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Cow Parade |
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INVASIÓN
VACUNA
Domingo Ramos A.
Desde el año pasado se convocó a los
artistas nacionales a la “CowParade” en San
José: que consiste en pintar o esculpir
vacas de fibra de vidrio, actividad que se
originó en la Suiza europea y que, después
de pasar por varios países, por fuerza tenía
que llegar a la Suiza centroamericana,
siempre a la vanguardia de los procesos
creativos, pero sobre todo amante la
“originalidad” en el arte…
Lo de esculpir tan noble rumiante: sagrado
en la India, importante en la industria
chocolatera Suiza y de tan buenos asados en
Argentina, parece más interesante que
utilizarla sencillamente como lienzo, pues
abre una ventana mediante la cual algunos
podrían encontrar su ansiada musa… Los
aprobados por el Comité de Selección de
CowParade Nacional e Internacional, reciben
la suma de $500 dólares, pero se les prohíbe
tratar temas políticos, quizá temiendo que
algún atrevido, desvelado por los problemas
que enfrenta el país, pudiese hacer alusión
a otro tipo de cuadrúpedo… Se pudo pensar
que una actividad del género no habría
pegado en un país amante de la libertad,
pero a pesar de que su reglamento obliga a
ceder los derechos de autor y observar
“originalidad” (en algo tan copiado)
pareciera que Vallas y Gigantografías de
Costa Rica - entidad promotora- contará con
suficientes colaboradores para su evento.
¿De quién es la idea de traer esta actividad
a Costa Rica? Pues aunque no lo crean, para
un tico que madruga un argentino que no
duerme: un caballero de apellido Morelli,
trajo la original semilla ( antes que UPOV
entre en vigencia) y como aquí en esta
tierra fértil, basta tirar las semillas y
ellas germinan solas como decía don Pepe,
pues pronto vendrá la primera cosecha, cuyas
bondades se habrán de ver…(si no son como
los bonos o las regalías Chinas a las que
envuelve un total misterio).
Pero para quienes esperan que sean los
artistas los que marquen pautas a la
sociedad, produciendo algo diferente, con
sabor a genuino, a casero, a propio, a
identidad, a búsqueda, a creatividad y
compromiso, la actividad deja tantos
desencantos como el pasado referéndum sobre
el TLC. ¿Por qué pintar una vaca sólo porque
en otros países se ha hecho, si con un sesgo
de picardía criolla, un matiz de astucia y
solidaridad hacia la fauna nacional tan
acribillada, se pudo haber propuesto una
danta, un jaguar o cualquiera de los muchos
animales en vía de extinción? ¿Por qué ante
los intereses de los promotores, que
obviamente no son ni el desarrollo del arte
ni la creación de una conciencia solidaria,
no fueron los mismos artistas quienes,
asumiendo un papel maduro, responsable y
comprometido con su medio ambiente,
propusieron el rescate de valores
costarricenses? ¿Por qué no trabajar sobre
la cultura nacional, las leyendas o
tradiciones de la hermosa tiquicia?
Existen vacas gordas y vacas flacas, pero
para el desarrollo cultural costarricense,
con artistas sin mayores ambiciones,
dispuestos siempre a aceptar las sugerencias
de pintar sillas primero, vacas ahora y
posiblemente en un futuro los risueños
señores de KFC o McDonald’s, pareciera que,
a pesar de tanta vaca, carecerá de “buena
leche”, como sucede en la política… ¿Cuál
será el aporte a la cultura nacional? Habrá
que ver… pero no quepa duda de que muchas de
las vacas que estarán pastando en la ciudad
josefina, mientras otras miran para el
ciprés, se echarán a rumiar “hojitas verdes”
cuando los artistas nacionales den su último
pincelazo. ¡No es un chiste!
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Vacas y TLC
cultural
Domingo Ramos A.
