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◄ANTEDEDENTES

 

FOLLETO 1

   
 

 

RAYMOND POINCARE, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA FRANCESA

 

LAS CAUSAS DE LA GUERRA


La rivalidad franco-alemana
Desde que se firmó el tratado de Francfort, que sentaba las bases definitivas de la paz entre Alemania y Francia y debía regular las relaciones futuras entre ambos países, se pudo prever que la guerra que terminaba se renovaría tan pronto como la nación vencida se sintiera capaz de volver a la lucha. Aquel tratado, que arrebataba a Francia dos provincias que le pertenecían desde muchos años antes, no podía ser aceptado por los franceses como un arreglo definitivo. Lo sufrieron porque no les quedaba otro recurso; pero se prometieron rasgarlo apenas se presentara una ocasión oportuna. Y a fin de hacerla nacer trabajaron sin descanso en reorganizar sus fuerzas vivas: su hacienda y su ejército. Poco tardaron en tener una hacienda próspera, porque la riqueza natural de Francia es grande, y no tardaron mucho más en haber reorganizado su ejército. Tuvieron los soldados vestuario y municiones en abundancia, armas perfeccionadas y servicios auxiliares bien dispuestos. Al cabo de cinco años hubieran podido volver a la lucha; pero vivían todavía Bismarck y Moltke, y el país francés estaba aún bajo la impresión de cansancio y terror que la invasión le produjo. Aguardaron, pues, los republicanos tiempos mejores para emprender la guerra de desquite.
Bismarck, el fundador del Imperio, el autor de la derrota de Francia, cuando hubo visto con que rapidez reaccionó la nación vencida y cuan pronto se rehizo de las enormes pérdidas, confesó a sus amigos que se había equivocado y que no debió de haber exigido cinco mil millones de francos, sino quince mil. Al propio tiempo, y á fin de conservar la superioridad adquirida, hizo votar créditos enormes para aumentar los efectivos del

ejército, para renovar el armamento, para construir nuevas vías férreas que aseguraran una movilización y una concentración rápidas de las fuerzas militares. .E hizo tales preparativos con ostentación, a fin de amedrentar a Francia, para que a ésta le pasaran las ganas de emprender una nueva lucha. En alguna ocasión estuvo tentado de renovar la guerra; pero Francia, aun temerosa, cedía, y se conjuraba el conflicto. Además, Francia estaba sola y Alemania tenía aliados.

Antes de la guerra turco-rusa (1876) Rusia y Austria estaban al lado de Guillermo I. No podían pensar los franceses en atacar a los alemanes. La rivalidad y el ansia del desquite existían; pero no se manifestaban.


El tratado de Berlín.

 

Sus victorias sobre Austria y Francia engrieron con exceso al Canciller, que imaginó que podía permitirse los mayores desafueros. Era el amo de Europa, y a toda costa quería continuar siéndolo, sin parar mientes en que lo mismo se peca por exceso que por defecto.
Cuando vio que Rusia era dueña de los destinos de Turquía y que podía borrarla del mapa de Europa, no quiso
consentir que otra nación se engrandeciera tanto a su lado, y de acuerdo con la Gran Bretaña exigió la revisión del tratado de San Stefano, convocando para ello la Conferencia de Berlín. Bismarck, que presidía la Conferencia, y los lores de Beaconsfield y Salisbury se despacharon a su gusto y frustraron a Rusia del fruto de sus victorias. No le consintieron casi ninguna ventaja territorial, ¡a ella que había perdido cien mil soldados y muchos cientos de millones de rublos en la demanda!, y, en cambio, otorgaron a Austria el dominio sobre Bosnia y Herzegovina, países poblados de eslavos, y a Inglaterra la isla de Chipre.
Rusia, extenuada por el esfuerzo que acababa de realizar, no podía oponerse a la voluntad del Canciller.

   

General Joffre

Generalísimo del ejercito Frances

   

Sucumbió, firmó el Tratado; pero no olvidó la lesión ni la ofensa. Bismarck comprendió que se había excedido, y para prevenir toda agresión constituyó la Triple Alianza, destinada, según él, a asegurar la paz en Europa; en realidad, con objeto de asegurar a Alemania la hegemonía sobre todas las naciones europeas. Austria e Italia no eran entre sus manos otra cosa que instrumentos de dominación, armas poderosas que debían infundir temor a los' enemigos del nuevo Imperio. Tranquilo ya desde que hubo constituido la Tríplice, pensó únicamente en perfeccionar y aumentar el ejército y en desarrollar la prosperidad comercial e industrial de su patria.

