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Comentario de Alfonso Chase- 2009
Fue publicado en el diario "La Prensa Libre" El 5 de
marzo del 2009:
Cali Rivera...es uno de los escasos pintores
ecológicos...que se atreve a llevar a extremos su
propuesta, desde la pintura convencional, en sus
inicios, hasta las formas más audaces de
explicitarla
Cali Rivera, intemporal pero energético, nos brinda
en este libro-catálogo, algo más que un manifiesto.
Es una ruta de vida sobre lo que él piensa de lo que
hace, la pintura, los elementos que la componen y un
mundo exterior que repercute en su mente para dar
testimonio de sus habilidades. Es uno de los escasos
pintores ecológicos, si así podemos decir, que se
atreve a llevar a extremos su propuesta, desde la
pintura convencional, en sus inicios, hasta las
formas más audaces de explicitarla que le ponen en
contacto directo con el publico, no la masa, en
diversos actos, o actividades, en donde su arte
pueda ser visto, vivido y hecho propio por los
observantes.
Hay algo de propuesta cósmica, más allá de lo
religioso tradicional, en lo que este artista
propone, al hacer suyos los elementos singulares que
mantienen la vida en nuestra tierra: aire, fuego,
tierra, agua, más el elemento espiritual que da
sentido a su labor y que lo hace expresarse por
medio de palabras, “Manifiesto” lo llama él, que nos
muestran a un artista dueño de su arte, en el cual
la palabra, como elemento vivo, nos permite penetrar
en su universo de color, de símbolos activos que dan
fe de una construcción intelectual definida en su
tiempo.
La vida de Rivera, su labor, son parte de una
epifanía personal que resurge en las diferentes
etapas que se nos muestran en el libro-catálogo. No
es que esté detrás de una ventana, en sus inicios,
sino que se ha convertido en La Ventana misma, eje
de lo que vemos, sentimos y apreciamos en su labor,
desde 1995 a la fecha.
Sus primeros trabajos, entre lo surreal y lo
maravilloso, lo hacen avanzar hacia cambios
apreciables, buscando alzarse sobre banderas,
fuegos, observantes observados, aguas estáticas o
temblando en su pupila y en la nuestra, todo
diferenciado por esos ciclos cronológicos que son la
sustancia del texto gráfico y de sus propias
palabras, que no justifican nada, sino que se abren
hacia su manera de percibir el mundo en el aspecto
religioso, profano, místico. Como es un arte en
permanente mutación, y siendo el artista sujeto de
esos cambios, la pintura que hace se refiere a lo
visto pero también a lo que adivina si se le mira
con detenimiento. El libro-catálogo es también la
historia de un hombre y sus desplazamientos,
influencias, divergencias o armonías, en ese
original volver siempre hacia sí mismo: al Taller
del Artista, convertido en fiesta, agonía, delirio.
Cali Rivera es uno de los artistas más refinados del
medio cultural costarricense, al hacer de su vida, y
su pintura, un espectáculo íntimo y una singular
comunión pública. Es tan atrayente su
experimentación continua, que lo convierte en un
artista hiperactivo, cambiando de ideas con
frecuencia, reinventándose a sí mismo con creador.
El libro recoge, y expresa, el testimonio polifónico
de Rivera: ese combinar artes afines para abrir
ventanas o espacios públicos, su propia personalidad
que sale de sus cuadros para estar junto a nosotros.
Todo lo anterior unido a la calidad de su propuesta
pictórica, sus ideas, los resultados de su
inventiva. Porque Cali Rivera no tienen edad, en ese
privilegio de inventarse a sí mismo como persona,
como creador, como personaje de su propia necesidad
de ser en su pintura y que nunca es la misma, aunque
sigue la línea directa de ser solo eso: “Elementos”. |
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Comentario de Mario Maffioli. 2001
Cali Rivera, ama la belleza, en sus obras se percibe
la emoción que en él despierta la simbiosis con el
mundo de la belleza, el mundo de los artistas y es
que lo importante es lo que el arte significa para
cada uno de nosotros y como nos afecta.
En Cali, el arte abstracto operó una metamorfosis,
caló hondo, en sus composiciones de formas y
colores, se produjo la alquimia la liberación de la
forma o realidad, para dar paso a la contemplación
del espíritu humano, develándonos una nueva realidad
la suya propia.
Haciendo un recorrido desde sus telas abstractas
hasta sus innovadoras piezas de resina póxica,
encontramos una experiencia plena de gozo por la
vida, deseo de comunicación y gran armonía con su
tiempo y realidad., su estética se constituye de una
gran sensibilidad permeable a los estímulos que el
arte en todas sus disciplinas le ofrece.
Pasión y coraje de un solo golpe detonan la llama de
la creación y el artista vive el regocijo que el
arte nos brinda. |