Sin duda las “divinas, lindas y coquetas”
vaquitas de colores (vox popoli), que
adornan el San José imposible, son una
actividad “distractora” -como diría All Gore…
Desde su aparente mansedumbre, cual “
caballos de Troya” las vaquitas no sólo
esconden bajo sus pieles multicolores un
millonario negocio y una calculadora campaña
política, sino la intención de imponer una
moda del gusto: una dictadura cultural, que
atenta contra los derechos y libertad de los
creadores.
Los verdaderos costarricenses aún lamentan
la pérdida del país mediante un fraude
mediático y ahora, con mucho dinero,
propaganda y mentira, pretenden engañar a
los artistas incautos con hacerlos “ricos y
famosos” por participar en lo que llaman:
“el evento de arte público más famoso del
mundo y el más importante de la historia de
nuestro país”.
Cuando los valores se pierden, nada tan
oportuno como ampararse bajo las tiendas de
la cultura: espíritu y esencia de los
pueblos, para confundir al ciudadano
haciéndole creer que un objeto KITSCH
(vulgar y de mal gusto según el término
alemán de finales del S.XIX) es una obra de
arte pública. ( por estar en las calles como
las pilas de basura que ahogan al
transeúnte). Es una ocurrencia peligrosa
(que piensan repetir periódicamente) por lo
que ha generado reflexiones y mesas redondas
para analizar el SÍ y el NO de decorar
vaquitas… Sin duda se trata de una especie
de TLC pero cultural, donde se va ha decidir
si los artistas costarricenses siguen siendo
creadores libres, auténticos y soberanos, o
sencillamente eunucos espirituales:
“maquileros” de una incultura globalizada,
al servicio de un amo.
El arte debe ser el idioma de la paz y la
libertad… No es posible que los artistas
nacionales, llamados a ser la conciencia del
pueblo, los innovadores de la cultura, los
sintetizadores de los más altos ideales, de
manera irreflexiva (como el Ministerio de
Cultura) apadrinen una actividad castrante,
en la que renuncian a sus derechos de autor
y la libertad temática. En el arte sólo
trasciende el trabajo tesonero,
comprometido, honesto y original, apegado a
los valores e identidad propias… El artista
auténtico jamás renuncia al compromiso
consigo mismo y para con la cultura de su
sociedad; es pastor y no oveja, señalando
horizontes abiertos, donde es válido tener
patronos pero no amos explotadores.
Renunciar a los derechos cercena el espíritu
del arte y niega la oportunidad de llamarse
artista.
La
participación en este desfile
vacuno, testimonia la sed de
oportunidades y espacios que tienen
los artistas, expresa la frustrante
domesticación de los pueblos y la
ingenuidad de las masas. |
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Los pueblos sin
arte son pueblos sin alma ni conciencia, del
mismo modo que los artistas sin dignidad ni
libertad son esclavos espirituales. Costa
Rica aprecia el buen arte, así lo prueba la
exposición de Rembrandt, con más de cuarenta
mil visitantes… ¿Por qué darle chatarra
fomentando la llamada cultura “Light”?
El vacilón es una cosa y cada ser es libre
de buscar, como las aguas, su propio nivel,
de acuerdo a su conciencia, su compromiso y
sus metas… Pero permitir una imposición del
gusto y someterse a una dictadura cultural
es alienante como perder el viaje a la vida.
No hay que renunciar a la identidad y los
valores, pues hasta las epífitas, que no
necesitan tierra, necesitan un tronco al que
llamar mío, una rama donde tejer el macramé
de sus raíces, para que sus flores, como el
espíritu, puedan abrirse libres a su propio
tiempo, como bocas que entonan un himno
nuevo por un futuro digno… Ningún dinero
paga la pérdida de la libertad, la identidad
y la cultura. ¡No más desfiles de vacas!
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Improvisación o mal
Gusto
Rudi Carrillo
Podríamos hablar de
incultura o tal vez de falta de iniciativa.
Pero el poner un adefesio para defender una
obra de arte deja mas que desear que el
mismo vandalismo.