 

General Sukhomlinoff

Ministro de la Guerra del Imperio Ruso

   

La paz armada


Decía Pitt, que Prusia era un cuartel .y no una nación. Lo lastimoso es que Prusia, crecida gracias al militarismo, contagió a las demás naciones e hizo de ellas otros tantos cuarteles. La victoria de Prusia sobre Francia produjo «la paz armada». Todos los países de Europa se armaron hasta los dientes,- inventaron nuevos fusiles y cañones, llamaron a filas a todos los mozos aptos para el servicio de las armas, aumentaron el número de regimientos y baterías, construyeron fortalezas en sus fronteras, botaron al agua acorazados cada vez más poderosos, y como unas rivalizaban con otras y como la rivalidad no cesaba, en esa porfía se consumieron muchos miles de millones sin provecho positivo para nadie.
Los presupuestos de todos los pueblos daban fe de que la paz armada continuaba su obra nefasta. Francia, que en tiempo del Imperio «derrochaba», según los republicanos, mil setecientos millones de francos todos los años, tiene un presupuesto de cinco mil en_ 1814.
Lo propio les ha ocurrido a los demás Estados. No sólo han aumentado la cifra de sus gastos, sino que ha crecido de un modo pavoroso la de sus Deudas. Los ministros de Hacienda tienen que arbitrar recursos para facilitárselos a los de Guerra y Marina. Imponen al contribuyente sin tener

en cuenta sus recursos, pensando sólo en la imprescindible necesidad de encontrar dinero para gastarlo en armas y municiones. Le abruman a fuerza de impuestos y gabelas. Imponen al industrial y al comerciante, y éstos, a su vez, hacen que el consumidor pague los impuestos que se les cobra. Cuando una nueva contribución cae sobre una clase cualquiera de ciudadanos, los agraviados procuran sacudirse y hacer que otros paguen la cantidad que se les quiere sacar del bolsillo. El industrial vende al comerciante algo más caros los productos de sus talleres, el comerciante se indemniza a costa del detallista, y éste, que no quiere ser el último mono, hace pagar al cliente, al desdichado consumidor el sobreprecio que el mayorista le exige.
Entre todas las explicaciones que se ha dado para cohonestar el encarecimiento de las subsistencias durante los
últimos veinte años, debiera figurar en primer término el aumento del presupuesto de gastos, que es, a no dudarlo, el factor más importante de la carestía cuyos efectos todos deploran. «La paz armada» es la culpable de tal estado de cosas.

 

La Doble Alianza


Por voluntad del Kaiser, Bismarck dejó de gobernar los destinos del Imperio en Marzo de 1890. Aun pudo, antes de morir, ver que no anduvo acertado queriendo imponer su voluntad a Rusia.

   

Mr. Asquith

Primer Ministro del Gobierno Ingles

Poco tiempo hacía que Guillermo II gobernaba por su cuenta cuando estalló como una bomba la noticia de la alianza entre Francia y Rusia. Las dos agraviadas se juntaban para prestarse mutuo apoyo. Francia ya no estaba aislada. Era de temer lo que ahora ha sucedido. Aquella alianza implicaba el germen de una guerra futura. Bismarck, al conocer la noticia, dijo : «He aquí una prueba de la torpeza con que se gobierna en Alemania. Yo no hubiese dejado que se contrajera semejante alianza».

Mariscal Roberts

Generalísimo del ejercito ingles

   

El Kaiser comprendió el significado de la recepción de Cronstadt, y para contrarrestar su influencia acentuó su
política militarista, armándose hasta los dientes y dando un impulso jamás conocido a las construcciones navales.
Esa ansia febril de tener una flota poderosa alarmó a Inglaterra y acumuló nuevos materiales para el conflicto que
ahora ha estallado y que se retardó únicamente por el temor que sentían todas las naciones de desencadenar una tempestad que podía causarles enormes daños.
La Doble Alianza tenía un carácter marcadamente pacífico en apariencia. Los periódicos franceses no cesaban
de proclamarlo a todas horas. Era un organismo que debía contribuir, juntamente con la Tríplice, a mantener la paz.
El Zar convocaba la Conferencia de La Haya para invitar al desarme. Francia se adhería a la proposición de un desarme parcial. La Gran Bretaña aceptaba la idea. Alemania la rechazó con todas sus fuerzas; no podía avenirse a licenciar un solo soldado ni un solo obrero de sus arsenales. La prensa francesa hizo resaltar la diferencia de conducta.
Las naciones de la Doble convenían en desarmar al primer aviso, las de la Triple se negaban a ello. Saltaba a la vista que aquéllas querían la paz y éstas la guerra.
Pero, en realidad, no era así. Francia y Rusia anhelaban la guerra con el mismo afán que sus rivales.

Si no exteriorizaban 1su deseo era porque no se consideraban bastante fuertes. Querían obrar sobre seguro. Y esperaban y se preparaban en silencio, afirmando sus intenciones pacíficas. La guerra de Rusia retardó el conflicto actual. Alemania vio con indecible satisfacción como los soldados del Zar marchaban al remoto Oriente en busca de una derrota segura, puesto

Dirigible alemán P.-III, flexible, de 10,000 m/.3; longitud, 84 iii.;
diámetro, 15'5 m.; motores, 400 H. P.; velocidad, 65 kilóm. Construido en 1911
 

que carecían de municiones de boca y guerra y era imposible que el Transiberiano transportara a un tiempo los soldados que tenían que rechazar a los japoneses y los aprovisionamientos que necesitaban. Todo ocurrió entonces a gusto de Alemania. Los nipones vencieron en Liao-Yang, en Hun-ho y en Mukden a sus adversarios, y nació en Asia un poder capaz de contrarrestar el de Rusia.
La casi revolución que siguió a la guerra, mientras se discutía el tratado de Portsmouth, llenó de júbilo a Guillermo II y a su camarilla, compuesta entonces del príncipe de Eulenburg y de sus amigos. Rusia quedaba imposibilitada para guerrear durante muchos años.
 

