José
Alejandro Herrera
Nació el 08 de noviembre de 1961.
Estudió en “ La Casa del Artista” y en la
facultad de Bellas Artes de la Universidad
de Costa Rica.
En 1985, primer premio de dibujo en el
Primer Certamen de Jóvenes Pintores y
Dibujantes Aficionados, organizado por el
Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes
en 1987, obtuvo el primer premio del
certamen anual “Jóvenes valores Fausto
Pacheco”, convocado por el Centro Cultura
Costarricense Norteamericano. Graduado de la
U. C. R. En Artes Plásticas. José Alejandro
laboró como Ilustrados científico en el
INBio (Instituto Nacional de Biodiversidad)
durante 12 años, y en ese período fueron
publicadas más de diez obras con sus
ilustraciones, con la editorial del INBio y
editoriales de taxonomía a nivel
internacional.
José Alejandro es sobre todo pintor,
dibujante y grabador. La técnica que mas
utiliza actualmente es la del acrílico,
seguido por el óleo. Tiene en su taller su
propia prensa de grabado, para grabado en
metal. Pero también ha incursionado en el
modelado y el tallado en madera.
Exposiciones Individuales:
1988, Junio. Dibujos a pluma. Galería José
Figueres, Banco Popular de Costa Rica, San
José.
1988, Agosto. Tintas. Sala del Instituto de
Cultura Hispánica, San José, Costa Rica. La
misma rotó al Centro de Recreación de la
Universidad de Costa Rica y a su sede
Regional de San Ramón.
1989, Abril. “Nosotros Mesmos”. Centro de
Arte y Cultura Jatun Pacha, Otavalo,
Ecuador.
1990, Agosto. Grabados en metal y dibujos a
pluma. Vestíbulo del edificio de Registro de
la Universidad de Costa Rica. La misma rotó
a la Galería Shakespeare, ubicada en San
José.
1991, Noviembre. “Después de la música la
risa es lo primero”, Acríticos, Alianza
francesa de San José.
1992, Junio. Acrílicos, Café “Carpie Diem”.
Facultad de Letras de la Universidad de
Costa Rica.
1994, Abril. Banco Anglo, San Pedro.
Acrílicos, óleos.
1994, Julio. Hotel Costa Rica. Acrílicos,
óleos.
1995, Abril. “Museo del Niño”.acrílicos
1997, Abril. Café Ocaso. San Pedro Montes de
Oca.
1999, Septiembre. La casita azul.
2000, Noviembre. Teatro Nacional, Grabados
en Metal y algunos acrílicos
2002, febrero, sala baulas del INBIo-Parque
.Sto. Domingo de Heredia
2003, febrero, sala de exposiciones de la
sala Terraba del INBio-Parque. Sto Domingo
de Heredia.
2006, setiembre. Galeria Nacional, ( Centro
de la cultura, ciencias y las artes, “Museo
del Niño ). Acrílicos y óleos
2008, junio, Hotel Marrito Los Sueños” “
Tropical Sense of humor”, acrílicos
2009, nov-dic, Rest – Arte “ EL Gato sin
dueño “ Péres Zeledón, “ Los gatos de Alejo
visitan al gato sin dueño”, acrílicos.
2010, junio, “Café Mal País” San Pedro de
montes de Oca. Frente a Muñoz y Nane.
Exposiciones Colectivas de 1983 al 2009
Algunas que recuerdo:
- Facultad de Bellas Artes (U.C.R.), (
muestras de fin de año, 80´s)
- Sede del Deportivo Municipal San José.
- Ministerio de Agricultura y Ganadería.
- Certamen Paisaje Universitario (U.C.R.).
- Teatro Carpa.
- Escuela de Arquitectura (U.C.R.)
- Centro Cultural Costarricense
Norteamericano. (Varios certámenes del
Fausto Pacheco)
- Museo Nacional de Costa Rica.
- Sala Jorge Debravo
- Biblioteca Nacional.
- Colegio de Odontólogos.