¿Qué más podemos
decir?
Improvisación y chavacanada.... lástima
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Vacadiva
Maria
del Rocio Martínes Castillo |
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Reflexiones
sobre el Cow Parade
Leda Astorga Mora
El CowParade es un movimiento artístico
internacional. Fue creado en Zurich, Suiza,
en 1998, por el señor Walter Knapp bajo el
siguiente concepto: artistas locales decoran
vacas realizadas en fibra de vidrio de
tamaño natural; luego son expuestas por
varios meses en el centro de las ciudades.
Terminada la exhibición son subastadas, y el
70% de las ganancias (es donado a
organizaciones sin fines de lucro.
En Costa Rica este proyecto es convocado por
Vallas y Gigantografías de Costa Rica y por
la Municipalidad de San José. Las vacas se
exhiben en este momento en San José.
Primero
Inicio estas reflexiones señalando que tengo
mucho que agradecerle al CowParade. Me ha
puesto a meditar profusamente acerca de cómo
es la sociedad en la que vivo en este
momento, sobre sus estructuras de poder,
sobre el arte en general y sobre la
responsabilidad que, como ciudadana y como
artista, me corresponde.
El concepto general de este proyecto me
parece interesante. Me atraen los resultados
de los proyectos en los que los artistas
podamos interpretar, desde muchas
perspectivas, un mismo objeto.
Sin embargo, deja de parecerme interesante,
cuando leo el punto 5 de las Bases, el cual
dice: No está permitido integrar logotipos
corporativos ni anuncios comerciales dentro
del diseño, (esto me parece correcto) así
como temas políticos ni religiosos. Esto
último no me parece bien, siempre he pensado
que cuando al arte se le ponen límites y
restricciones ya no nos encontramos frente a
él, sino frente a otro tipo de expresiones.
En este caso pienso que nos encontramos
frente a un proyecto publicitario y de
artesanía artística. Ésta pone su énfasis en
el diseño, el trabajo manual y el
tratamiento pictórico entre otros, para
producir obras de carácter decorativo.
Menciono lo de publicitario, porque aunque
supuestamente esto no está permitido, ví
vacas anunciando a la empresa Dos Pinos.
Segundo
El CowParade es presentado como un evento de
arte público. Al unir el punto anterior con
éste, considero que se trata de una
exposición de artesanía artística de
carácter privado, pues Vallas y
Gigantografías es el propietario de las
vacas participantes en una muestra que se
realiza en espacios públicos, lo cual no la
hace, automáticamente, un evento de arte
público. Considero que ambos temas son muy
diferentes y sería muy oportuno reflexionar
sobre ellos en otro momento.
Por ahora sólo mencionaré que la ciudad,
como todos lo sabemos, ya no es un lugar
tranquilo y accesible para el encuentro y la
comunicación ciudadana. Los espacios
públicos como plazas, calles, avenidas,
parques y otros, han perdido calidad como
puntos de encuentro comunal. La ciudad crece
en un entorno físico conflictivo y hostil,
incómodo e inseguro, despersonalizado, donde
se acentúa la hegemonía del mercado, la
concentración y la densidad de todo tipo de
elementos que sobrecargan y contaminan desde
muchas perspectivas el ambiente.
Por eso creo que el concepto de arte
público, en las circunstancias actuales, hay
que analizarlo con sumo cuidado, pues podría
ser utilizado por el Estado, por las
instituciones privadas, las transnacionales
u otras, para cubrir conflictos y tensiones
sociales, o para promover las aspiraciones
de patrocinadores corporativos e ideologías
dominantes. Promoviendo el concepto de lo
“público” como algo bueno, democrático,
accesible, participativo, igualitario, estas
instancias de poder tratarían de abrirse un
espacio popular en una sociedad cada vez más
privatizada y dividida.