Made in Germany


La expansión maravillosa del comercio y de la industria de Alemania produjo alarma en Inglaterra. Los ingleses temieron por los mercados que habían conquistado en todas las partes del mundo. Los alemanes eran unos rivales temibles. Ofrecían unas mercancías bien presentadas y mucho más baratas que las inglesas. Y concedían mayores facilidades para el pago.

Dirigible alemán Z. VI., rígido, de 19,500 m./3; longitud, 141 m.; diámetro. 14'8 m.; motores, 540 H. P.; velocidad, 77 kilóm. Construido en 1913
             

Cierto que el género no era tan bueno, tan sólo como el salido de las fábricas y talleres de Inglaterra; pero los clientes americanos, asiáticos o africanos no reparan en minucias, y los corredores y viajantes alemanes hacían una competencia desastrosa a los ingleses.

De ahí nacieron una rivalidad profunda, una antipatía invencible entre ambas naciones. Alemania era un
astro naciente que amenazaba eclipsar el sol de Inglaterra, la cual se sentía bastante vigorosa para vencer a su joven adversaria. Y ésta, como si quisiera exasperar a su rival, la primera potencia marítima del mundo,'construía febrilmente acorazados enormes dotados de cuantos perfeccionamientos ha descubierto la ingeniería naval. Sus buques mercantes competían en tonelaje y velocidad con los ingleses.

Alemania, que había dejado muy atrás a los franceses en el terreno comercial, se proponía ser la primera nación del mundo en punto a industria y comercio, y para ello era menester que venciera a Inglaterra. Guillermo II hablaba siempre de su deseo de mantener relaciones cordiales con la Gran Bretaña, de la consideración que le merecían los ingleses, de la comunidad de origen que tenían britanos y germanos; pero Von Tirpitz presentaba nuevos programas navales y la marina de guerra de Alemania crecía por momentos.

Dirigible alemán Veeli, semirrígido, de 9,100 ni.=; longitud, 70 m,; diámetro, 12'4m.; motores, 260 H. P.: velocidad, 70 kilóm. Construido 1911-13
             

Un ministro francés, el Sr. Delcassé, fué bastante avisado para comprender que había llegado la hora propicia
para hacerse con una nueva aliada, para adquirir un apoyo que debía ser decisivo en la lucha que se preparaba.
Hizo comprender a lord Lansdowne, su colega en Inglaterra, que el espléndido aislamiento que ponderaba Chamberlain era un tremendo peligro para Inglaterra. Si Alemania vencía en una nueva lucha a Rusia y Francia, Inglaterra se vería amenazada a su vez al cabo de poco tiempo, y entonces no podría esperar el menor auxilio de las naciones vencidas. Era esto tan evidente, que el ministro del Foreign-Office aceptó la «inteligencia» que se le proponía, inteligencia que era sinónimo de alianza.

En lo sucesivo Alemania no podría ya hacer y deshacer a su gusto en Europa. Si sus pretensiones eran exageradas, encontraría quien se opusiera a ellas. Guillermo II lo comprendió así. Para ver hasta qué punto estaban seguros de sí mismos los tres países de la Triple Inteligencia provocó la Conferencia de Algeciras y exigió la dimisión del Sr. Delcassé, amenazando con declarar la guerra si no se le satisfacía.

 
Dirigible francés Colonel Renard, Flexible, de 4.300 m3; longitud 66 m.; Diámetro 33.1 m.; motores, 110 H.P.; velocidad, 46 Km. Construido en 1909
             

Desde aquella fecha, y viendo que encontraría siempre quien se opusiera a sus deseos, quien desacatara su voluntad, sólo pensó el Emperador en la guerra. Las naciones nuevamente aliadas no chistaban. Se preparaban sin ostentación; pero se preparaban. Su actitud no podía ocultarse a Guillermo II, quien, por su parte, aumentaba los efectivos de un ejército y aconsejaba a Italia y a Austria a que hiciesen lo propio. En 1909 encontró otra ocasión para tantear el terreno y para demostrar al mundo entero que su voluntad era ley
para todos. Por instigación suya Austria-Hungría se anexó las provincias turcas de Bosnia y Herzegovina, pobladas por gente de origen eslavo. Servia, que soñara con reconstituir un reino importante uniéndose a los que

ahora Austria convertía en súbditos suyos, protestó de la anexión Y bastó su protesta para que Austria movilizara seis cuerpos de ejército y amenazara al gobierno de Belgrado con declararle la guerra. Rusia declaró que no dejaría que los austríacos aplastaran a Servia, y movilizó a su vez. Entonces entró en escena Guillermo II. En una Nota enviada a San Petersburgo dijo que no podía abandonar a su aliada, y que si Rusia amenazaba a Austria, Alemania estaría al lado de ésta.

Aquella Nota era una verdadera provocación a la Triple Inteligencia. Con ella se quiso demostrar que Alemania era todavía arbitra de los destinos de Europa. «Con la Inquisición, chitón». Rusia y Francia soportaron la nueva humillación sin protestar. Pero al cabo de poco tiempo Rusia aumentó el número de sus cuerpos de ejército e hizo votar por la Duma los fondos necesarios para comprar cien baterías de artillería. Francia perfeccionaba también sus armamentos y acumulaba gente y medios de defensa en su frontera del Este, para estar preparada a rechazar cualquier acometida.

