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Los espejismos de
Claudio Cabezas
Me ha tocado el honor de referirme a las pinturas de
Claudio Cabezas, y en este momento no se" que admiro
más: si al pintor o a sus obras. Quien se acerque a
Claudio y lo trate un poco se encontrara con un ser
humano excepcional que ha sabido hacer de su vida
una obra de arte.
Solo los grandes pueden llevar al mismo tiempo la
familia —compuesta por siete miembros en algunas
etapas—, el trabajo, la búsqueda del conocimiento,
su propia empresa —a la que ha dedicado treinta años
de su vida—, y aun así, encontrar tiempo para la
PINTURA. Y es que la vida entera de Cabezas ha
girado en torno al ARTE: desde los doce años de
edad, cuando devoraba cuanto libro caía en sus maños
concerniente al dibujo. Pintor, diseñador grafico,
profesor, padre de familia, empresario, científico,
benefactor, luchador y buen amigo; desde los doce
hasta los diecisiete años pasaba las horas dibujando
al punto que, cuando su profesor del club de dibujo
le solicitó que se hiciera cargo de esta actividad
en el colegio..., Claudio acepto el reto,
encontrándose apenas en cuarto año de secundaria. Y
no solo realizo esto, sino que coordino una
exposición de pintura que incluía mas de 400
trabajos de sus compañeros de colegio. Esta
exposición en particular lo llevo a dedicarse por
complete al arte. Resulta ser que a esa exposición
llegó el propietario de una fabrica de empaques de
celulosa quien le pregunto si el había coordinado
ese Taller de Dibujo. Ante la respuesta afirmativa
de Claudio, le dijo; vengo en un año a buscarlo para
que trabaje conmigo. Al finalizar su quinto año de
colegio, el señor regresó y le pidió que se fuese a
trabajar con el como diseñador grafico, alrededor de
1968.
Y ahí lo tenemos a los diecisiete años: autodidacta,
buen dibujante y explotando como diseñador gráfico.
Un año después, a los dieciocho, renuncio y se fue a
trabajar a la empresa Yanber S.A. donde aprendió la
técnica de la flexografía, uno de los métodos de
impresión mas usado para plásticos. Al año salio y
se fue a trabajar, alrededor de unos seis meses, a
la Litografía Mercomun S.A. (1969} en donde conoció
a los pintores costarricenses Gonzalo Morales Suárez
y Fernando Carballo, que laboraban para la misma
empresa.
Salio de allí, regreso a Yanber S.A. y se animó a
poner, además, una oficina de Artes Graficas detrás
del Banco Nacional en San José, que no prosperó...
En esta empresa trabajo hasta 1977. En este mismo
año, ya era Presidente de la Asociación de
Estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas de la
Universidad de Costa Rica. En este mismo centra,
habia empezado a estudiar pintura desde 1973,
teniendo entre sus compañeros de generación a
Aquiles Jiménez, Jorge Jiménez Deredia, Pedro
Arrieta, Manuel Vargas; y como maestros a Lola
Fernández, Luis Paulino Delgado, Juan Luis
Rodríguez, José Luis López Escarré, Crisanto Badilla,
Mario Parra, pero, especialmente, a Luis Daell,
quien no solo fue un profesor de la Facultad, sino
un maestro para la vida misma. Con gran estima
recuerda también a los maestros Roberto Villalobos,
Willie Montero, Jorge Vargas y Magda Santonastacio.
Entre los trabajos de artistas costarricenses que
más le han impactado están las obras de Miguel
Hernández Bastos, a quien Cabezas reconoce la fineza
de su dibujo, por lo que, sin tapujos lo llama
"maestro por excelencia". Admira mucho el trabajo de
Fernando Carballo y Gonzalo (Chalo) Morales. De 1978
a 1990 fue Profesor de Pintura y Dibujo en el Café
Cultural del Instituto Nacional de Seguros. Se
trataba de unos talleres para los empleados y
allegados al INS y durante los doce años que trabajo
como instructor esta actividad se constituyo en su
verdadera pasión idealista. Combine esta enseñanza
con las lecciones de Artes Gráficas que impartía
para El COVAO (Colegio Vocacional de Artes y Oficios
en Cartago) por un ano.