Cuando fui a ver la exposición un señor me
comentó que la persona que le arrancó un
“cacho” a una de las vacas expuestas está
presa. Esto me llevó a pensar en la gran
cantidad de indigentes que viven en aceras,
parques o plazas de nuestras ciudades y en
la variedad de delincuentes que las
recorren, generados todos por la misma
sociedad que luego los castiga, porque no
“entienden” la importancia del arte y
porque, frente a sus necesidades inmediatas
y cotidianas, las obras de arte son objetos
absurdos e innecesarios.
Tercero
El CowParade tiene como sueño desarrollar a
artistas locales, ofreciéndoles un espacio
de expresión de arte usando como lienzo una
vaca de fibra de vidrio. Sin embargo, en el
punto 14 de las Bases dice: Todo el material
entregado como parte de la solicitud se
convertirá en propiedad de Vallas y
Gigantografías de Costa Rica quien será el
propietario de la obra terminada, de todos
los derechos de autor, reproducción,
ampliación, reducción, impresión,
publicación, variación, título e interés de
los diseños aceptados, incluyendo los
bocetos y trabajos derivativos. Amplío este
tema, citando el punto d) de la cláusula II
del Convenio que dice: Por todo el plazo
restante de dominio privado de “LA OBRA”,
entiéndase setenta años contados a partir de
la muerte de “EL CEDENTE•,(o artista) éste
cede y traspasa, en forma voluntaria,
exclusiva, total, irrestricta y libre de
cualquier tipo de gravámenes a “LA
CESIONARIA”(Vallas y Gigantografías de Costa
Rica) todos y cada uno de los derechos
patrimoniales que le corresponden en derecho
y le otorgan la facultad exclusiva realizar
cualquier contrato sobre “LA OBRA”, en
cualquier sistema o técnica para que “LA
CESIONARIA”, por su cuenta y riesgo, la
licencie, reproduzca, adapte, transforme,
explote, distribuya y comercialice tanto en
el territorio de la República de Costa Rica
como fuera del mismo a nivel internacional.
En la sección Patrocinadores del CowParade
dice que este proyecto: Ayudará a poner a
Costa Rica dentro del mapa de exposiciones
del mundo y a fortalecer nuestro compromiso
con el arte, la cultura y la sociedad.
Ante lo leído, lo primero que se me viene a
la mente es aquel viejo refrán que dice: con
amigos así, para qué enemigos.
Lo segundo es lo que establece nuestra
constitución en cuanto a la protección de la
Propiedad Intelectual, con la cual concuerda
la Ley sobre Derechos de Autor y Derechos
Conexos. Cito el Capítulo II, Artículo 13
que dice: “Independientemente de sus
derechos patrimoniales, incluso después de
su cesión, el autor conservará sobre la obra
un derecho personalísimo, inalienable e
irrenunciable y perpetuo, denominado derecho
moral”.
Aquí me surge la pregunta: ¿Porqué una
transnacional presenta un proyecto de arte
público que violenta nuestra legislación y
es apoyado por el Estado a través de la
Municipalidad de San José?
Cuarto
Hago la siguiente comparación para señalar
la marcada diferencia que noto entre los
deberes y obligaciones de los artistas y los
derechos de los que gozan los
patrocinadores:
En cuanto a los artistas: como lo mencioné
en el punto anterior, ceden todos sus
derechos de autor en forma voluntaria
firmando el convenio a Vallas y
Gigantografías de CR, hasta por 70 años
después de sus muertes, por lo que esta
empresa puede reproducir, adaptar,
transformar, explotar, distribuir, vender y
comercializar la obra en Costa Rica y fuera
de ella.
-No pueden tratar en sus obras temas
políticos ni religiosos.
-Deben restaurar su vaca en el caso de que
ésta lo requiera mientras dure la
exposición.
-El artista no puede divulgar ni reproducir
por ningún medio su obra.
-El punto VI del Convenio dice que “LA
CESIONARIA” pagará a “EL CEDENTE” honorarios
por $500 dentro de los 50 días siguientes a
la entrega de su vaca debida y totalmente
terminada a satisfacción de “LA CESIONARIA”.