 

El golpe de Agadir
 

Sí todo lo que llevamos relatado no bastara para evidenciar la

   

Dirigible francés Ville de Paris. flexible, de .3,200 m./3'; longitud, 60'4 m. diámetro, lO'5,m.; motores, 70 H. P.; velocidad."43i'2 kilóm. Construido en l903

voluntad de Alemania de decidir por medio de las armas a quien, en lo sucesivo, debía pertenecer la hegemonía en Europa, lo que ocurrió en Marruecos serviría para comprobarlo. Apenas los franceses empezaron a enviar tropas a Marruecos con intención de someter a los que no querían doblegarse a sus órdenes, apareció un día en Agadir un cañonero alemán, el

Panther. Declaró el gobierno de Berlín que el cañonero no abandonaría el puerto marroquí hasta que los franceses hubiesen dado a Alemania una compensación territorial que les indemnizara de la pérdida que para ellos representaba la conquista de Marruecos por otro país. El gobierno francés vio que o transigía o tenía que ir a la guerra.
Prefirió lo primero. Trató con la cancillería de Berlín, y al cabo de largas negociaciones se convino, de común
acuerdo, ceder a Alemania una parte del Congo francés, lindante con posesiones alemanas. Se había conjurado un nuevo peligro; pero a costa de una nueva humillación. Los franceses comprendieron que era preferible acabar con tal estado de cosas, y, a pesar de la oposición de los socialistas, restablecieron el servicio de tres años,

             
Dirigible francés Adjudant Vincenot, flexible. Con.struído en 1913

único medio de que cesara la inferioridad numérica de sus fuerzas comparadas con las de Alemania. Al propio tiempo Rusia ponía de golpe y porrazo 80,000 hombres más sobre las armas. Los alemanes respondieron sin tardanza creando nuevas unidades y elevando la cifra de sus soldados en tiempo de paz.

Al propio tiempo publicaron una estadística que explicaba urbi et orbe que el Imperio alemán tenía 67 millones de habitantes.
La prensa oficiosa comentaba la cifra de la población y decía que nunca Alemania había estado tan floreciente
como entonces, ni en posesión de tanto metálico, ni en condiciones tan excelentes para imponerse a sus enemigos.
Pero aun cuando en público se fingía tanta confianza, entre bastidores se empezaba a reflexionar. Y las reflexiones del Kaiser, del Kronprinz y de la camarilla militar distaban mucho de ser halagüeñas. Descontaban la
victoria sobre los franceses; pero les causaba inquietud el continuo crecimiento de los armamentos de Rusia. Si
pasaban unos años más, si ocurría una revolución en. Austria, todo peligraba. Alemania tendría que hacer frente

             
Dirigible inglés Astra Torres XIV, flexible, de 8,700 m/3; longitud, 77 m.- diámetro, 18 m.; motores, 400 H. P.; velocidad, 822 kilóm. Construido en 1913

a Rusia y a Francia a la vez, sin contar con Inglaterra, que aprovecharía sin duda la ocasión para ver si destruía la flota cuyo crecimiento no pudo impedir.

 

La guerra balkánica 

 

Guando estalló la guerra balkánica estuvo también a punto de estallar la europea; pero Alemania tenía que ultimar algunos detalles y aplazó la hora sangrienta. Pensaba, y con razón, que la lucha que se desarrollaba en Oriente le daría pretexto para intervenir cuando quisiera, sin parecer que había buscado la ocasión para turbar la paz de Europa.

No fué así, sin embargo; todo marchó como una seda; nadie contrarió su voluntad y no se le dio pretexto para

intervenir ni para enfadarse. Tuvo que aplazar sus proyectos; pero no por mucho tiempo. Y aprovechó éste para

preparar todos sus recursos, para dar su última mano al plan de campaña elaborado por su Estado Mayor. Las largas entrevistas que celebraban el Kaiser y el archiduque heredero de Austria-Hungría servían para ponerse de acuerdo para la próxima campaña.

Sólo una incógnita aparecía en el problema planteado: la actitud de Italia. ¿Seguiría a sus aliadas en una ofensiva?

¿Permanecería neutral? Los hechos demuestran que valía la pena de pensar en ello, pues la abstención de Italia representa, cuando menos, una fuerza de 500,000 hombres en favor de

     
Dirigible inglés Parseval, flexible, de 8,800 m/3»; longitud, 84 m.; diámetro, 15 m.
motores, 360 H. P.^ velocidad, 68 kilóm. Construido en 1913

Francia y Rusia: 250,000 soldados italianos dejan de combatir junto a los alemanes; 250,000 soldados franceses que hubiesen permanecido en la frontera de Italia pueden volar a la de Alemania o a la de Bélgica. Pero parece que los gobiernos de Berlín y de Viena habían previsto tal eventualidad y que se sentían bastante fuertes para emprender la lucha. Faltaba sólo el pretexto para ella.

 

El asesinato del archiduque


El archiduque Francisco Fernando, futuro emperador de Austria-Hungría, quiso inspeccionar las provincias anexadas en 1909 y emprendió un viaje por ellas, acompañado de su esposa. Lo que debía ser un viaje casi triunfal terminó de un modo trágico. El 28 de Junio, mientras el coche en que iban el archiduque y su esposa recorría las calles de Sarajevo, capital de Bosnia, un hombre joven lanzó una bomba contra el coche. Los príncipes resultaron ilesos y el asesino fué detenido. Quiso el archiduque continuar su paseo, a pesar de que la prudencia aconsejaba lo contrario, y media hora después, a poco de ponerse en marcha el carruaje, otro hombre, joven también, disparó varias veces su revólver contra los príncipes, hiriéndoles mortalmente. Los asesinos, Cabrinovitch y Prinzip, nacieron en territorio austríaco, es decir, en Bosnia; pero desde los primeros momentos fué atribuido el doble asesinato a un complot organizado por los elementos servios y que debía de tener ramificaciones en Belgrado. El populacho saqueó y quemó varias casas pertenecientes a súbditos servios, y cometiera mayores excesos de no haber intervenido la tropa.

