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 Adrián Arguedas Ruano        

Copista(s)

Museo Calderón Guardía

Junio, 2012

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s/n,  óleo sobre madera, 2007

 

 

 

El bodegón, el paisaje y el retrato (o la figura humana) es la búsqueda de la perpetuación de un momento idílico siempre unido a los conceptos de atemporalidad y belleza. Estos tres conceptos, tan poderosamente ligados a la iconografía occidental, están siempre cargados de simbolismos religiosos, sociales y alegóricos. Así, el imaginario del Arte Occidental ha creado los bodegones florales, de objetos marinos, de joyas, libros, monedas y acaso de cualquier cosa, con e! referente social y estético de su época. Aparte, los vanitas, que son una reflexión profunda, un "mea culpa" de la sociedad ante el abuso del lujo y una introspección de la ligereza de la vida humana, son más bien anti-bodegones.

 El paisaje que se reinventa en los principios del Siglo XIX deja de tener ese carácter de fondo-escenario y se puebla de significados, sensaciones, emociones, alegorías y simbolismos, dirigidos a complacer el cambio filosófico del siglo: el Romanticismo.

 

El paisaje se resemantiza hasta convertirlo en un reflejo de lo humano, de lo divino a través de lo pastoril, lo grandioso y lo bucólico. Por su parte la figura humana, el hilo conductor de la gran cultura occidental, ha sido sin lugar a dudas objeto del mayor interés social. En ella se perpetúan las imágenes de los actores sociales; personajes poderosos que moldearon una época y dejaron su impronta. Todo esto ocurre lógicamente de la mano del arte y es así como vamos construyendo las imágenes, si vemos la relación tributaria con la cultura y su vínculo inevitable con lo social.


Adrián Arguedas logra en su nueva serie titulada copísto(s) resolver airosamente una fusión entre todo este bagaje cultural y el contexto propio e inmediato, o sea, una fusión riquísima entre la cultura occidental y la local costarricense; especialmente la popular Valiéndose de esta fusión el artista plantea un conflicto entre lo ajeno y lo propio. Con carácter critico examina y disecciona nuestra cultura y plantea una nueva visión de su quehacer. Teje una estructura visual partiendo de aquellas básicas al inicio citadas y las funde con imágenes de medios de comunicación que usualmente empleamos en la sociedad globalizada como fotografías, elementos del Pop Art Ingles y Americano, cine, publicidad e internet. A lo largo de su propuesta Arguedas busca la asociación de ¡deas con sensaciones, en ocasiones muy próximas pero, en otras, totalmente opuestas, Esto le permite "copiar", o, mejor dicho,

reinventar su ideario plástico para transmitir nuevos mensajes como la trivialización de la cultura por los sistemas mediáticos y la transculturación, a la vez que utiliza la pintura como un medio de reflexión con una intencionalidad propia del piense, reflexione, goce y disfrute. En esta nueva serie la crítica es mucho más sutil que en trabajos anteriores, mucho menos obvia a través de una depurada selección de imágenes de los más diversos temas.


En muchos casos Arguedas logra crear su lenguaje discursivo utilizando fusiones absurdas, como sus bodegones con temas publicitarios propios de cualquier revista que retrate e bienestar de la clase media, para, de una u otra manera, inquietarnos con estas imágenes. Juega con enlaces históricos, recuerdos propios, recursos informáticos y la nueva concepción del espacio visual a través de ésta: el píxel. El artista goza, se divierte seriamente con estas obras donde el píxel se une al retrato académico para cuestionar la realidad, porque si la vemos a diario en nuestra pantalla de computadora;¿por qué no verla en una creación artística? Juega con la historia propia y común para replantear situaciones y así crear nuevos mapas teóricos a modo de idearios estéticos.


Una de sus inquietudes más profundas en esta serie ha sido el cómo renovar la pintura en este momento que el arte, en muchos casos, ni siquiera la contempla. Esta propuesta nos plantea que para esto es vital el recurso analítico, volver la obra más participativa y más lúdica. Anteriormente se creía que lo bueno en el arte era la copia exacta, pero hoy sabemos que toda obra artística es una obra personal, una representación del mundo interior del artista, o sea; una creación mental socialmente permeada a través de la filosofía y la estética imperantes, En cada exposición Arguedas se replantea nuevas búsquedas que en este caso le permiten analizar la problemática de lo social a nivel individual y de grupo. Aunado al fenómeno de la belleza logra dar una nueva interpretación a un recurso sobreutilizado y cansado como es el oficio de pintar y así renueva y revitaliza su pintura. A través de una profunda investigación, unida a su ya conocida depurada técnica, la serie copista(s) es otro gran aporte del artista a a plástica costarricense.

     
    "La verdadera VVirtud"  óleo sobre tela, 140x200cm,2008   "2008"  óleo sobre tela, 200x200 cm,2008  
                 
       
                 
        "Retrato Hablado" óleo sobre tela (el extranjero) óleo sobre tela, 180x140 cm,2008
                 
         
                 
                 
    "Clásico I "  óleo sobre tela,150x180 cm, 2008        
                 
"Lo que es tuyo es mio" óleo sobre tela, 190x178, 2009         "Objetos Extraños en mi escritorio" óleo sobre tela 148x142, 2007
                 
      "Los otros 2" óleo sobre tela, 180x222 cm,2008  
                 
Políptico "Reflejo doble"  óleo sobre madera, varios tamaños, 2008   "Paisaje I"  óleo sobre madera, 20x27 cm, 2008   "Revelación de Malpaisillo" óleo sobre tela,  108x130 cm, 2009    
                 
                 
 

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Revisado el: 19 de Abril de 2015 19:08:35 -0600.

 
 

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