Y en el punto XIII del mismo Convenio dice:
Para todos los efectos, la presente cesión
se estima en un monto de $500. Esto me
parece confuso y me pregunto: ¿son $500 de
honorarios o están comprándole a los
artistas la cesión de los derechos de autor?
-El punto 15 de las Bases dice: Los
participantes recibirán el crédito público
de su firma en las placas adheridas a la
base de la vaca, así como en las
publicaciones de este magno evento (libro
oficial, catálogos, guías y página web).
Sin embargo, en la presentación del
CowParade realizado en la Municipalidad de
San José, los organizadores de este proyecto
nos brindaron dos catálogos. En cada uno de
ellos aparecen 9 imágenes de vacas y en
ninguna de ellas aparece el nombre del
artista. Tuve en mis manos una vaca pequeña
comprada por un familiar en un aeropuerto y
por ningún lado aparecía tampoco el nombre
del artista.
En cuanto a los patrocinadores: el de una
vaca aporta $9.500, el de un Corral de 5
piezas $47.500, de una manada de 10 $95.000
y un rancho de 36 vacas $342.000.
Según el número de vacas que patrocinen
tienen diferentes derechos como por ejemplo:
-Una bonificación de una parte de su
inversión en diferentes medios de publicidad
antes, durante y después del evento 2008.
-Derecho a usar la frase “Patrocinador de
CowParade San José, Costa Rica 2008” para
usos publicitarios y promocionales.
-Derecho a uso de la imagen de la vaca
patrocinada en las campañas publicitarias,
esfuerzos promocionales y eventos del
patrocinador.
-Derecho a elegir uno o varios artistas para
diseñar vacas de acuerdo a sus estrategias.
-Derecho a seleccionar la ubicación de la
vaca patrocinada.
-Derecho a presencia de marca en la
conferencia de prensa.
-La propiedad permanente de las vacas que
patrocinó para uso propio o para donar a
alguna causa.
-Derecho a incluir su nombre o logotipo en:
-Boletines de prensa del evento. En la placa
conmemorativa que será adherida
permanentemente en la base de cada una de
las obras. En el letrero que se colocará a
un lado de la obra.
-Derecho a incluir su nombre en: La lista
que se publicará en la página de internet
cowparade.com
-La lista de patrocinadores que se publicará
en el libro conmemorativo del evento
-La lista de donadores a la causa social
-El reconocimiento como empresa socialmente
comprometida.
-Boletos para cada uno de los eventos
CowParade San José, Costa Rica 2008 (cocktail
de arranque del proyecto, subastas, entrega
de fondos, etc.)
Sobre este punto, saquemos nuestras propias
conclusiones.
Para terminar no puedo dejar de mencionar
las horrendas estructuras de metal amarillo
mezcladas con cintas azules con blanco de la
policía municipal, con las que rodearon
algunas de las vacas para “protegerlas” del
vandalismo. A nivel visual es algo tan burdo
y tan grotesco que le resta calidad a muchas
de las obras al apretujarlas contra esas
estructuras. Esto me corrobora una vez más
las constantes justificaciones de nuestra
sociedad ante las cosas feas y mal hechas,
posiblemente por su incapacidad de
armonizarse de nuevo consigo misma y con sus
habitantes.
Muchas gracias.
*Escultora.
