1999

Rudy Espinoza vuelve por sus fueros, después de su última muestra de monotipias, de carácter experimenta/, llamada "Estados Naturales" presentada en 1995 en que nos asombró con el tratamiento del color y los amplios espacios blancos. Sin embargo es grato reencontrar la espontaneidad del dibujo y los texturas del color que recrean esta nueva temática
El motivo central es la figura taurina en la mayoría de los grabados, conectada a los estados emocionales y a las vivencias plásticas del creador, que transporta distintos mensajes, todos, desde luego de carácter referencial, lo que mueve a una aceptación de la propuesta sin limitaciones.
Le rinde un homenaje al Picasso de los 30, cuando su obsesión plástica por las corridas de toro debió ser abandonada por la urgente necesidad de plasmar en la tela el genocidio de Guernica A diferencia si los toros rudyanos no son instrumentos de los crueles divertimentos a que se les somete. Son si, fieros, románticos con la luna, copulan con amor y tienen certeras fijaciones icónicas sobre la verdadera calidad de la condición humana.
Rudy se recrea con el tiempo existencia! y a veces histórico, haciendo olvidar la plusvalía que produce la materia y el instrumento citando el quehacer de las manos traspasa el estimulo interior que las mueve. Así, en "El Salto" a partir de una figura paleolítica, pasando por un cuadro de transición, presenta una imagen surrealista del "thriller", expresando talvez un simbolismo de regresión, de involución biológica de las especies. En otros grabados se adentra en la oscuridad de la Edad Media, como señalizando el peligro de las nueras mordazas que se esconden entre los pliegues del mercadeo tecnológico y de las dudosas globalizaciones sociales. Así aparecen en "XVIII" y "SPECTRUM" torres medioevales, textos románicos y arcos de medio punto como fondo a la inexpresión, al silencio en vida, a la negación de la vitalidad colectiva.
De allí que esta exposición revele una vez más la la madurez plástica de Rudy Espínoza. su fervor artesanal, su cada vez más sensible visión cosmogónica.
Montserrat Tomás N. Raúl Becerra S,

EXPOSICIÓN EN LA GALERÍA KANDINSKI
Espinoza explora pecado y redención en sus grabados—
Artista usa temas religiosos como pretexto para crear grabados en metal
Q Muestra reúne 17 obras y es resultado de dos años de trabajo en el taller
Doriam Diaz
ddiaz@nacion.com
El artista Rudy Espinoza, maestro del grabado con más de 3O años de carrera, confiesa que no es muy creyente; sin embargo, en su nueva exposición usa los temas religiosos para mostrar toda la fuerza, dramatismo y posibilidades del grabado en metal.
Desde ayer él tiene en la galería Kandinski la exposición "Pecado y redención", una colección de 17 grabados en que el artista de 54 años trabajó sin parar en su taller durante dos años.
Estas obras oscilan entre el bien y el mal, entre el pecado y la posibilidad de redención.
Son grabados llenos de ángeles, diablillos, sangre, dolor, perdón, apocalipsis  y aflicción,
Herencia recreada. Sin duda, estos trabajos tienen referencias de la imaginería religiosa y de la iconografía alrededor del cielo, el infierno, el pecado y la salvación.
"Esto es un 'divertimento'. No soy muy religioso, pero vengo de una familia con una fuerte tradición religiosa y recuerdo que mi abuela tenía muchas imágenes de santos. Yo arrastro toda esa herencia visual", explicó el artista, quien enseñó en las aulas universitarias durante tres décadas.
Él exploró figuras de santos, Cristos crucificados, postales religiosas y libros para nutrirse de todas esas imágenes y crear las propias. Por ejemplo, el grabado Muriendo de amor II, que muestra unos pies clavados y sangre dentro de una cruz, nació tras observar gran cantidad de crucifixiones en las iglesias católicas.

La muestra también incluye piezas muy explícitas, como Armagedón, que presenta la lucha entre
SAN PEDRO li ángeles y demonio o el dramático Infierno, y obras más conceptúales, llenas de símbolos y letras como una llamada La sentencia.

Trabajo de taller. En las piezas de esta exposición, Espinoza muestra no solo sus destrezas como dibujante, sino también la perfección técnica que da la experiencia y horas y horas de trabajo minucioso en el taller de grabado.
"El grabado en metal es más difícil, requiere de muchas correcciones y trabajo en el taller.' Para doblegar el metal se requiere de mucha paciencia y temperamentó", afirmó el artista.
No obstante, él es un apasionado grabador que no abandona esa técnica ni porque se jubiló y dejó de dar los talleres de grabado y' otros cursos en universidades.
"Sigo trabajando. Busco un tema como pretexto y lo desarrollo, como este", concluyó Espinoza.