- Galería 825.
- Galería José Figueres, Av. 2 da. (Certamen
de dibujo y escultura del Banco Popular)
- Museo Calderón Guardia (Certamen de dibujo
de la C.C.S.S.)
- Galería José Figueres Av. 1ª. (Certamen de
Pintura, aniversario del Banco Popular, 94)
- Hotel Las Gaviotas, Golfito.
- Festival del Folclor, San Ramón.
- Instituto Nacional de Biodiversidad.
- Taller 1112 en aquel entonces Barrio
Aranujez.
- Centro Cultural Costarricense
Norteamericano en el “Grabado Nuevo, Grabado
Joven”.
- Museos del Banco Central; dibujos para el
certamen del 50 Aniversario de la C.C.S.S.
- (Exposición Asociación de Artista
plásticos para beneficencia, 94)
- “Arte para la Vida”, Contry Day School.
- “Anual Art. Fair” Barrio La Granja, san
Pedro, varias ocasiones.
- “ Arte por los niños” (CCCN)
- Restaurante “ Coconut”, playas de
Tamarindo, Guanacaste.
- Centro Nacional de las Artes, la ciencia y
la Cultura (VI Bienal L & S) “Museo del
Niño”.
- Galería A.P.E.C., Alajuela.
- Casa de la Cultura de Moilia, Michoacán,
México.
- Centro Cultural de España (Bastidor
Solitario y Boruca)
-
- Galería Julián Marchena “Grafica de Fin de
Siglo”
- Hotel San José Palacio.
- Arte Erótico, Galería Medrano (2007).
- Valoarte 2007, dos obras seleccionadas.
- Bienal Convergencias, en el Museo de Arte
Costarricense( 2008 )
- Primero y Segundo Salón de Arte Erótico,
galería Medrano, San José
Además ha participado desde los años noventa
en ferias de Arte en los jardines aledaños a
la casa de Jim Teologos en Barrio La Granja
y en ferias de Arte organizadas por Ulises
cuando eran en la callecita al sur del Banco
Popular de San Pedro de Montes de Oca y en
marzo del 08 en San Rafael de Escazú,
Embrujarte en el 2012….
Fragmentos de algunos comentarios de algunos
amigos, periodistas y escritores:
Con desbordada imaginación, José Alejandro
crea mundos en donde el humor es un tema
serio. Puesto que los dibujos que el artista
nos presenta van desde la seriedad burlesca,
hasta la causticidad sangrienta de la
realidad. Con un dibujo muy cuidado, limpio
y abigarrado (no recargado) desfilan ante
nosotros una diversidad de asuntos reflejo
de la gran “feria social” es decir búsqueda
y encuentro con el caos que escapa a la
historia. En donde como se ha dicho la
unidad temática es la risa, aunque bien
podría decirse que, la ternura y el espanto
están presentes.
Mario Matarita, junio, 1988
( propietario de la galería 11-12)
Esta exposición merece verse ya que pocas
oportunidades podemos apreciar la muestra
artística de alguien que deja su mundo
subjetivo para mostramos como ve la
situación actual de nuestro país, de una
manera muy muy personal que le mantiene
entre lo humoresco y lo angustioso. Dibujos
que en medio de una miríada de detalles nos
enseñan el conjunto de nuestra realidad
recalcando ese aspecto de carnaval triste de
nuestra sociedad que han resaltado tantos
escritores nacionales (Isaac Felipe Azofeifa,
García Monge, etc.). La muestra también
contiene otras facetas más íntimas del
artista, pero caracterizadas igualmente por
una gran limpieza, dominio técnico y
expresividad.
Roberto Alvarado, Libertad, 9 de junio, 1988
La muestra está compuesta por temáticas muy
variadas. Encontramos desde grabados con
figuras que conforman mundos lúcidos, hasta
los que enseñan entornos desgarradores y la
eterna conflictiva del hombre que mira a su
mundo angustiosamente.