“Si es sumamente grave que aventureros
extraños se atrevan a comprar la patria, lo
sería mucho más, e ignominioso, que hijos
del país de bruces se la vendieran”
Joaquín García Monge |
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Vaca con mariposas
Ena
Delcore |
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Neo plástica
Carlos Alvarez (CASS) |
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Rana Calzonuda del bosque lluvioso
Guisele Arias Molina |
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Tatto
Roxana Brizuela Prado |
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Vaca con mariposas
Ena
Delcore |
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Cownopy
Elder Leal |
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VVaca
cafetalera
Jorge
Araya Solano |
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Vaca D-el pasado
Angel
Lara |
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Paso de la Vaca
Walter Herrera A. |
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Forma y vacio
Ruben
Dario Monsalve |
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Que
chuzo de vaca
Mario
Vargas
Laura
Ortega |
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La
vaca Milagros
Sofia
Avila |
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Monstera deliciosa
Mauricio Baltodano
Diana
Robles |
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LA
VIDA IÑÑ
Alfredo Enciso
Rocio
Picado |
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La
vaca Milagros
Sofia
Avila |
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Reflexiones sobre el CowParade (0605/08)
Leda Astorga Mora*
El CowParade es un movimiento artístico
internacional. Fue creado en Zurich, Suiza, en 1998,
por el señor Walter Knapp bajo el siguiente
concepto: artistas locales decoran vacas realizadas
en fibra de vidrio de tamaño natural; luego son
expuestas por varios meses en el centro de las
ciudades. Terminada la exhibición son subastadas, y
el 70% de las ganancias (es donado a organizaciones
sin fines de lucro.
En Costa Rica este proyecto es convocado por Vallas
y Gigantografías de Costa Rica y por la
Municipalidad de San José. Las vacas se exhiben en
este momento en San José.
Primero
Inicio estas reflexiones señalando que tengo mucho
que agradecerle al CowParade. Me ha puesto a meditar
profusamente acerca de cómo es la sociedad en la que
vivo en este momento, sobre sus estructuras de
poder, sobre el arte en general y sobre la
responsabilidad que, como ciudadana y como artista,
me corresponde.
El concepto general de este proyecto me parece
interesante. Me atraen los resultados de los
proyectos en los que los artistas podamos
interpretar, desde muchas perspectivas, un mismo
objeto.
Sin embargo, deja de parecerme interesante, cuando
leo el punto 5 de las Bases, el cual dice: No está
permitido integrar logotipos corporativos ni
anuncios comerciales dentro del diseño, (esto me
parece correcto) así como temas políticos ni
religiosos. Esto último no me parece bien, siempre
he pensado que cuando al arte se le ponen límites y
restricciones ya no nos encontramos frente a él,
sino frente a otro tipo de expresiones. En este caso
pienso que nos encontramos frente a un proyecto
publicitario y de artesanía artística. Ésta pone su
énfasis en el diseño, el trabajo manual y el
tratamiento pictórico entre otros, para producir
obras de carácter decorativo. Menciono lo de
publicitario, porque aunque supuestamente esto no
está permitido, ví vacas anunciando a la empresa Dos
Pinos.
Segundo
El CowParade es presentado como un evento de arte
público. Al unir el punto anterior con éste,
considero que se trata de una exposición de
artesanía artística de carácter privado, pues Vallas
y Gigantografías es el propietario de las vacas
participantes en una muestra que se realiza en
espacios públicos, lo cual no la hace,
automáticamente, un evento de arte público.
Considero que ambos temas son muy diferentes y sería
muy oportuno reflexionar sobre ellos en otro
momento.
Por ahora sólo mencionaré que la ciudad, como todos
lo sabemos, ya no es un lugar tranquilo y accesible
para el encuentro y la comunicación ciudadana. Los
espacios públicos como plazas, calles, avenidas,
parques y otros, han perdido calidad como puntos de
encuentro comunal. La ciudad crece en un entorno
físico conflictivo y hostil, incómodo e inseguro,
despersonalizado, donde se acentúa la hegemonía del
mercado, la concentración y la densidad de todo tipo
de elementos que sobrecargan y contaminan desde
muchas perspectivas el ambiente.
Por eso creo que el concepto de arte público, en las
circunstancias actuales, hay que analizarlo con sumo
cuidado, pues podría ser utilizado por el Estado,
por las instituciones privadas, las transnacionales
u otras, para cubrir conflictos y tensiones
sociales, o para promover las aspiraciones de
patrocinadores corporativos e ideologías dominantes.
