MARIO COTO
RODRÍGUEZ
Traverso y
Flauta Pico |
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Licenciado en
ejecución de la flauta por la Universidad
Nacional, es integrante de la Banda Nacional
de Alajuela
Profesor de la Etapa Básica de Música de la
Sede del Pacífico, Universidad de Costa
Rica, director del grupo de música celta "Arbore
Lume" e integrante de diversos grupos de
cámara, ensambles de flautas y ensambles de
madera. Ha ofrecido recitales en las
principales salas de nuestro país y en El
Salvador, Honduras y Panamá. |
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DÚO ENRIQUE
GÓNGORA
MARIO SOLERA SALAS
Guitarra y Tiorba
Licenciado en música con énfasis en guitarra
por la Universidad de Costa Rica, es
profesor en la Sede del Pacifico de la
Universidad de Costa Rica.
Fue integrante del Collegium Musicum y el
Conjunto Universitario de Música Antigua de
la Escuela de Artes Musicales. Ha dado
recitales en Estados Unidos, México, Panamá
y regularmente es invitado a ofrecer cursos
e integrar jurados en Francia, Alemania y
Suiza. |
EL LEGADO
DE ENRIQUE GÓNGORA
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* Por Mario Solera
Una tarde, allá por los años de mil
novecientos setenta y tantos, navegando por
los pocos canales de televisión de entonces,
me encontré con la presentación de un grupo
musical ejecutando música renacentista.
Entre sus integrantes reconocí a algunos
músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de
entonces, dirigidos por el prestigioso
músico y concertino, maestro Jan
Dobrzelewski. ¿Cómo fue posible la
existencia de un grupo de música antigua en
la Costa Rica de aquellos años?
Según me explicó el maestro Dobrzelewski,
Juan Carreras, Director de la Escuela de
Bellas Artes de la Universidad Nacional, le
propuso a él y al chelista Jacques Trouillet,
conocer a Enrique Góngora, un apasionado de
la música. Se reunieron por primera vez en
casa de Góngora, en octubre o noviembre de
1973, y dispusieron crear un grupo musical
dedicado al estudio y ejecución de la música
medieval, renacentista y barroca, utilizando
los instrumentos originales. El grupo ensayó
por primera vez en marzo de 1974. A efectos
de oficializarlo y con el propósito de
realizar conciertos, decidieron ligarlo a la
Universidad Nacional y llamarle, según la
tradición universitaria, Collegium Musicum.
Su primera aparición en público fue el
sábado 27 de julio de 1974, en la Iglesia de
San Rafael de Escazú. Participaron los
músicos Jan Dobrzelewski, violín y
dirección, Enrique Góngora, flauta de pico,
Jacques Trouillet, violonchelo y Urs Bebie,
Espineta. Posteriormente, en 1975, ingresa
José Masís, flauta de
pico, y en ese mismo año, los músicos
Trouillet y Bebie, |
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al partir de Costa Rica,
son sustituidos por Jorge Antich, chelista y
Silvia Patterson, pianista, ambos músicos de
la Orquesta Sinfónica Nacional. En 1976
ofrecen un concierto en la Alianza Francesa
con la participación de los músicos Jan
Dobrzelewski, dirección, Enrique Góngora y
José Masís, flautas de pico, Antonio
Higueras, violín, Jorge Antich, violonchelo
y Silvia Patterson, mezzo -soprano, clavecín
y percusión. Ese mismo año, el grupo se
consolida con la incorporación de los
músicos William Dietz, fagotista y Stuar
Marrs, percusionista, también integrantes de
la Orquesta Sinfónica Nacional. De esta
manera, el Collegium Musicum llega a tener
un consort de flautas de pico, un cuarteto
de cuerdas de conformación particular (un
violín, una viola y dos violonchelos), voz,
clavecín y percusión. Este instrumental les
permite interpretar música medieval,
renacentista y barroca. Ofrecieron
conciertos en las Universidades de Costa
Rica y Heredia y la iglesia de Orosi. Jan
Dobrezelewski abandona Costa Rica en 1979,
su partida cierra la primera época del
Collegium.
Un día de tantos, tarareaba Enrique la
Millere regretz en su oficina, con sorpresa,
escuchó que alguien en el pasillo le hacía
segunda. (No es común encontrar personas que
conozcan melodías del siglo XV!, - música de
ultratumba, como suele llamarle jocosamente
el maestro Walter Field -).Asombrado sale de
la oficina a buscar quién le seguía en el
canto. Se encuentra con Miguel González,
español que en sus años de seminarista,
además de haber aprendido la notación
cuadrada, la usada para el Canto Gregoriano,
también había aprendido parte del repertorio
de la música antigua. |
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Enrique, Miguel y quien escribe, nos
reunimos, otra vez en casa de Góngora, una
tarde de domingo de 1980, para iniciar los
ensayos tendientes a preparar las sonatas V
y VI, para dos flautas de pico y continuo,
del compositor italiano Giussepe Battista
Sammartini. Poco tiempo después se nos unió
el clavecinista Gabriel Macaya. Los ensayos
se hacían en casa de Enrique, pues contaba
él con una buena colección de instrumentos:
flautas de pico, renacentistas y barrocas,
una espineta Neupert y un clavicoridio
Lindholm. Iniciaba la segunda época del
Collegium Musicum.
