"Cruce de Vías" Primer proyecto de ACAV

El primer proyecto que ACAV está desarrollando es una exposición denominada “Cruce de Vías” cuyo tema central está relacionado con una reflexión de la Sociedad Costarricense del siglo XXI; recreando desde lo popular aspectos de la identidad cultural. Se va a realizar en la Galería Nacional, Museo de los Niños. Se inaugura el 4 de agosto y va estar abierto al público del 5 al 28 de agosto de 2009. Participan 17 asociados. Se realizará un mural entre todos los artistas participantes el cual consta de dos obras en formato pequeño por artista para un total de 34 obras. Además, cada artista va a presentar una obra en formato grande y algunos Arte Objeto. En el marco de la exposición se van a realizar talleres, para niños y adultos y un Conversatorio, en el cual se buscará propiciar una reflexión más amplia del tema desde visiones y análisis de especialistas en diferentes ramas.

Recibido el 23 de noviembre del 2009

 “Cruce de Vías, de lo popular a lo contemporáneo” fue una exposición ya finiquitada hace un tiempo atrás, sin embargo no podía dejar pasar la oportunidad para referirme a ella, por consecuente al “arte moderno tico”, la muestra estuvo compuesta por más de 20 obras desarrolladas por la ACAV (Asociación Costarricense de Artistas Visuales), entre ellas el público podría vislumbrar abordajes distintos de temáticas y técnicas que le imprimían ese sello de total eclecticismo al trabajo expuesto, esto debido a que los artistas incluyeron en él, propuestas que iban desde la pintura de caballete, la instalación, el arte objeto, hasta un intento de intervención del espacio por medio del desprendimiento de elementos conceptuales y matericos que saltaban de los bordes del lienzo para convertirse en una especie de raíz de las obras, que subían por las paredes cual si fueran enredaderas en un pomposo jardín, incluso hasta llegar a posarse en el techo de la sala.
Según Henry O Vargas Benavides, Profesor de Diseño de la UCR, la motivación de la muestra era construir un discurso visual de forma colectiva que hablase de ese proceso de aculturación que ha proliferado en la cultura popular de nuestra Costa Rica de siglo XXI, “donde se mezclan características propias, con las de otras sociedades latinoamericanas o mundiales y los híper mega mercados de masas”, además afirma que en esa cultura popular existen complejas interacciones que dan como resultado “hibridaciones o sincretismos de todo tipo”; sin duda alguna era evidente que ese discurso visual al que se pretendía llegar iba a ser variable en todos sus sentidos, desde el abordaje conceptual de la obra hasta su factura, pues de eso se trataba; sin embargo me llamaba fuertemente la atención el discurso de Vargas en el texto del catalogo, cuando afirmaba que “así como el Pop Art en los sesentas tomó las botellas de gaseosas, latas de sopas, comics o estrellas famosas para producir obras artísticas, ese influjo sigue repercutiendo en los artistas de la contemporaneidad”; pues se aleja y por mucho de la realidad plástica por la cual estamos pasando donde esa afirmación queda sin sustento teórico, basándonos en que ese devenir del Pop Art al que hace referencia se encuentra en el marco del tercer paradigma de Deconstrucción ≠ Creatividad, que surge en Europa para la década de los 60’s, donde primaba un carácter cognitivo, ahora bien hemos de aclarar que hoy por hoy nos encontramos en un tiempo y espacio donde la Posmodernidad impone sus cánones y a la vez los niega.
También a esa discrepancia, si se le puede llamar de alguna manera, que tengo con respecto al texto del catalogo le debo aunar una pérdida de identidad real de algunas obras, lo que hace pensar en cuál es la posición de las y los artistas ante el mismo arte, es decir cómo se abordan las realidades desde sus discursos visuales o plásticos, ya que al terminar el recorrido de la muestra se podía hacer una lectura compleja y desasociada de algunos trabajos que se acercaban a lo que Gerardo Mosquera llama “la satisfacción de expectativas de exotismo” cayendo así en un autoexotismo paradójico, que subraya un esquema hegemónico y la pasividad de ser complaciente con la ultranza, o a lo sumo indica una iniciativa mediatizada, que se haya fortalecida por condicionantes locales.
Esto lo aclaro de manera concreta en la inclinación de obras como “Gogoleando de Pavas a Moravia” o “Teoría de la vacuidad” que tenían una factura sumamente exquisita e interesante que atrapaban a cualquiera que pasase frente a la sala, pero que no hacían ese “click” con sus títulos, por consecuente con su contenido o su sentido de ser, caso contrario del arte objeto titulado “Me siento en la Esperanza”
donde tanto la obra en sí, como el contenido hacían una resonancia armoniosa e inteligente que permitía hacer una lectura simple y compleja del discurso; como caso “medio” podríamos mencionar la instalación del tamal con la Coca-Cola que tenía un alto potencial; sin embargo para mi gusto se saturo de elementos que no le aportaban mayor incentivo que el de ser ornamentos “extra-obra”.
La muestra definitivamente me dejo muchas enseñanzas desde debates teóricos y técnicos hasta acertijos de cómo, porqué y qué, plantear en un tema tan rico como ese de una Costa Rica de siglo XXI, así mismo me deja posibles referentes para mis futuros trabajos plásticos.
Nombre usuario: José Pablo Sibaja