, tenia ganas de llorar desconsoladamente, se me partía el alma de tan solo verlo.


Sentía un nudo en mi garganta y pensé que no iba a poder continuar, sentí que me trasladaba al preciso momento en el que Jesús iba llevando la Cruz a cuestas, que estaba yo allí presente, lo veía pasar, sudando, sangriento, cansado, con la fuerza humana que solo podía provenir del Hijo de Dios, la manera en la que luchaba para llegar hasta el final para la salvación de los seres humanos, nadie se lo pidió y el lo hizo por todos nosotros, por compasión y por amor, lo único que quería hacer era confortarlo de todo su dolor, hacer algo por la injusticia que estaban cometiendo con el, reclamarles a los humanos lo injustos y la poca importancia que le han dado a aquel que murió por nosotros. .
Monologo del Ángel de Confortación


Cristo aplacas con tu fe solemne el miedo al tormento promulgado.
Perlas de sudor tienes en la frente, nacidas al conjuro de lo humano.
Es factible secarlas con la mano pero deben fluir, dicta la mente.
Que pase la copa, si es posible, es grito del hijo esperanzado
¿Acaso te sientes abandonado o es rigor del Padre tan terrible?
Conjunción de amor y de obediencia. Sólo un hombre siendo Dios lo sabe.
¡Hágase la voluntad y acabe este pobre dudar de la inconsciencia!
Cese el llanto y al perdón altivo se abre en el cielo la esperanza.
A medida que la noche avanza trocarás en Cielo este monte del Olivo.
Se hace cómplice y verdad la noche y tú Cristo, olvidado ya el reproche te haces manso y dócil cual cordero. Aceptas tu destino desde eterno: Sufrir, morir, salvando del infierno a todo bien nacido. Al mundo entero. ( Producido y adaptado por Juan Miguel Torres Mora)
Termine mi monologo con mas ganas de llorar que nunca, sin embargo cuando veía que lo iban bajando me iba tranquilizando y regresando a la realidad


Concluida la procesión y la representación del calvario, fuimos a descansar y a prepararnos para la Procesión del Santo Entierro el viernes en la tarde. Nos empezamos a alistar cuatro horas antes, esta vez me tocaba salir con un vestido color plata bastante creativo, con cuello levantado, hasta la cintura con una tela recubierta y brillante, un cinturón de lentejuelas, y de ahí hasta los talones de terciopelo y mangas largas un poco acampanadas. La procesión duró alrededor de 2 horas, el recorrido fue largo, de ahí pasamos hasta el Altar Mayor de Parroquia de Nuestra Señora de Los Desamparados, a escuchar la marcha del Duelo de la Patria, compuesta por el costarricense, José Rafael Chávez Torres y la homilía del Padre Melvin Fernández.


Afortunadamente el sábado era día libre, aunque acudí con toda fe y devoción a acompañar a María Virgen en la advocación de la Soledad.


El domingo la procesión era a las diez de la mañana y para mi fue la menos cansada porque era muy corta. El vestido en esta ocasión era una tùnica sencilla y blanca, con tiras cruzadas plateadas, la corona con flores blancas y azules, manto en degrade de azul a celeste de terciopelo con escarcha, las alas con escarcha plateada y en lugar del caliz llevaba un pequeño ramo de flores blancas, porque era la procesiòn de las alegrìas.


Esta oportunidad para mi fue algo inolvidable, un encuentro espiritual, una oportunidad para acercarme mas a la iglesia y a Dios, y por sobre todo recordar todo lo que Jesús sufrio por nuestra salvaciòn y lo malagradecidos e injustos que hemos sido, y el como algunas veces nos importan mas otras cosas, y dejamos a nuestro Padre en el fondo de nuestros vidas.


La Imagen tiene una altura de 165 centímetros. Es una obra de craciòn guatemalteca, atribuible a Alonso de Paz, responsable de la talla del Jesús Nazareno del Consuelo de la Basílica de Santo Domingo de Guzmán. . Tiene trazos muy definidos en su rostro que muestran dolor y angustia. “Su mirada penetra en el corazón del hombre y es, a su vez inquisidora, aunque llena de esa acción misericordiosa.”, señalo el analista Luis Gerardo Ruiz.


Además, es una efigie que ofrece amor, salvación y hace reflexionar sobre Él que otorgó la vida por todos nosotros.


El trato en manos y pies es esmerado, aspecto que demuestra que su escultor se preocupó en los más mínimos detalles.


Sus trajes son confeccionados – según Gustavo Cedeño, encargado de vestir todas las imágenes de esta Parroquia – por Rosa González y Teresita Campos, con telas traídas de ciudad de Guatemala. Y, el nimbo fue confeccionado por Joyería del Valle, Cartago. Asimismo, su peluca es intervenida por Jannory Huertas


El traje tiene hermosas aplicaciones en hilo de oro, en las que se aplica motivo eucarístico: en las mangas destacan uvas y en el pectoral: espigas de trigo.

         
 

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Revisado el: 13 de octubre de 2014 20:31:02 -0600.

 
 

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