Promoviendo el concepto de lo “público” como algo
bueno, democrático, accesible, participativo,
igualitario, estas instancias de poder tratarían de
abrirse un espacio popular en una sociedad cada vez
más privatizada y dividida.
Cuando fui a ver la exposición un señor me comentó
que la persona que le arrancó un “cacho” a una de
las vacas expuestas está presa. Esto me llevó a
pensar en la gran cantidad de indigentes que viven
en aceras, parques o plazas de nuestras ciudades y
en la variedad de delincuentes que las recorren,
generados todos por la misma sociedad que luego los
castiga, porque no “entienden” la importancia del
arte y porque, frente a sus necesidades inmediatas y
cotidianas, las obras de arte son objetos absurdos e
innecesarios.
Tercero
El CowParade tiene como sueño desarrollar a artistas
locales, ofreciéndoles un espacio de expresión de
arte usando como lienzo una vaca de fibra de vidrio.
Sin embargo, en el punto 14 de las Bases dice: Todo
el material entregado como parte de la solicitud se
convertirá en propiedad de Vallas y Gigantografías
de Costa Rica quien será el propietario de la obra
terminada, de todos los derechos de autor,
reproducción, ampliación, reducción, impresión,
publicación, variación, título e interés de los
diseños aceptados, incluyendo los bocetos y trabajos
derivativos. Amplío este tema, citando el punto d)
de la cláusula II del Convenio que dice: Por todo el
plazo restante de dominio privado de “LA OBRA”,
entiéndase setenta años contados a partir de la
muerte de “EL CEDENTE•,(o artista) éste cede y
traspasa, en forma voluntaria, exclusiva, total,
irrestricta y libre de cualquier tipo de gravámenes
a “LA CESIONARIA”(Vallas y Gigantografías de Costa
Rica) todos y cada uno de los derechos patrimoniales
que le corresponden en derecho y le otorgan la
facultad exclusiva realizar cualquier contrato sobre
“LA OBRA”, en cualquier sistema o técnica para que
“LA CESIONARIA”, por su cuenta y riesgo, la
licencie, reproduzca, adapte, transforme, explote,
distribuya y comercialice tanto en el territorio de
la República de Costa Rica como fuera del mismo a
nivel internacional.
En la sección Patrocinadores del CowParade dice que
este proyecto: Ayudará a poner a Costa Rica dentro
del mapa de exposiciones del mundo y a fortalecer
nuestro compromiso con el arte, la cultura y la
sociedad.
Ante lo leído, lo primero que se me viene a la mente
es aquel viejo refrán que dice: con amigos así, para
qué enemigos.
Lo segundo es lo que establece nuestra constitución
en cuanto a la protección de la Propiedad
Intelectual, con la cual concuerda la Ley sobre
Derechos de Autor y Derechos Conexos. Cito el
Capítulo II, Artículo 13 que dice:
“Independientemente de sus derechos patrimoniales,
incluso después de su cesión, el autor conservará
sobre la obra un derecho personalísimo, inalienable
e irrenunciable y perpetuo, denominado derecho
moral”.
Aquí me surge la pregunta: ¿Porqué una transnacional
presenta un proyecto de arte público que violenta
nuestra legislación y es apoyado por el Estado a
través de la Municipalidad de San José?
Cuarto
Hago la siguiente comparación para señalar la
marcada diferencia que noto entre los deberes y
obligaciones de los artistas y los derechos de los
que gozan los patrocinadores:
En cuanto a los artistas: como lo mencioné en el
punto anterior, ceden todos sus derechos de autor en
forma voluntaria firmando el convenio a Vallas y
Gigantografías de CR, hasta por 70 años después de
sus muertes, por lo que esta empresa puede
reproducir, adaptar, transformar, explotar,
distribuir, vender y comercializar la obra en Costa
Rica y fuera de ella.
-No pueden tratar en sus obras temas políticos ni
religiosos.
-Deben restaurar su vaca en el caso de que ésta lo
requiera mientras dure la exposición.
