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Brasília 50

Fotografías de Marco Nedeff

Galería Nacional

Del 4a 28 de mayo, 2010

 
                 

Brasilia surgió como una flor del desierto, dentro de las áreas y escalas que su urbanista creó, vestida con las fantasías de mi arquitectura. Y la vieja sabana se cubrió de edificios y de gente, de ruidos, tristezas y alegrías.

Osear Niemeyer, Arquitecto

 

La Brasilia que en el 2010 festeja sus 50 años es fruto de la feliz asociación entre el urbanista Lucio Costa y el arquitecto Osear Niemeyer, que tuvieron su proyecto seleccionado para concretar el sueño del presidente Juscelino Kubitscheck de implantar en el altiplano central de Brasil la ciudad que se convertiría en la capital federal del país, que en ese entonces era Río de Janeiro. Con una traza urbanística innovadora y una arquitectura única, Brasilia es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad
Es retratada aquí por el fotógrafo Marco Nedeff, de Río Grande do Sul, con sus formas geométricas vestidas de blanco, sus esculturas imponentes, sus grandes espacios, sus gentes y sus contradicciones. Esa ciudad predestinada a albergar el poder se transformó en una metrópoli pulsante que la mirada sensible del retratista recorre y documenta.
Ejecutivos y políticos, el viejo zapatero que, indiferente al paso de los años, persiste desempeñando su oficio, los ángeles que bendicen el cielo de la catedral, el viejo "escarabajo" Volkswagen que rodó por décadas, la vendedora de remeras de la feria de Paraguay, el recolector de basura que barre el insistente polvo colorado, los niños que flamean sus barriletes en un cielo impecablemente azul. Registros del día a día de celebridades y de anónimos que hacen el día a día de la Capital Federal.
Dirce Carrion, curador

   

       
     
 

 

 

 

 

 

 

 

 


Los derechos de autor pertenecen a Marco Nedeff

 

Concha Acústica en la sede del Ejército
 
Camara y Senado
  
 

Puente Juscelino Kubitschek

 

Memorial Juscelino Kubitschek

 

Monumento en memoria de los Candangos

 
Palacio Itamaraty
 
ector Comercial Norte
  
         
         
   
Camara y senado   Explanada de los Ministerios
 
 
             
 

Catedral de Brasilia

 

Catedral de Brasilia

 

Puente Costa e Silva

 
               
                 

Plasza de los Tres Poderes

 

Torre de TV

 

Guitarrista en el camino Brasilia- Palmas

 

Volkswagen modelo 1966

 

Plaza de los Tres Poderes

         
             
 

 

 

 

BRASILIA A LOS 50. LA VISIÓN DE MARCOS NEDEFF


El 21 de abril pasado Brasilia celebró sus 50 años. La noticia fue objeto de interés en todo el mundo. Costa Rica no habiendo sido excepción. Entre varios textos de autores costarricenses, dedicados al evento, rescato el conmovedor artículo de Guido Sáenz, "La cumpleañera de cincuenta años", publicado el 14 de mayo pasado por "La Nación".
Los artículos y ensayos sobre Brasilia a los 50 años - tanto los de carácter histórico cuanto los dedicados a la evaluación arquitectónica y urbanística de la capital de Brasil - fueron centenares. Celebraron, todos ellos, esa "media teja", ese cumpleaños de una ciudad vanguardista, patrimonio cultural de la humanidad Y destacaron el significado y el legado de la decisión estratégica adoptada por Juscelino Kubitschek, el Presidente que rescató la promesa inscrita en la primera constitución republicana, la de 1891. En ese texto, que organiza politicamente el Brasil que sucedió al Imperio fundado en 1822, los constituyentes plasmaron la ¡dea de transferir la capital del país de Rio de Janeiro para el interior. Sesenta y nueve años después, el sueño utópico de algunos se convirtió en la audaz realidad que es patrimonio de todos.
Brasilia fue fecundo ejercicio de planificación detallada. Ciudad construida a partir de la nada en el punto geográfico central del país, en la aridez casi desértica donde imperava la vegetación escasa y torcida del "cerrado".
La ciudad fue hecha con meta precisa: registrar, en lo más concreto de la realidad construida - la que se ubica entre lo arquitectónico, lo urbanístico y lo paisajístico -, algo imantado por la dimensión del ideal. Brasilia fue concebida como símbolo y aliento. Símbolo de un esfuerzo compartido. Aliento al proyecto democrático, moderno y desarrollista que en aquél entonces ganaba fuerza en el país. Brasilia es, en lo esencial, obra que remite a un pueblo que continúa su proceso de autoconstrucción. Imagen ejemplar de una cultura que se afirma más y más en la vida cotidiana.
El proyecto inicialmente concibió una ciudad para 600 mil habitantes. Hoy, en Brasilia, viven más de 2,6 millones de personas. Donde era vacío, hoy se yergue una modernísima metrópolis. Donde era desierto, nos deparamos con la Brasilia monumental. Donde la naturaleza dominaba, florece la cultura.