De 1978 a 1981 trabajo como profesor de Diseño
Publicitario, Profesor de Diseño para Artes
Industrials y capacitando a profesores de secundaria
en la Universidad de Costa Rica. De 1977 a 1980 fue
Director de Arte de la empresa Empaques Ilusión 5.A.
En 1981 se desempeño como dibujante, diseñador y
vendedor en la Empresa Flexoprint S.A., hasta 1986.
En 1981 funda con Roxana Calderón, su esposa, la
empresa MAROXA 5.A, que produce empaques en bolsas
de celofán y polipropileno con especialidad en
laminados especiales. A la fecha, es propietario de
veintisiete maquinas de celofán, dos impresoras
flexográficas en sus propias bodegas y oficinas para
el publico. Todo esto ha sido una realización
familiar y personal, pues gracias al fruto de este
trabajo, MAROXA es una empresa donde mas de 33
personas se involucran para salir adelante en
importación, ventas, arte, producción, transporte,
administración y en muchas ocasiones en exportación.
¿A que viene toda esta gran introducción? Resulta
que cada artista refleja en su obra de arte el
cúmulo de experiencias vividas. Es decir, la obra de
arte es un reflejo del equipaje de vivencias del
autor. Y Claudio Cabezas lleva un largo camino
recorrido, por lo que lleva mas de setenta obras
terminadas, en medianos formatos (111 x 144 cm las
mas grandes).
La mayoría de ellas realizadas en óleo sobre tela y,
en otros casos, son dibujos a lápiz o con lápiz
pastel, tintas chinas, carboncillos, cartón y hasta
barro sobre tela.
Lo que va a presentar en la Galena de Arte Daye son
alrededor de diez obras realizadas entre los años
2000 y 2009. Lo que hay detrás de cada una de ellas
es un trabajo serio de muchas horas de cocina:
meditando, revisando, pintando y repintando; pues
por la difícil técnica que este artista esta
trabajando, se requiere pintar primero la obra y
cuando la tiene lista, el pintor "vuelve a empezar"
trazando líneas curvas y rectas en todas direcciones
para empezar a imponer cierto orden, "su" orden, en
el caos.
No falta quien piense que Claudio Cabezas inicia sus
cuadros trazando líneas y rayas en todos los
sentidos y después introduce el color..., pero es
todo lo contrario: el artista no parte de la línea,
sino que parte del color.
Saco todo lo que
tengo adentro en color, lo aplico directamente a la
tela con pincel, no con lapiz; y luego, elaboro el
tema. Cuando
tiene la obra casi terminada, aplica encima una
especie de cuadricula y empieza a jugar con la
teoría del color y a efectuar degradaciones
tonales... Lo ultimo que pinta son los "marcos", que
se integran a la obra y miden alrededor de cuatro
pulgadas. Cabezas esta
convencido de que sus obras necesitan este final
para lograr un balance mas armónico y esto les da
una identidad propia.
La pintura y el marco forman un todo. El marco es un
espacio para refrescar el ojo y permitir, al mismo
tiempo, que la obra respire y
que se saiga de ese caos en que estas atrapada,
dando como resultado una explosión de formas,
colores y sentimientos que quiere
compartir con el espectador.
Claudio Cabezas trabaja en esta técnica con mas
frecuencia desde el ano 2000, aunque encontramos
antecedentes en obras tan tempranas como "Reflejos
de una ventana en Centroamérica" dibujo a lápiz de
1979. Ya desde la década de 1980 andaba
cuadriculando sus cuadros (en algunas colecciones
privadas).
Según el artista, los espejismos nacieron en 1982.
¿Pero en que consisten los espejismos? Un espejismo
es algo que parece pero que no es..., tal vez si y
tal vez no..., como cuando el ojo cansado nos juega
una mala pasada y nos hace ver un oasis en el
desierto... como cuando despertamos de un sueño y lo
que nos ha quedado es una idea vaga, difusa de lo
que logramos recordar. Así son estos espejismos de
Claudio Cabezas.