-El artista no puede divulgar ni reproducir por
ningún medio su obra.
-El punto VI del Convenio dice que “LA CESIONARIA”
pagará a “EL CEDENTE” honorarios por $500 dentro de
los 50 días siguientes a la entrega de su vaca
debida y totalmente terminada a satisfacción de “LA
CESIONARIA”. Y en el punto XIII del mismo Convenio
dice: Para todos los efectos, la presente cesión se
estima en un monto de $500. Esto me parece confuso y
me pregunto: ¿son $500 de honorarios o están
comprándole a los artistas la cesión de los derechos
de autor?
-El punto 15 de las Bases dice: Los participantes
recibirán el crédito público de su firma en las
placas adheridas a la base de la vaca, así como en
las publicaciones de este magno evento (libro
oficial, catálogos, guías y página web).
Sin embargo, en la presentación del CowParade
realizado en la Municipalidad de San José, los
organizadores de este proyecto nos brindaron dos
catálogos. En cada uno de ellos aparecen 9 imágenes
de vacas y en ninguna de ellas aparece el nombre del
artista. Tuve en mis manos una vaca pequeña comprada
por un familiar en un aeropuerto y por ningún lado
aparecía tampoco el nombre del artista.
En cuanto a los patrocinadores: el de una vaca
aporta $9.500, el de un Corral de 5 piezas $47.500,
de una manada de 10 $95.000 y un rancho de 36 vacas
$342.000.
Según el número de vacas que patrocinen tienen
diferentes derechos como por ejemplo:
-Una bonificación de una parte de su inversión en
diferentes medios de publicidad antes, durante y
después del evento 2008.
-Derecho a usar la frase “Patrocinador de CowParade
San José, Costa Rica 2008” para usos publicitarios y
promocionales.
-Derecho a uso de la imagen de la vaca patrocinada
en las campañas publicitarias, esfuerzos
promocionales y eventos del patrocinador.
-Derecho a elegir uno o varios artistas para diseñar
vacas de acuerdo a sus estrategias.
-Derecho a seleccionar la ubicación de la vaca
patrocinada.
-Derecho a presencia de marca en la conferencia de
prensa.
-La propiedad permanente de las vacas que patrocinó
para uso propio o para donar a alguna causa.
-Derecho a incluir su nombre o logotipo en:
-Boletines de prensa del evento. En la placa
conmemorativa que será adherida permanentemente en
la base de cada una de las obras. En el letrero que
se colocará a un lado de la obra.
-Derecho a incluir su nombre en: La lista que se
publicará en la página de internet cowparade.com
-La lista de patrocinadores que se publicará en el
libro conmemorativo del evento
-La lista de donadores a la causa social
-El reconocimiento como empresa socialmente
comprometida.
-Boletos para cada uno de los eventos CowParade San
José, Costa Rica 2008 (cocktail de arranque del
proyecto, subastas, entrega de fondos, etc.)
Sobre este punto, saquemos nuestras propias
conclusiones.
Para terminar no puedo dejar de mencionar las
horrendas estructuras de metal amarillo mezcladas
con cintas azules con blanco de la policía
municipal, con las que rodearon algunas de las vacas
para “protegerlas” del vandalismo. A nivel visual es
algo tan burdo y tan grotesco que le resta calidad a
muchas de las obras al apretujarlas contra esas
estructuras. Esto me corrobora una vez más las
constantes justificaciones de nuestra sociedad ante
las cosas feas y mal hechas, posiblemente por su
incapacidad de armonizarse de nuevo consigo misma y
con sus habitantes.
Muchas gracias.
Leda Astorga Mora
Escultora
“Si
es sumamente grave que aventureros extraños
se atrevan a comprar la patria, lo sería
mucho más, e ignominioso, que hijos del país
de bruces se la vendieran”
Joaquín
García Monge |
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todos los derechos.
Revisado el:
10/12/14 07:15:53 p.m.. |
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