Dirigible francés Spieas, rígido, de 10,400 m/3. - longitud, 140 m.; diámetro, 13'5 m.; motores, 400 H. P.; velocidad, 70 kilóm. Construido en 1913

En Viena y en Budapest produjo el asesinato una indignación profunda, que se tradujo en una letanía de injurias contra los servios y los eslavos en general. Desde los primeros momentos se dijo públicamente que las autoridades de Belgrado eran responsables de lo que ocurría y que era menester castigar en Servia entera el crimen de dos exaltados, exageración disparatada, porque jamás pueden ser responsables de un acto individual las colectividades.

 

¿Hubo en Belgrado la conjuración que se supone? ¿Sabían muchos servios lo que iba a ocurrir en Sarajevo?
¿Las bombas y el revólver de los asesinos procedían de Belgrado? Las autoridades austro-húngaras se dedicaron a esclarecer tales puntos. Mientras se ponían en claro, en todas las ciudades del Imperio, y contra el derecho de gentes, fueron atropellados súbditos servios y saqueadas sus casas. La prensa, adelantándose a los hechos y provocándolos, decía a diario que era preciso hacer un escarmiento ejemplar con los servios. Al propio tiempo profería amenazas contra Rusia, porque, a juicio suyo, si los servios se mostraban tan envalentonados y agresivos se debía al apoyo que en todas ocasiones encontraron en San Petersburgo.

El gobierno de Viena dejaba decir sin castigar. Por su parte se entregaba a minuciosas investigaciones para descubrir si el crimen de Príncipe fué aconsejado por algún comité servio.
¿Qué descubrieron los policías austríacos? No es probable que averiguaran que Servia entera había tomado parte en el complot. Sin embargo, obraron como si así hubiese sido.

 

 

El 23 de Julio, sin que nada pudiese hacer prever tal cosa, el gobierno austro-húngaro dirigía al de Servia un ultimátum concebido en términos violentos, haciéndola responsable de lo ocurrido en Sarajevo y exigiendo que Servia publicara en el Diario Oficial una declaración reconociendo que su conducta hacia Austria-Hungría no fue correcta, y que el ejército servio quedara enterado, oficialmente, de esa declaración.

 

Exigía, además, que el gobierno de Belgrado se comprometiera a suprimir toda publicación que excitara los ánimos contra Austria-Hungría; a disolver la asociación llamada Narodna Obrana y las demás asociaciones que hacen propaganda contra Austria-Hungría; a destituir a los empleados y oficiales que se muestran contrarios al Imperio; a tolerar que agentes de policía del Imperio detuvieran en Servia a los conspiradores; a proceder inmediatamente a la detención del comandante Tankositch y de Milán Ciganivitch.  Esa Nota con carácter de ultimátum, pues era conminatoria y se exigía una contestación dentro de las cuarenta y ocho horas, estaba escrita en unos términos brutales, sin duda alguna para que fuera rechazada de plano.
Tan inaceptable era, que el gobierno de Austria-Hungría, a fin de excusarse con las demás potencias, les envió copia de ella, acompañada del siguiente escrito que debía ayudar a tragar la píldora.
«El 31 de Marzo de 1909 el gobierno real servio dirigió a Austria-Hungría una nota (que se reproduce). A la mañana siguiente Servia emprendió una política que tendía a inspirar ideas

Mapa de la frontera

Austro-Servia

 

 subversivas a los, servios residentes en- la; monarquía austro-húngara y a preparar así la separación de los territorios austrohúngaros limítrofes de Servia.
«Convertida Servia en hogar de agitación criminal, no lardaron en formarse sociedades y afiliaciones destinadas a crear desórdenes en territorio austrohúngaro.
Estas sociedades cuentan entre sus miembros generales y diplomáticos, funcionarios del Estado, jueces, personalidades del mundo oficial y no oficial del reino.» El espíritu de conspiración de los políticos servios sufrió un recrudecimiento después de la última crisis balkánica, 

 
  Vista Panorámica de los ríos Save y Danubio, que separan a Servia de Austro-Hungría, actualmente lugar de importantes operaciones militares

viniendo a ponerse a disposición de la propaganda terrorista contra Austria-Hungría individuos que habían formado parte de partidas ocupadas hasta entonces en Macedonia. »Ante estos manejos, a los cuales ha estado sometida Austria desde hace varios años, el gobierno servio no ha creído de su deber el tomar la menor medida, y con ello el gobierno servio ha faltado al deber que le imponía su solemne declaración de 31 de Marzo de 1909 y se ha puesto en contradicción con la voluntad de Europa y con el compromiso contraído con Austria.