Gladys López, La República, 12 de agosto,
1990
El artista demuestra que con pocos trazos se
pueden lograr buenos dibujos. En esta
ocasión sus obras exhiben su goce por la
pintura y carecen de toda denuncia social.
Herrera recurre a varias técnicas para
sondear diversos temas.
VIVA, La Nación, 21 de julio, 1988
La pintura de José Alejandro Herrera convoca
un Universo de posibilidades que no siempre
concuerdan con la lógica, o con lo que “
lógicamente” se intente deducir de su obra.
Esta concuerda con esa armonía de opuestos,
esa lucha propia del vasto “teatro de la
vida” en el cual compartimos cosas que a
veces no notamos a simple vista. Su pintura
nos recuerda, sin hacer oposición total a la
razón, lo múltiples elementos que coexisten
en el mundo y nosotros; están ahí son
vivencias urbanas, primarias y salvajes; un
sí mismo con el cual participamos, porque es
colectivo y universal.
Víctor Porras, noviembre, 1991
Coloridas versiones de personajes populares
mezclados con ocurrencias mágicas... sin
mayor pretensión que ser fieles a
situaciones cotidianas..., y ofrece escenas
de sectores populares matizadas con toques
graciosos y elementos fantásticos.
Semanario Universidad, 15 de noviembre, 1991
En ésta, su primera exposición a color, nos
trae la realidad social de su “ Barrio
México” y al entrar en su mundo de fantasía
y sueños, nos llena de color y elementos
fantásticos.
La República, 22 de noviembre, 1991
Viene poco a poco dándose a conocer fuera de
los circuitos oficiales del arte. Yo me topé
con sus pinturas en un banco y en medio de
engorrosas filas. Algo emitía una extraña
luz que me atrajo. Su mundo me intrigó, su
dibujo me sedujo. La mezcla fantasiosa de
imágenes urbanas con su inconsciente, a
ratos humorísticos, a ratos angustiado, a
ratos inocente, plantea un lenguaje
original. También observar sus barrios con
algo de sordidez, con muchos de ternura y de
tiempo demorado, en medio de la reciente
Bienal L & S (en el Museo de la Ciencia y la
Cultura) me produjo alegría. Algunos han
calificado su pintura de “carnaval triste de
nuestra sociedad” entre lo “humoresco y lo
angustioso”. Hay colorido, fantasía, sueños
de repente un cierto kistsch. Y mucho de
identidad nacional.
Aurelia Dobles, VIVA, La Nación, Julio, 1994
La alegría de imaginar
El arte es un acto de fe. Uno crea, en la
soledad del alma, en lo íntimo de un
sentimiento, sobre la barca de una idea
pequeña y frágil. Espera que ese trazo y ese
color lleguen a un destinatario anónimo,
muevan un poco su voluntad y su sentir.
Quizás aquella persona desconocida logre ver
en el lienzo, o en aquel trozo de papel, el
reflejo de un humilde milagro: la humana
capacidad de imaginar el mundo.
El arte es el más grande y más poderoso acto
de fe.
Todo lo que nos rodea, todo lo que somos,
todo lo que podemos llegar a crear y conocer
es una proyección de nuestra voluntad
encauzada por nuestra imaginación. Incluso
la naturaleza es una reinterpretación del
todo en términos humanos. El árbol, la
montaña, la luna, todas las galaxias son
formas que nominamos, interpretamos,
decodificamos y finalmente atrapamos.
Soñamos al universo para poder entenderlo.
Nos soñamos a nosotros mismos dentro de la
Creación, para que nuestra vida cobre
sentido. Soñar es la única forma que tenemos
de conocer.
