Dulce Compañía
Acrílico
125 x 125 cm |
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Serenidad
Acrílico
100 x 100 cm |
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Intensidad
Acrílico
125 x 125 cm |
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Fantasía Visual
Acrílico
100 x 100 cm |
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Manifestación Inmaterial
Acrílico
100 x 100 cm |
Presencia Percibida
Acrílico
100 x 120 cm |
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Respuesta Emocional
Acrílico
80 x 120 cm |
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Frecuencia Angélica
Acrílico
80 x 120 cm |
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Abriendo Alas
Acrílico
120 x 80 cm |
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Memoria Colectiva
Acrílico
50 x 200 cm |
Silvia Monge
Naturalezas Incorpóreas
Registros pictóricos de los seres bienhechores
Del 18 de marzo al 27 de abril
Silvia Monge, artista costarricense, reconocida por una
polifacética trayectoria en sus prácticas estéticas,
asoma al espectador a la experiencia de lo trascedente a
través de “Naturalezas Incorpóreas”, un registro
pictórico de la energía de lo no visible, que reescribe
iconos específicos en nuestras culturas y que de alguna
forma conjeturamos a través del concepto del “ser
bienhechor”. |
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Desde una visión intercultural, la
comunidad humana a lo largo de su historia ha
construidos ideas de una fuerza universal superior que
la auxilia, y a su vez las ha estetizado a través de
símbolos concretos que la identifican de forma tal, que
queda en la memoria tanto del inconsciente colectivo
como del privado. Esto ha permitido crear lenguajes
visuales y ritos en torno a estas manifestaciones de lo
intangible, modelos de representación que han
circunscrito sus distintos modos de ser percibidas.
Es así, como el “ser bienhechor”, no visible, se hace
tangible a través del registro pictórico de la artista,
a modo de un rito de actualización. Más que una
interpretación es una invocación, y más que un estudio
de detalles exotistas es el rastro o vestigio de una
presencia incontenible por medios regulares. Monge
recupera esos modos de percepción de lo imperceptible y
los integra en sus composiciones; lo cual hace que la
naturaleza incorpórea encuentre en la expresión
pictórica un recurso epifánico, es decir, se revela a
nosotros espectadores, desde un lenguaje estético
intenso y propio de la paleta de la artista.
Dice Tomás de Aquino en el Siglo XII: “ ...para que el
universo sea perfecto, es necesario que exista alguna
criatura incorpórea (Suma Teológica, Parte I a, Cuestión
50, sobre la sustancia de los ángeles).”
Esta preocupación del filósofo esclarece que el
bienhechor viene de una causa buena con un efecto bueno:
la naturaleza incorpórea es una realidad creada, que
vibra de acuerdo a la sintonía de su creador. Podríamos
pensar entonces que esa naturaleza incorpórea es
retenida por la estética de Monge, como una revelación
privada profunda que intenta redefinir y hacer presente
su providencia, desde el trazo fuerte, las texturas y
los intrincados espacios cromáticos de la artista.
Así, esta artista materializa una idea común arraigada
en los ritos de tantas prácticas culturales, como lo es
el auxilio desde otra realidad alterna a este plano
existencial, que nos hermana durante el trayecto de la
vida.
“Naturalezas incorpóreas” es una pregunta abierta sobre
la existencia, sobre nosotros mismos, sobre esa realidad
impalpable que se intuye o simplemente se niega por
nuestra propia percepción y es así como en cada lienzo
podemos identificar una particular forma de
invisibilidad. Una invisibilidad que no significa “la
nada” sino “el efecto” desde una causa profunda y
misteriosa.
Esta muestra no es un ejercicio sobre la creencia, es
una propuesta visual que nos conecta con la urgente
necesidad de ser también seres bienhechores en lo
silencioso, en el espacio y tiempo que nos tocó existir,
para recibir, aceptar y trasmitir con gentileza, lo
bueno, cuando es que acontece o que nos sorprende.
Juan Diego Roldán
Coordinador de Artes Visuales
Galería Sophia Wanamaker
Centro Cultural Costarricense - Norteamericano |