))La longanimidad del gobierno imperial estaba inspirada en el desinterés territorial de la monarquía austrohúngara y en la esperanza de que el gobierno servio acabaría por apreciar en su justo valor la amistad de Austria. Esta benevolencia, sin embargo, no ha modificado en nada el proceder del reino, que continúa tolerando en su territorio una propaganda funesta, cuyas consecuencias se manifestaron ante el mundo entero el 28 de Junio, en que el presunto heredero de la monarquía y su esposa cayeron víctimas del complot tramado en Belgrado. ))En vista de este estado de cosas, el gobierno imperial ha tenido que decidirse a emprender nuevas y apremiantes gestiones en Belgrado, a fin de obligar al

 
 

Iron Duke

Superdreadnought inglés, de 26.400 toneladas y 29.000 caballos de fuerza. Entre su artillería monta 26 cañones de más de 10 cm. y 5 tubos lazatorpedos.

gobierno servio a detener el movimiento incendiario que amenaza la seguridad y la integridad de la monarquía austro-húngara» El gobierno imperial está persuadido, al emprender esta gestión, de que se halla de acuerdo con los sentimientos de todas las naciones civilizadas, que no pueden admitir que el regicidio sea un arma de que se pueda usar impunemente en la lucha política y que la paz europea sea continuamente perturbada por manejos provenientes de Belgrado.

 

"En apoyo de todo lo que precede, el gobierno imperial pone a disposición de ese gobierno el correspondiente expediente sobre las maquinaciones servias y la relación que existe entre estas maquinaciones y el atentado del 28 de Junio." El ultimátum produjo verdadero estupor en Europa.
Todo el mundo comprendió que se trataba de ir a la guerra. Rusia, provocada tan directamente por Austria, no podría retroceder. Sin embargo, Rusia aconsejó a Servia que transigiera, que procurase dar satisfacción a Austria. Llegó el 25, y Servia entregó su contestación al ministro de Austria-Hungría.

KING GEORGE V

Superdreadnought inglés, de 23.500 toneladas y 31.000 caballos de fuerza con un andar de 21 nudos. Entre su artillería monta 10 cañones de 34 cm. y3 tubos lanza torpedos

 

 

La Guerra


¿Aceptaban los servios las humillantes condiciones de Austria?
¿Se prometían vivir en lo sucesivo de una manera distinta que hasta entonces?

¿Se avendrían a soportar todas las condiciones impuestas por Austria?
A fin de evitar el tremendo conflicto que acarrearía su negativa Rusia les aconsejó que aceptasen lo que Austria exigía de ellos. Obraron los servios en consecuencia, y en el plazo fijado entregaron la contestación requerida. Era como Rusia les aconsejara, como Austria podía desearla.

Aceptaba el gobierno de Belgrado cuantas condiciones le pudo imponer al de Viena, a pesar de que eran de tal índole que más parecían dictadas a un Estado vasallo que a una nación independiente. Se plegaba a todas las exigencias se inclinaba ante todas las imposiciones, acataba la voluntad ajena prescindiendo de la propia y terminaba diciendo que si Austria no se daba aún por satisfecha. Servia sometería de buen grado el pleito que se ventilaba al tribunal de La Haya. cuando se conoció en Europa el texto de la contestación hubo unos momentos de tregua en la angustia que dominaba los ánimos.
Austria debía darse por satisfecha.

 
  ORION
Superdreadnought inglés, de 22,680 toneladas y 27,000 caballos de fuerza, con un andar de 21 nudos. Entre su artillería  monta 10 cañones de 34 cm. y 3 tubos lanzatorpedos

La fantasma de la guerra, que aparecía amenazadora, había desaparecido.
No había ya motivos para temer una ruptura de la paz. La prensa de Francia y la inglesa, haciendo de tripas corazón, pues no se les ocultaba que Austria quería la guerra, afirmaban que se conservaría la paz.
Pero el arbitro de ella era el gobierno de Viena. Y éste quería la «ejecución de Servia ». La respuesta de Belgrado no satisfizo a los austríacos; hubo ruptura inmediata de relaciones entre Austria y Servia.
El 28 de Julio Austria declaró la guerra a Servia por medio de una Nota publicada en el Diario Oficial del Imperio. He aquí el texto de ese papel que produjo la conflagración europea:

«No habiendo contestado el gobierno real de Servia de un modo satisfactorio a la Nota que le entregara el ministro de Austria-Hungría con fecha del 23 de Julio de 1914, el gobierno imperial y real se ve obligado a defender por sí mismo sus derechos e intereses, recurriendo, para ello, a la fuerza de las armas.
Austria-Hungría se considera, pues, desde este momento, en estado de guerra con Servia.
«El ministro de Estado de Austria-Hungría,
«CONDE BERCHTOLD».

Las tropas austro-húngaras entraron inmediatamente en campaña y hubo a lo largo del río Drina continuos tiroteos entre las fuerzas de una y otra nación.

 


El gobierno de Belgrado, que no podía defender esta capital, se retiró a Nisch. El de Montenegro salió de Cetinia y marchó a Podgoritza, porque habiendo declarado el rey Nicolás que haría causa común con Servia, temía ser atacado.

En Austria se acogió con entusiasmo la declaración de guerra. La prensa había preparado admirablemente el terreno para hacer creer que se trataba de una causa justa. La movilización adelantó rápidamente tanto en Austria como en Servia, y las tropas de esta última nación,para evitar el paso de tropas enemigas, volaron el puente de Semlin sobre el Danubio.