El artista es un imaginador experto. Su
pretensión no pretende rivalizar con ningún
dios, ni con las otras fuerzas genésicas que
pueblan la noche y la aurora. Él sueña
porque no tiene otro camino. El pinta,
escribe, canta, actúa o danza porque los
descubrimientos de su imaginación lo
sobrepasan. Es un deber dejar salir todo
aquello que retumba en su alba; antes de que
los sueños estallen en su cara o
languidezcan de hambre y abandono. Lo que
hace el artista no es un oficio, una
profesión o una vocación. Es una necesidad
impostergable, idéntica a dormir. Puede
tomar la forma ansiosa del hambre o ser tan
satisfactorio como el más intenso y
descomunal acto de amor. El artista necesita
imaginar y compartir con otros los frutos de
su fantasía.
José Alejandro imagina. Uno no puede abordar
su obra sin tener delante este hecho básico
y fundamental. Sin duda, puede recrear con
exactitud lo que sus ojos ven gracias a su
hábil pincel. Pero, lo que fluye de su
corazón es demasiado juguetón y luminoso
como para detenerlo. Toma esa realidad que
testarudamente los ojos tratan de copiar, y
la trastoca. El corazón de José Alejandro es
demasiado inquieto, demasiado travieso, para
evitar pintarle bigotes largos y orejas de
conejo a ese mundo tan formal y estrecho que
otros miran. No puede, y no quiere, evitar
la ironía, la sonrisa, la belleza, la
ternura, la fascinación de la naturaleza, la
profundidad de la sencillez y la
cotidianidad. No hay en su obra la
constreñida y cuadrada pretensión de ver,
adoctrinar o presumir. Por el contrario, es
la actitud franca, honesta y brillante del
niño que enseña sonriendo la pintarrajeada
pared de la sala; todavía con los crayones
en la mano.
Es evidente que nuestro artista domina la
técnica. Ahí está la proporción, la armonía,
los juegos de luz, el trazo pulido, los
estudios de anatomía, los conocimientos
zoológicos. Su trabajo no se escuda en un
pretendido estilo para justificar carencias
o limitaciones. Él pinta, ¡y pinta muy
bien!, lo que no es poco en estos días de
vanguardias ininteligibles y pintores que se
publicitan más de lo que pasan frente al
caballete. Sin embargo, lo que hace
absolutamente extraordinario a nuestro amigo
es el ánima que aviva su obra. Sus pinturas
son la contemplación inquietante de la
sociedad humana. Nos tienta decir que es la
contemplación de lo bestial y primigenio que
yace en nosotros, pero no lo haremos para no
pecar de obvios. Es un espejo que devela y
no sólo espeja: pone sobre nuestra cara una
máscara que señala lo que negamos y
ocultamos por educación, pudor o falsos
modales. El suyo es un espejo potente que
rechaza la mueca que siempre mostramos como
carta de presentación para obligarnos a
aceptarnos más allá de vanidades y
pretensiones de realismos. La imaginación de
José Alejandro nos desnuda a todos para
ponernos trajes que nunca, ni en época de
carnal, abríamos llevado.
Este logro de su trabajo debe atribuírsele,
aparte de a su afilada imaginación, a su
alegría. José Alejandro pinta con su
sonrisa. En cada cuadro se manifiesta un
placer delicioso por el acto de crear, ajeno
a las poses estereotipadas de los artistas
románticos y desgarrados. Hay una alegría de
imaginar que aleja las sombras del manoseado
artista atormentado, para darnos una
bocanada de aire fresco. Si, también dolor
de ser hombre se cuela aquí y allá, pero no
se regodea en él. Ni lo oculta ni lo alaba;
simplemente lo presente imaginado con un
filtro de alegría, con la dicha de quién
juega a la vida.
José Alejandro no tiene la pesadez y la
afectación que suelen volver a los artistas
unos seres insoportables e insufribles. Su
trabajo es tan placentero, tan profundo y
tan importante como un café de amigos
verdaderos. Yo, por mi parte, acepto la
máscara que propone pintar en mi cara,
levanto la taza de café con leche que me
ofrece y, complacido, sonrió junto a él.
Unidos por la alegría buena, poderosa y pura
de imaginar, imaginarnos y volver a
imaginar…
Diego Andrés Soto.
Agosto del 2006
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