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Olger Villegas es fiel al realismo como solidaridad social que caracteriza sus primeras obras. Continúa fiel en su actitud por conocer y describir la realidad cotidiana..De ahí, la aparición de personajes populares de acuerdo con el gusto popular, y con un estilo deudor de sus maestros Alberto De la Vega y Guillermo Ruiz. En la escuela "La Esmeralda" depuró sus conocimientos de trabajar en bronce y aprendió los secretos del mármol.

Al pensar en la obra de Olger Villegas se pueden recordar algunas definiciones del arte: Proyección sentimental (T. Lips) organización de la experiencia para que resulte más intensa y vital (Dewey)', expresión de una emoción (Collingwood); placer objetivado (Santayana) en forma de reflejo y conocimiento de la realidad (Leonardo da Vinci).

Sincrónicamente se podrían enfocar con tales definiciones las masivas figuras de Villegas. En ellas se encuentra una representación derivada de una academia modernizada: manejo fluido del modelado, composición cerrada y profundo conocimiento de anatomía artística que es deformada y robustecida exageradamente para darles a las figuras carácter monumental. Predominan rasgos negroides en los rostros. Con formas significativamente realistas Olger expresa su emoción y conocimiento. Con su arte refleja la realidad de un modo específico mediante imágenes, dentro de la ancha concepción que define el arte occidental desde el clásico de la Antigüedad hasta el realismo moderno estilizado.

Cuando Olger talla la madera —señala Emilio Arguello—, hay concepciones de grandes planos, volúmenes muy estilizados, sin caer en los detalles que distraigan la concepción plena de la forma. A veces suele dejar la huella del modelado en las texturas, huellas de las estecas o paletas, desbastadores y las manos cuando manipula la arcilla. En cambio, en la escultura de mármol negro la tela es tratada con texturas fuertes, martetinando la superficie y puliendo al máximo lo que es la piel, obteniendo así un rico contraste en calidades de superficie y de sensaciones. 

Con dominio tecnológico, Olger recurre al martillo neumático, a los pulidores, raspas, discos diamantados y métodos para transportar el proyecto al bloque (máquina de puntos) que recuerdan la tradicional técnica de los marmolistas.
En cambio, cuando trabaja la madera recurre a la talla directa que heredó del taller imaginero. Pule al máximo para hacer desaparecer la huella de la gubia y resaltar la veta y el color de la madera como dejando la pieza lista para el proceso del policromado y estofado. Solo que Olger las deja "al blanco" y, a veces, las cubre de una ganosis, veladura de cera.

Ya sea con una u otra técnica, Olger trabaja obras con una prevalencia emocional, tanto en la temática como en la intención de concentrarse en el realismo. Se observa esto en los grupos: la pareja humana fundida por el amor, la madre con el niño; el juego; las figuras de obreros, artesanos, músicos callejeros o pescadores...

Pues sus esculturas surgen —como lo indica Alvaro Zamora—, por la necesidad de captar la vida. Mirando lo cotidiano, urgando en las entrañas del sentimiento.
Y esto, porque el escultor rechaza lo monstruoso. Según lo confesó:
La vida está llena de violencia que hacer cosas feas resulta muy fácil. El arte verdadero debe recuperar la poca ternura que aun nos queda. Toda escultura debe tener mensaje. Lo que no dice nada no trasciende. Se queda en el tecnicismo, en el virtuosismo y nada más

Escultores Costarricenses

Luis Ferrero-Acosta

Editorial Costa Rica

ISBN 9977-23-569-4