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Sin negarse al lenguaje expresivo, Rodrigo Fiatt
fundamenta su obra en la naturaleza y la vuelve suya,
evocándola y ahondando en ella sin caer en un excesivo
didactismo, con detallada fluidez y precisión. Cada una
de sus obras ha sido desarrollada de forma concisa y
detallada, pero a la vez gozan de fluidez y belleza.
Hay quienes consideran la animalística en el plano
artístico, como un tema ya superado desde hace tiempo,
el arte ya no imita, aducen, sin embargo, con su obra,
Fiatt nos recuerda que ésta sigue ocupando un lugar de
privilegio.
La abundancia de estilos y movimientos, el desarrollo de
nuevas tecnologías, el uso de nuevos materiales y los
dogmas artísticos por los cuales algunos pretenden
regirse han desestabilizado al arte mismo.
Con esta muestra, el artista restablece y nos permite
reencontrar la verdadera dimensión de lo que siempre he
considerado algo fundamental, el enlace que debe darse
entre nuestro entorno y el impulso creativo. Ya sea de
forma realista, alegórica, figurativa, o no, en curvas
sensuales o geométricas, la obra escultórica de Rodrigo
Fiatt es refrescante a los ojos del espectador,
convirtiéndose en un elogio, que se sintoniza en
términos de orden y armonía con la fuente que le
inspira, la naturaleza.
Nada sobra ni nada falta. Todo se equilibra y se combina
con la agilidad propia de quien conoce el oficio
artístico, oficio en el cual he tenido el placer de
iniciarle y de orientarle, por lo que me siento honrado
en presentar esta exposición.
Rainier Mora
01/2018 |
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A un poco mas de un siglo y medio que nuestra escultura
empezó a desarrollarse como tal, varios de nuestros
escultores trataron el tema de la animalística como
parte de la disciplina escultórica pero hasta la fecha,
ninguno con la vehemencia, entusiasmo y fineza de
Rodrigo.
A través de una simpleza natural, trazo firme y
conocimiento profundo del tema, logra desarrollar piezas
de un realismo sorprendente. Su orientación y
aprendizaje de la naturaleza lo plasma en forma limpia,
ordenada y estéticamente admirable.
Es así como desde la forma del Galán sin Ventura, en
lutita y hierro, de 110 centímetros de alto se enfrasca
en la talla de una zompopa de escasos 13
centímetros de largo en cocobolo. Llegando a convertir
en una filigrana de armonía y movimiento un trozo de
cedro en su obra "Sinfonía en Vuelo". También
ataca sin temor un basalto de 3 toneladas , logrando
darle vida a una Tortuga Lora,
Ha demostrado gran habilidad para desenvolverse entre la
piedra, la madera, el modelado y la resina. El material
le habla y saca de él, el máximo provecho.
En su obra, nos da un legado de nuestro ambiente. Y me
atrevería a decir que , de seguir así, se convertirá en
el escultor costarricense de La Animálistica.
Rodolfo Carrillo
08/2018 |