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CRUCE DE
CAMINOS DE LA VIDA Y DEL MUNDO es el arte.
Pero no es nada si no nos toca, si no
nos conmueve, si no nos provoca. El acuarelista
Carlos Cruz comprendió lo anterior y cuando capta el
paisaje de Costa Rica dentro de la tradición
histórica, confirma con los colores diluidos en agua
lo que su ojo captura al mirar nuestra naturaleza.
Conmueve por su amor a la humedad de la naturaleza
tropical que rodea modestas casas campesinas. Unidad
óptica de la imagen y de la realidad, ganada á base
de manchas de color.
Ajeno al bullicio comercial, él viene sorprendiendo
cosas e ideas al ir creando obras con maestría, pues
sus paisajes nos tocan, conmueven y provocan por su
capacidad de atracción. Así, el arte de Carlos Cruz
es cruce de sendas de la vida y del aire.
Luís
Ferrero A. |