Cada una es
única y una obra de arte.
UNICA porque
hasta el momento cada una es realizada en
forma individual y en ella fluye la emoción,
el sentimiento o el pensamiento del que la
talla que no siempre es el que la pinta y en
quién también se dan los adjetivos
anteriores.
OBRA DE ARTE:
porque en ella se talla con delicadeza,
en forma curvilínea y se pule un pensamiento
extraído de un pedazo de madera al que se le
aplica una policromía muy propia del
sentimiento que el artista desea reflejar y
que está arraigado todavía en sus genes.
Está ligada a la Fiesta
de los Diablitos, festividad que se realiza
cada fin de año y que se ha venido
celebrando desde la época de la colonia.
Por tradición
oral nos llega que inicialmente las máscaras
se hacían para esta festividad y consistían
en máscara elaboradas en cedro o
laurel, material fácil de tallar. No se
usaba pigmento para su decoración* ya que
prácticamente al terminar la celebración se
desechaban. Los temas fueron principalmente
la del diablo, que representaba el ingenio
del indígena, para asustar y matar al toro,
representación que daban al español.
Con los años
el material de confección varió a la balsa
por mas ligero y fácil de tallar al estar
verde.
De un arte
eventual y casi perdido surge una figura que
lo recobra y renueva. Don Ismael González
*(Sin
embargo, no estoy muy seguro ya que he
visto máscara de venado, que se
presumía de finales del siglo XVIII la
cual todavía tenía rasgos de pigmento negro
en los ojos, rojizo en los cuernos y café
acuerado en el resto. Así también los temas
del venado, el jabalí y el jaguar
entre otros son propios de su ambiente
) |