 

 

Hoy, la intrepidez de los grandes conjuntos arquitectónicos corta la respiración y se conjuga harmónicamente con el verde intenso de la vegetación densa. Hoy, la multiplicidad sorprendente de las flores y árboles de variada procedencia se ofrece en los jardines casi continuos.

A lo largo de 50 años, todo cambió, hasta el clima, ayudado por el lago artificial y su permanente encanto.
Todo creció, también, mucho más allá de lo imaginado.
Es esa la Brasilia captada por Marcos Nedeff. La sensibilidad refinada del fotógrafo, su mirada aguda y su visión segura nos ofrecen Brasilia en su novedad, transcurridos 50 años desde su fundación. No sin motivo, el trabajo de ese "gaucho" de Nova Prata, uno de los grandes nombres de la fotografía brasileña actual, conquistó merecido reconocimiento en Brasil y en el exterior.
Con esa hermosa colección, parte del programa de acercamiento cultural con Costa Rica titulado "Brasil Presente", la Embajada en San José celebra, por la mano de Nedeff, Brasilia y su atrayente complejidad Al examinar cada foto con atención, el observador percibe que Nedeff nos enseña con sutileza porqué Osear Niemeyer es grande entre los grandes; porqué Lucio Costa es inventivo al extremo; y porqué el paisajista Burle Marx es fundamental. Los tres integran el selecto grupo de los que, en el siglo XX, más contribuyeron al desarrollo de la arquitectura, del urbanismo y del paisajismo en Brasil y en el mundo.
Pero Marcos Nedeff no se contenta con eso. Va más allá.
En sus fotos está presente lo que el monumentalismo algunas veces tiende a olvidar o silenciar: el destinatario final de toda gran arquitectura, el pueblo que habita, vive y utiliza día a día el espacio de la ciudad capital.
Porque así lo hizo, con Nedeff la celebración de Brasilia, la única, termina por revelarse doble y harmónica. Con eso, Brasilia emerge en su realidad: ciudad-monumento en la cual el verdadero dueño no es el Estado sino el pueblo que la habita. Así, pueblo. Estado y ciudad convergen, como debe ser en la mejor tradición republicana.
Esa es la forma que encontré para decirles que el momento de génesis de la ciudad, 50 años atrás, continúa a alimentar utopía, sueño, esperanza. Otra manera, me doy cuenta mientras escribo, de afirmar una certeza: no hay forma más adecuada que la creada por Nedeff para realzar, en su primer medio siglo, las múltiple dimensiones de una ciudad que es metáfora..
Tadeu Valadares    
Embajador de Brasil

                 

 

     

Copyright © 2003 RCB. Reservados todos los derechos.
Revisado el: 09/04/10 01:50:56 AM.

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