Entre otros, dos hechos marcan la segunda
época activa del Collegium Musicum, los
cuales van a incidir en el desarrollo de la
música antigua en nuestro país: la
presencia, por primera vez en suelo
costarricense, de dos instrumentos, un laúd
renacentista y una viola da gamba. El
primero, construido en Cremona, Italia, en
1960 por el luthier G.B. Morassi, fue traído
al país en 1982 por el músico Jim Seáis; la
segunda, traída de Alemania, hizo sus
primeros continuos en 1986. Posteriormente
reingresa José Masís, con lo cual el grupo
volvió a contar con un consort de flautas de
pico y uno de cromornos, además de la viola
de rueda aportada por Miguel González. Tal
instrumental posibilitaba la ejecución de
música medieval, renacentista y barroca. A
partir de 1980, el Collegium Musicum estuvo
activo por más de quince años, ofreciendo
recitales en varios auditorios de la
Universidad de Costa Rica, la Alianza
Francesa, la Iglesia de Quircot, el Salón
Dorado del Museo de Arte Costarricense, el
Salón de Expresidentes del Museo Nacional,
etc. Por sus filas pasaron muchos músicos y
profesionales de otras especialidades:
Manuel Quirós, filólogo, Carlos Lizano,
violonchelista, Ana Villalobos, soprano,
Emanuel Mora, violinista, Katigua Guevara,
pianista y clavecinista, Rómulo Vega,
cantante, vihuelista, laudista y fundador
del grupo de música antigua Garcimuñoz y
Reynaldo Valldeperas, flautista, fundador de
los grupos: Conjunto Universitario de Música
Antigua, en la Escuela de Artes Musicales de
la Universidad de Costa Rica, Capella
Antiqva Hispana, en el desaparecido
Instituto Costarricense de Culta Hispánica y
Capella Antiqua. Cabe destacar que la
fundación del Conjunto Universitario de
Música Antigua contó con el apoyo del
entonces director de la Escuela de Artes
Musicales, Maestro Jorge Acevedo, quien
gestionó la compra de cuartetos de flautas
de pico, cromornos, dos laúdes, una
chirimía, una bombarda y dos violas da gamba
(alto y tenor).
Enrique
Góngora fue un digno representante del
humanismo renacentista: Licenciado en
Química por la Universidad de Costa Rica y
Diplom Mathematiker por la Georgia Augusta
Universitát de Góttingen; desempeño varios
cargos académicos, |
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Director de la Cátedra de
Álgebra Moderna y de Calculo III del
Departamento de Matemáticas de ia
Universidad de Costa Rica, Director de la
Escuela de Matemática, Decano de la Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales de la
Universidad Nacional y Vicerrector de la
Universidad Estatal a Distancia; fue uno de
los fundadores de las universidades Estatal
a Distancia, Nacional y de la Fundación
Ornar Dengo y publicó cinco libros
Introducción al pensamiento lógico -
matemático, "Falso -Verdadero" Ensayos
diversos para criticar una sociedad
contemporánea, ¿Qué son los reactores
nucleares? La energía nuclear y el dilema
energético de la sociedad actual, Sobre
afinación de los instrumentos de tecla, y De
cómo el Homo llegó a ser Sapiens: ensayos.
Laúd, violas da gamba, clavicordio, espineta
y clavecines, consorts de flautas de pico,
renacentistas y barrocas, consorts de
cromornos, kortholt, viola de rueda y con
ellos, las obras de Praetorius, Susato,
Phalese, Arbeau, Attaignant, de los
Cancioneros de Palacio y Upsala, las
Cantigas de Alfonso X "El Sabio", la música
de Dowland, des Prés y muchas otras, se
escuchaban regularmente en nuestro país
gracias al impulso dado por Enrique Góngora
y su Collegium Musicum, grupo que a la
postre, incidió en la creación de otros
ensambles similares y acrecentó el gusto por
escuchar e interpretar la música antigua con
instrumentos de la época. Rómulo Vega y
Reynaldo Valldeperas supieron nutrirse de
ese humanismo gongoriano. El primero, ha
grabado varios discos compactos de música
antigua y ha realizado una extensa actividad
artística en nuestro país y allende
fronteras; por su parte, Reynaldo, supo
abrirse paso en el competivo mundo musical
europeo y hoy día es un distinguido músico y
profesor de la Universidad de Valladolid,
España, donde realiza una extensa labor
profesional y artística en la enseñanza y
ejecución de la música y baile renacentista.
Enrique llamó a Reynaldo un día antes de su
partida para realizar estudios musicales en
Europa, además de desearle buen viaje le dio
este consejo: "usté toque, usté toque, no
importa si los demás tocan más, usté toque",
dándole a entender r"ie, aun cuando se iba a
topar con un nivel muy 'Ito, tenía que
estudiar y encontrar el camino adecuado en
la música antigua. Eso era Enrique, una
persona admirable por su pensamiento claro,
agudo, intelectual sobresaliente, de humor
fino y pluma ágil, cuya pasión por la música
antigua y sus calidades de humanista siguen
alentado nuestra ejecución musical:
"¡ustedes toquen, ustedes toquen!"
* El autor, músico, profesor de la
Universidad de Costa Rica e integrante del
Collegium Musicum, agradece a Jan
Dobrezelewski, Reynaldo Valldeperas, Rómulo
Vega, Miguel González y Gabriel Macaya, los
valiosos aportes dados para la elaboración
del presente articulo. |
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