La idea es ver una figura y que, de pronto, el
espectador logre descubrir otra.... Es como un juego
en el que no importa el tema: puede ser la
contaminación, e! caos, el ruido ensordecedor de las
maquinas, el trabajo humano, los grandes
conglomerados de seres humanos, o bien un retrato o
un paisaje...
Como dice el artista, el tema es lo de menos. Lo que
el intenta es proyectar un lenguaje nuevo; así como
existe el Cubismo, el Impresionismo, Surrealismo,
Simbolismo, Expresionismo... El desea contribuir a
la Historia del Arte Universal con un nuevo ismo, al
que sin ninguna duda el llama "Espejismos". Con
cierta ironía dice que si a el le tuviesen que
encasillar en un ismo, el suyo seria este.
"Necesito encontrarme, ando en una búsqueda
constante; quiero encontrarme conmigo mismo. Mis
cuadros son mi mundo. La fabrica es un montón de
cosos al día, es una mezcla de ventas, de caos, de
smog; vivimos unos encima de otros, en un relativo
caos.,. carentes de cuestiones básicas como vivienda
digna... transporte decente y soy el receptor de las
preocupaciones de mis clientes y compañeros de
trabajo".
Desde el año 2005 se esta buscando con mas
intensidad y por eso dedica cada día mas horas a la
pintura (hasta 7 y 8 horas diarias). Después de una
etapa en que ha estado produciendo mucho, se ha
propuesto finalmente a exponer y a dar el salto. Al
finalizar este aho, Claudio Cabezas tendrá a su
haber cinco exposiciones individuates realizadas
entre agosto 2008 y diciembre de 2009, con el único
fin de mostrar su trabajo, Además dos exposiciones
colectivas con amigos artistas auspiciadas por el
Periódico Cultural Epoca y que se denominara Epoca-arte;
todavía en proceso de estructuración.
Con mucha humildad afirma que tiene muy claro un
adagio que literalmente dice:
Es mejor fracasar en el intento, que fracasar sin
intentarlo. Y con el mismo tesón y empeño con el que
se lanzo hace 30 años para montar su propia empresa
se lanza a conquistar el mundo de la plástica
costarricense, armado, claro esta, con su vasta
experiencia en dibujo y conocimiento de la teoría
del color, con el apoyo de su familia, pero sobre
todo apoyado en sus creencias, pues por enema de
todo su trabajo profesional y familiar, Claudio ha
reconocido la fragilidad de la vida humana y le ha
dado el primer lugar a Dios en su vida.
Esto hace de el un hombre sabio con una can-era por
delante y con grandes deseos de dejar huella en los
caminos del arte costarricense y universal. Con una
mente científica, reconoce que en su pintura la
matemática juega un papel fundamental. Inventó una
maquina Calculadora de Color, que selecciona un
color y dice como esta formado. El la llama Selector
de colores. Aunque su color sale de adentro, el
trazado de líneas y la degradación tonal son muy
bien pensados, estudiados, dando como resultado una
pintura muy científica y sin lugar a dudas con una
identidad-estilo muy propia,
Y como en todo trabajo humano en el que siempre debe
predominar la búsqueda de la perfección, Claudio
Cabezas, con ese espíritu de luchador, seguirá
buscando; pues lo único que garantiza la permanencia
en la historia del arte es que el artista no se
sienta satisfecho con su trabajo, sino que siempre
quiera explorar mas, investigar mas, experimentar
con nuevas técnicas, nuevos lenguajes, no quedarse
haciendo siempre lo mismo, pues el que no crea, no
evoluciona y corre el peligro de quedarse esático.
Esperemos a ver con que mas nos sorprenderá Claudio
Cabezas Hidalgo y sus espejismos....
María Elena Masís Muñoz
Historiadora y Curadora Independiente 23 de
noviembre de 2009
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