COLOSSUS
Dreadnouglit inglés, de 20,250 toneladas y 25,000 caballos de fuerza, con un andar de 21 nudos. Entre su artillería monta 10 cañones de 30'5 cm. y 3 tubos lanzatorpedos

 
Rusia y Alemania

¿Se circunscribiría la guerra en mal hora empezada?
¿Se podría evitar, como se evitó cuando la guerra de los Balkanes, que se propagara por las demás naciones europeas?
Desde el primer momento vieron todos los estadistas y buen número de escritores que la catástrofe era irremediable y que sólo un milagro podía evitar las funestas consecuencias del alocamiento o de la mala intención del gobierno de Viena. Pero cuantos por su posición e influencia podían influir algo en conjurar el conflicto cumplieron con su deber. Sir Eduardo Grey, ministro de Estado de la Gran Bretaña, entabló negociaciones con los gobiernos de Europa para que todos llegaran a un acuerdo en el caso de Servia.

Como Rusia había declarado desde los primeros momentos que no permitiría que Austria aplastase a Servia, sir Grey propuso que las potencias obligaran a Austria a moderar sus exigencias y su furor, a contentarse con un simple castigo y a prescindir de toda adquisición territorial.- Rusia permitiría el castigo; pero nada más. Francia, Rusia e Italia aceptaban tal solución, que era la menos mala que podía darse al conflicto planteado; pero Alemania vacilaba, discutía, no acababa de decidirse. La prensa afirmaba que aun podía conservarse la paz europea; pero Rusia, convencida de que era preciso pelear, dio orden de movilizar catorce cuerpos de ejército, es decir, 700,000 hombres.

 
  HERCULES
Dreadnought inglés, de 20,250 toneladas y 25,000 caballos de fuerza, con un andar de 21 nudos. Entre su artillería monta 10 cañones de 30'5 cm, y 3 tubos lanzatorpedos

La noticia produjo un efecto tremendo en el mundo entero.
Por fin se daba cuenta la gente de que habían llegado los días trágicos. La ambición de tres o cuatro hombres iba a producir una guerra formidable en la que tomarían parte seis u ocho millones de hombres. Después de muchos siglos de civilización se volvía a la barbarie. Las hordas hambrientas y furiosas se lanzarían a la pelea destruyéndose mutuamente y asolando todo el terreno que pisaran.

 

Los valores públicos de todas los países sufrieron un bajón enorme, y lo propio les ocurrió a las acciones de las empresas particulares. Aun cuando no se había declarado la guerra, ésta aparecía inevitable, segura, inminente.
Pasaron dos días en negociaciones que no podían dar el menor resultado. Aun quedaba alguna esperanza. De pronto se supo que Alemania había preguntado a Rusia por qué movilizaba, y que el gobierno de San Petersburgo contestó que «para evitar que Austria cometiera un desafuero con Servia ». Entonces Alemania declaró el estado de «amenaza de guerra». Y empezó de hecho la movilización.

KING EDWARD VII

Predreadnougth inglés de 16.350 toneladas y 18.000 caballos de fuerza, con un andar de 19 nudos. Entre su artillería monta 4 cañones de 30.5 cm. 4 de 23.10, 10 de 15 y 5 tubos de torpedos

 

Y paralelamente se inició un pánico económico formidable. El dinero desapareció momentáneamente de los mercados. No quedó una moneda de oro ni de plata en circulación.

 

En cambio todo el mundo quiso convertir los billetes de Banco en metálico, y como no fué posible lograrlo, aumentó el pánico y crecieron los apuros. El Banco de Francia emitió billetes de 20 y de 5 francos para remediar la falta de plata. Se cerro las Bolsas, se aplazó las liquidaciones de fin de mes. En las cajas de ahorros sólo se devolvió el 10 por ciento del capital impuesto, lo cual demuestra cuan peligroso es permitir que los gobiernos dispongan ad libilum de los ahorros de los particulares. El día 31 de Julio no quedaba ni la sombra de una esperanza de conservar la paz. En un artículo, que fué muy leído y comentado, el Times declaraba que Inglaterra estaría al lado de Francia y Rusia en caso de estallar la guerra, porque, de lo contrario, y si ahora dejaba que Alemania aplastara a Francia, le llegaría luego su turno y no habría quien acudiese en su auxilio. La autoridad que en Inglaterra tiene el citado periódico daba extraordinario alcance a sus afirmaciones y demostraba

Soldados rusos en uno de los campamentos del Vístula  

que había llegado para Inglaterra el momento de medir sus armas con Alemania.  Si ésta creía en la neutralidad inglesa, le salía mal la cuenta. La rivalidad comercial y marítima de ambas naciones estallaba por fin y revestía caracteres sangrientos.
A cuantos seguían con interés la marcha de los acontecimientos llamaba la atención el silencio de Italia. ¿Se pondría al lado de sus aliadas? ¿Tomaría parte en aquella guerra provocada por ellas, es decir, a todas luces ofensiva?
Un artículo del Giornale d´Italia, órgano del Sr. Sonnino, dijo el 28 que Italia no tenía por qué intervenir en aquella contienda. Según los términos del tratado que era la base de la Tríplice, Italia estaba obligada a prestar auxilio a sus aliadas cuando éstas fueran atacadas; pero no en caso contrario, es decir, siendo ellas las agresoras. Tal parecía ser también la opinión de los gobernantes. Por lo que hace al pueblo, la tendencia dominante era francamente contraria a las naciones germánicas.
Los recuerdos del decenio rojo (1848-58), de las tropelías sin cuento, de las ejecuciones sinnúmero realizadas por orden de Francisco José renacían en aquel momento solemne y se oponían a que un solo soldado italiano marchara al fuego al lado de los austríacos.

Alemania declara la guerra a Rusia


El día 30 por la noche se supo que la movilización de Austria no se reducía a siete cuerpos de ejército, sino que era general; prueba evidente de que no se trataba de un simple castigo impuesto a Servia. Casi al mismo tiempo llegó a conocimiento del público que Rusia adoptó una actitud parecida a la de Austria decretando la movilización de todas sus reservas.
Los acontecimientos seguían la marcha que algunos políticos habían señalado. Se esperaba, pues, que Rusia declarara la guerra a Austria. No fué así. Con general sorpresa se supo que Alemania había enviado un ultimátum a Rusia exigiendo que cesara inmediatamente la movilización de su ejército. Horas después, el 1.° de Agosto a las 7'30 de la tarde, el embajador de Alemania, en nombre de su gobierno, entregaba al ministro de Estado de Rusia la declaración de guerra.—A. R.

 

 

 
                                                                                                                   (Pht Underwood y Underwood)
Soldados rusos en uno de los campamentos del Vístula
 

LOS ARMAMENTOS

FRANCIA.—El fusil que emplea Francia es el Lebel, modelo de 1886, reformado en 1893, de 8 mm. Es de repetición y en su cargador caben ocho cartuchos-. Su longitud es de 825 m. con bayoneta, y de '307 sin ella. Descargado y sin bayoneta pesa 4'240 kilos, y con cartuchos y bayoneta, 4'415 kilos.
Las tropas de campaña emplean la ametralladora sistema Puteaux, y las de fortaleza, la Hotchkiss.

ALEMANIA.—El fusil de las tropas alemanas es el Mauser, modelo de 1898, de caíibre7'9 m. Repetición de cinco tiros. Tiene 1'25 m. de largo sin bayoneta y 1'90 con ella. Con cartuchos y bayoneta-pesa 4'648 kilos, y sin ellos, 4'100 kilos. • La ametralladora de reglamento es del tipo Maxim.

RUSIA.—El fusil del ejército ruso es de tres líneas, modelo de 1901, de repetición, calibre 7'62 mm. Ametralladora Maxim.

AUSTRIA-HUNGRÍA.—Fusil sistema Maüser, modelo de 1895, de calibre 8 mm., con repetición de cinco tiros y peso sin cartucho ni bayoneta de 3'650 kilos. Su longitud, sin bayoneta, es de r272 m. Ametralladora sistema Schwarzlose, modelo de 1907.

INGLATERRA.—Fusil Lee Enfield, de calibre 7 mm. y peso 3700 kilos. Ametralladora Maxim.

BÉLGICA.—Fusil modelo de 1889 (Mauser), de repetición cinco tiros; calibre, 7'05 mm.; largo, 1'275 m. sin bayoneta; peso, 3'900 kilos, descargado y sin bayoneta. Ametralladora Maxim, modelo de 1911.

SERVIA.—Fusil modelo de 1900, sistema Mauser, de repetición; calibre, 7 mm.; peso, 4'100 kilos, y de longitud r25 m. sin bayoneta. Ametralladora Maxim.

                 
LO QUE CUESTA CADA DISPARO


Hay que tener en cuenta que los cañones sólo pueden hacer cierto número de disparos. Uno de 100 mm. puede hacer unos 750 disparos;
una pieza de 164 mm., 380 disparos;
una pieza de 275 mm., Í74 disparos,
y una pieza de 305 mm., 150 disparos.
Hay que añadir al precio del proyectil y de la carga, la suma que representa la amortización del cañón.
Los cañones de 305 mm., con sus torres blindadas, pesan 46,400 kilos y cuestan 50,000 francos.
El precio de la carga de pólvora"(100 kilos) y el proyectil (338 kilos) es de 2,000 francos.
La amortización representa 3,333 francos.
En total, pues, cuesta un disparo de cañón de. 205 rnm. la suma de 5,333 francos.
El cañón de 274 mm. pesa 20,000 kilos, y-cuesta 200,000 francos.
El precio de la carga de pólvora (52 kilos) y del proyectil (216 kilos) es de 1,170 francos.
La amortización representa 1,250 francos.
El precio del disparo es-, pues, de 2^420 francos.
El cañón de 164 mm. pesa 9,000 kilos y cuesta 80,000 francos. La carga de pólvora (12 kilos) y el proyectil (25 kilos) cuestan 270 francos. El precio de un disparo es de 480 francos.
El cañón de 100 mm. pesa 1,550 kilos y cuesta 30,000 francos. El precio de la pólvora (3700 kilos) y del proyectil (14 kilos) es de 107 francos. La amortización representa 40 francos. Un cañonazo cuesta, pues, 147 francos.
El precio de un disparo en los cañones de pequeño calibre es de 30 francos en los de 65 mm., de 12 francos en los de 47 mm. y de 8 francos en los de 37 mm.
Estos datos se refieren a la marina francesa.
 

                 
 

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Revisado el: 07 de octubre de 2014 19:39:57 -0600.

 
 

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